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Así vive una escort en la CDMX

Gabrielle, como sus compañeras, ahora ofrece un catálogo de servicios vía virtual para tener menos encuentros personales ante el aumento de asesinatos

Escrito en ESPECIALES LSR el

El incremento de asesinatos de mujeres que ofrecen servicio de acompañantes en la Ciudad de México la hizo aumentar sus medidas de protección, pero decidió no dejar su oficio. Gabrielle es una joven que trabaja como escort, es decir, ofrece desde servicio de acompañante para algún evento, hasta encuentros eróticos con quien la contrate. Ambos trabajos, a precios mucho más altos que los que ofrece una sexoservidora común en la calle. 

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En las últimas seis semanas ha revivido su miedo por el asesinato de dos escorts en hoteles capitalinos. 

Ella no rebasa los 25 años, es delgada casi hasta la fragilidad, de piel clara y cabello castaño con luces, estilo “look californiano”.

Los clientes la contactan a través de su cuenta de Twitter, donde expone fotografías y algunos videos para provocar que sus seguidores la busquen para contratarla.

En su trabajo puede encontrar la tierna actitud de un caballero, hasta un violento que la trate como prostituta, asegura.

“Existe el riesgo de los golpes, que me roben, que me maten”, cuenta Gabrielle a La Silla Rota sobre los peligros que enfrenta cada que toma el brazo de un hombre o cierra la puerta de un espacio de alquiler.

Los recientes feminicidios de las escorts Génesis en noviembre y Karen en diciembre de 2017 en hoteles capitalinos, obligaron a incrementar las medidas de seguridad y poner más filtros selectivos a los clientes.

“Las medidas son más drásticas, es lo que puedo contar, si revelo mis medidas de protección yo quedo vulnerable”, explica.

Gabrielle sabe de los peligros de su trabajo, “el riesgo está en todos lados y creo que el día que nos toque morir así será aun estando en tu casa”.

Las chicas son contactadas no sólo por redes sociales, sino por páginas como www.zonadivas.com, donde se anunciaban Génesis y Karen.  En esta plataforma ellas esperan un mensaje de quienes solicitan sus servicios, quedan en un precio, un tiempo determinado y un lugar para encontrarse. 

"No sólo es sexo, ser escort es que te lleven a eventos y tu vayas con un vestido lindo y te hagas pasar por su amiga. Luego de ahí a lo mejor a un hotel, pero todo eso va saliendo más caro", señala Ángel, otra chica que se promociona en Twitter. Normalmente eligen zonas como Polanco, Condesa, o Santa Fé para operar. "Las sexoservidoras solo ofrecen su cuerpo así, en la calle o por internet, nosotras somos modelos normalmente que trabajamos mucho nuestro cuerpo, tenemos plática, sabemos de temas".

La capital de país vive un incremento en la inseguridad y la violencia en general. De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública en 2015 se denunciaron 169 mil 701 delitos del fuero común, 179 mil 720 en 2016 y en 11 meses de 2017 se presentaron 186 mil 949 denuncias, un aumento del 10 por ciento en dos años aún sin contabilizar los delitos de diciembre de 2017.

En los primeros 11 meses de 2016 en la Ciudad de México se registraron 918 homicidios dolosos, mientras que en 2017 se contabilizaron mil 093 asesinatos, es decir, 175 crímenes más que representan un repunte del 19 por ciento.

(Karen)

Candice, es otra chica escort que conoció a Karen. Ella es originaria de Colombia y aunque sabe de los riesgos de su trabajo no lo deja. "Acá el trabajo es así, son citas. Tú entras a una habitación y no sabes con quién te encuentras", declaró al noticiero argentino Diario 21. Aparte de promocionarse en redes sociales, anuncian a sus seguidores sobre "giras" a diversas ciudades del país donde permanecen unos días en espera de clientes que puedan contratar sus servicios, tal como lo hizo Karen, conocida en Twitter como @DannaBroke, semanas previas a su muerte. "Duró tres meses atrás viajando bastante, una gira larga, dos días en cada ciudad", explicó Candice.

 Acompañamiento virtual

La violencia generó que las escorts ahora también utilicen los servicios de mensajería celular Whatsapp y Telegram como el medio de acompañamiento para garantizar su seguridad e integridad y para prestar sus servicios.

Las escorts virtuales tienen el control; es un nuevo servicio a través del cual todo es a través de pantallas de teléfonos móviles.

Fotografías y videos sensuales en lencería, tocándose o desnudas. Ellas deciden hasta donde llegar, cómo lo hacen y con qué lo hacen, establecen el número de imágenes a enviar.

El primer contacto es en Twitter, donde la escort virtual comparte fotografías eróticas e invita a los usuarios a suscribirse para tener de manera directa y privada material con mayor cargar erótica.

“Que este año no se te vaya la oportunidad de tenerme en tu WhatsApp! Adquiere mi membrecía exclusiva”; “Contenido exclusivo sin censura solo para miembros de WhatsApp, wanna cum? DM me para más info”; “Únete a mi grupo de whats Instagram”; “Chicos únanse a mi grupo de Whatsapp y reciban contenido exclusivo y caliente en su celular, quieres ver más?”, son algunos de las invitaciones que hacen las mujeres, en los mensajes dejan un número telefónico.

En Twitter hay escort virtuales con más de 30 mil seguidores, son algunas de las opciones que tienen, dice. 

Si hay interés se le envía un mensaje a la escort virtual, quien da un número de cuenta para el depósito bancario o en una tienda de conveniencia, cada mes de entre 200 y 300 pesos.

Se integran grupos en Whatsapp o Telegram y ella envía el contenido sensual a distintas horas, recibe mensajes y emojis como respuesta en lugar de arriesgarse apretones o rasguños en el cuerpo.

Desde su habitación a solas, en un estudio fotográfico, en una locación o en la vía pública, ellas deciden la intensidad y la frecuencia de las fotografías y videos.

Una escort virtual puede tener ingresos por más de 20 mil pesos mensuales sin que nadie la toque, sin ponerse en riesgo, sólo con estimular las fantasías de los caballeros, comenta.