Main logo

Adriana encontró la muerte en una remota isla del Caribe

Adriana Morales de 23 años, originaria de Puebla fue buscada en distintos países del mundo y en muchos idiomas, pero no fue suficiente para evadir la muerte

Escrito en ESPECIALES LSR el

La imagen de una joven mexicana, con pequeños ojos rasgados, cabello oscuro y piel apiñonada circuló por redes sociales, y en todos los rincones de la isla Bonaire con la leyenda: Ta Busca, Adriana Morales de Florencio.

Los avisos se encontraban en el dialecto de papiamento, una mezcla de español y afroportugués, el cual se habla en Bonaire. Una remota isla perteneciente al Holanda, pero ubicada en el caribe, a 240 kilómetros de Venezuela.

Adriana desapareció el pasado 20 de abril, al bajar del barco donde trabajaba como parte de la tripulación: El “Navigator of the Seas”, uno de los más grandes y exclusivos de la compañía Royal Caribbean.

Su sueño siempre fue viajar por el mundo. Conocer diferentes lugares, culturas, idiomas. Tratar con personas de distintos lugares y disfrutar de todos los paisajes posibles con sus atardeceres, de acuerdo con personas cercanas a ella.

Ya había viajado por Chicago y Nueva York, hasta los callejones de Guanajuato y otros estados del país.

Por ello, la joven de 23 años estudió la licenciatura en Turismo y Comercio Internacional de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

 “Muy feliz por llegar a esta etapa de mi vida, de estar a casi culminar mi carrera, de haber conocido gente maravillosa y compartir grandes momentos”, escribió en página de Facebook en noviembre del 2015.

Como destacada alumna y recién graduada logró ingresar a la cadena de cruceros más grande del mundo. Sus metas se estaban cumpliendo: el 28 de enero del 2016 dio a conocer a su familia y amigos que ingresó a las filas de Royal Caribbean.

Adriana Morales ya tenía más de un año como parte de la tripulación, cuando ese jueves 20 de abril, el “Navigator of the Seas” atracó en la isla Bonaire. En su tiempo libre salió de su camerino para caminar por este lugar paradisiaco, como en las otras ocasiones en que había llegado a ese puerto con la compañía.

Sin embargo, a diferencia de las visitas anteriores, la joven originaria Atlixco, Puebla no regresó. El tiempo de espera para los turistas y el staff que había bajado a tierra había terminado; por lo que, como los protocolos lo indican, el barco tuvo que partir para continuar con el itinerario de los más de 3 mil 100 pasajeros.

De acuerdo con el reporte de Royal Caribbean, después de llamar a su celular, sin respuesta alguna, se procedieron a partir, pero dieron aviso a las autoridades de Bonaire de que una miembro de la tripulación se había quedado ahí.

Pasaron las horas y nadie sabía nada de Adriana. Sus padres en Puebla tampoco se habían comunicado con ella. Fue entonces cuando se activó la alerta y se difundieron los avisos con su fotografía y descripción.

“Ta busca Adriana Morales de Florencio. Riba 20 di aprel a mir’é último biaha den e área Kranlendijk. Dato personal: nasé na México riba 4 di yüni 1993. Deskripshon personal: delegá, kabei pretu largu, su djenten ariba di huki ta bini un tiki dilanti. Riba su skouder drechi Adriana tin un tatuahe notabel”.

Entre las señas particulares que describían, era un tatuaje que la poblana tenía en su hombro derecho de una rosa roja.

La buscan por mar y tierra

La empresa Royal Caribbean da aviso a los padres de Adriana, en Puebla, sobre la incomunicación con su hija. Inmediatamente, buscaron trasladarse al caribe para dar con su paradero.

En entrevista con La Silla Rota, la amiga y compañera de preparatoria de la estudiante de la BUAP, Gabriela Serrano relató los momentos de tensión y angustia por los que vivieron las personas cercanas a la joven.

“Les avisan a los papás de Adriana y ellos empiezan a buscarla. Los amigos compartimos aquí en México en redes sociales sobre su desaparición también, esperando tener noticias”, relató.

Los padres de la joven, desesperados, solicitaron el apoyo de las autoridades de Puebla para comprar los vuelos hacia Bonaire contactaron también al gobierno federal y la Secretaría de Relaciones Exteriores. Sin embargo, las respuestas no fueron favorables.

“Al principio nadie los quería ayudar. Pero ya después que empezamos a compartir por redes sobre su desaparición, la universidad se involucró y ya las autoridades les dieron el apoyo”, recordó la amiga.

Una vez en la isla Bonaire, los padres de su mejor amiga la buscaron hasta el cansancio. Tras casi diez días de su desaparición, las autoridades de la isla, en coordinación con el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) encontraron el cuerpo de Adriana: había sido apuñalada.

Los restos de la estudiante de la BUAP estaban enterrados en un predio de Playa Grande, por las condiciones del clima, se hallaba en avanzado estado de descomposición. Su familia pudo reconocerla por su tatuaje de rosa.

Detienen a isleño sospechoso

Durante los días de su búsqueda, el cuerpo de detectives y policías de la Isla Bonaire dieron con una cámara de vigilancia, en la que se logró captar a Adriana caminando por las calles, y enseguida de ella, un hombre.

Las imágenes también fueron difundidas para lograr la localización del sujeto, quien era ya sospechoso de la desaparición de la joven. Las autoridades realizaron diversos cateos en la zona, por lo que lograron detenerlo.

Hasta el momento, se encuentra en custodia del poder judicial, con el fin de avanzar en su proceso, una vez que se concluya la investigación.

Sin embargo, antes de que sea sentenciado o enjuiciado, el padre y el hermano de este hombre enviaron una carta a los familiares de Adriana, donde se disculpan por sus actos.

Este escrito fue publicado por distintos medios de comunicación en la isla:

“En esta carta se quieren expresar para dirigir públicamente a la mamá y papá de Adriana Morales de Florencio una disculpa y perdón desde la profundidad de su corazón. También una disculpa y perdón al pueblo de Bonaire y por el dolor inmenso que nuestro hijo y hermano ha causado.   Nosotros como su familia nos arrepentimos del suceso desde nuestra profundidad del corazón. Estamos consciente de la pérdida de Adriana Morales de Florencio. Nosotros lamentamos el hecho y de esta forma queremos expresar nuestra compasión a la familia y desearles mucha fuerza y lamentamos este hecho gravemente. No hay palabras para describir el dolor inmenso que sentimos al igual que la familia Morales de Florencio. Les deseamos mucha fuerza y consuelo en estos momentos difíciles”.

Tras larga travesía, cenizas llegan a México

Debido al curso de las investigaciones y la autopsia que se le realizó al cuerpo de la estudiante, los padres lograron traer de regreso sus restos hasta el 8 de mayo, nueve días después de que fuera encontrada.

Adriana Morales llegó en una pequeña urna. Sus cenizas estuvieron presentes en una ceremonia religiosa en el municipio de Atlixco, donde era originaria, en compañía de amigos y familiares, quienes le dieron el último adiós y exigieron justicia por su asesinato.

Gabriela Serrano, una de sus mejores amigas desde hacía ocho años, la describió como una persona alegre, siempre sonriente y amable con todas las personas.

“Ella era muy alegre, muy sociable. Siempre estaba feliz, y hacía feliz a todos con su sonrisa. Ella cumplía uno de sus sueños que era recorrer el mundo. Lo había encontrado en el Royal Caribbean…”, expresó.

Ahora, Gabriela espera que la justicia llegue y el hombre sospechoso del asesinato de Adriana sea condenado.

Cruceros, lugar sin leyes

De acuerdo con un reportaje realizado por Univisión, los cruceros son embarcaciones donde no hay leyes y, por lo tanto, la protección y justicia para pasajeros y tripulantes nunca llega.

Este trabajo ganador del premio de periodismo Ortega y Gasset revela la operación irregular de las compañías, las cuales se encuentran registradas en cierto país, los dueños viven en otro diferente y su bandera, por lo tanto, las leyes en las que se rigen, son de una nación diferente a las anteriores.

“Esa estructura propicia que, si usted es víctima de un accidente o un crimen a bordo, el proceso para investigar, reclamar la reparación de daños o llevar a la justicia a los responsables se puede convertir en un calvario”, señala la investigación.

Son pocos los delitos o crímenes cometidos contra pasajeros o tripulantes en los cruceros logra obtener justicia, concluye el reportaje.

mals