El domingo 2 de julio, Enrique Alfaro Ramírez resultó electo gobernador de Jalisco, con una votación del 39% bajo las siglas de Movimiento Ciudadano (MC), partido que lo ha acompañado durante los últimos seis años.
Sin embargo, seis días después de la elección anunció que abandonaría al partido que lo llevó a la victoria, porque su gobierno sería ciudadano.
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El ahora gobernador electo de Jalisco fue una de las figuras más importantes del MC, el cual impulsó hasta conseguir 24 alcaldías en 2015 y 71 en este 2018 (24 solo de MC y 45 con PAN y PRD).
Además, el domingo 1° de julio el partido naranja obtuvo las senadurías y 15 diputaciones locales, en coalición, convirtiéndose en la primera fuerza política del estado.
Pero esta no es la primera ocasión en que Enrique Alfaro deja un partido político una vez en el cargo. En 2012 renunció al PRD cuando era alcalde de Tlajomulco, bajo las siglas del sol azteca.
En La Silla Rota damos a conocer la trayectoria del gobernador electo de Jalisco y su historia con Movimiento Ciudadano.
Luego de militar en las filas del PRI y del PRD, Enrique Alfaro encontró su barco y tripulación en las filas de Movimiento Ciudadano.
Aunque nunca fue militante naranja, el partido fue indispensable para el movimiento izquierdista que sembró en Jalisco en 2012, cuando Alfaro Ramírez buscó por primera vez la gubernatura de Jalisco.
Tras su crecimiento y notoria presencia a nivel nacional, Movimiento Ciudadano tomó su mayor auge en las elecciones del 7 de junio de 2015. A nivel nacional el partido logró 2 millones 169 mil sufragios, de esos el 34% por ciento los obtuvo en Jalisco (742 mil 458 votos), entidad donde impuso una nueva era partidista.
Ese año, Enrique Alfaro, de la mano de Movimiento Ciudadano, logró terminar con el bipartidismo reinante entre el PRI y el PAN en la capital tapatía, convirtiéndose en el presidente municipal de Guadalajara para el periodo 2015-2018.
En esa ocasión el partido naranja se impuso en 25 municipios, entre ellos en Guadalajara, así como Zapopan, Tlajomulco y Tlaquepaque, pertenecientes a la zona conurbada; además, logró ganar 14 escaños en el Congreso con el voto de la gente.
Es por ello, que Enrique Alfaro se convirtió en el rostro de Movimiento Ciudadano, no sólo en Jalisco, sino a nivel nacional.
Para diciembre del 2017, pidió licencia en la alcaldía de Guadalajara para buscar, por segunda ocasión la gubernatura, bajo las siglas del partido naranja.
Esta vez, Enrique Alfaro sí ganó la gubernatura de Jalisco, y por primera vez Movimiento Ciudadano se había obtenido la jefatura del poder ejecutivo de un estado, con un millón 353 mil 974 votos a su favor.
A pesar de esta significativa mancuerna entre el MC y Enrique Alfaro, el ahora gobernador electo ha decidido abandonar ese barco que le dio una alcaldía, una gubernatura y un liderazgo partidista, para navegar sin banderas los seis años que le esperan de gobierno.
Expresé que quiero ser el mejor gobernador que haya tenido Jalisco y para lograrlo, anuncié mi compromiso de gobernar por encima de los intereses de los partidos políticos.— Enrique Alfaro (@EnriqueAlfaroR) 6 de julio de 2018
Según sus palabras, consolidará un gobierno ciudadano, sin partido político.
En medio de este discurso, afirmó que buscará al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador para “armonizar alguna de sus propuestas”.
Sin embargo, este acercamiento es cuestionable, por la conflictiva relación que hay entre ambos políticos, quienes hicieron notorio su distanciamiento en este proceso electoral, al intercambiar acusaciones hasta en redes sociales.
La tripulación que deja Alfaro en MC
Tras la salida de Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano, parece no habrá preocupación por las próximas decisiones que tome el partido, ya que dejo una tripulación muy sólida conformada por su círculo más cercano que permanece no sólo dentro del partido, sino de la administración pública.
En la capital jalisciense, tuvo el triunfo el candidato emecista, Ismael del Toro; fiel seguidor de Alfaro. Ha seguido sus pasos al ser presidente municipal de Tlajomulco y ahora presidente electo de Guadalajara, pero su cercanía es mucho más estrecha, ya que el pasado viernes Alfaro nombró a del Toro como parte del grupo que se encargará del proceso de transición y lo nombró como su coordinador de agenda política.
Otro de su más cercano círculo que se queda en el partido es Salvador Zamora, quien fue impulsado por Alfaro para ser presidente municipal de Tlajomulco y quien ganó en este proceso electoral con un 47% de la votación.
Su relación con Alfaro empezó en 2010, cuando éste lo nombró Director de Medio Ambiente y Ecología del Municipio. Además, en 2012, también lo impulsó para ser diputado local por el distrito 7, ganando con una votación histórica, ya que fue el único miembro de MC que triunfó en esos comicios estatales.
Esto logro la fidelidad de Zamora al respaldarlo luego de la salida de su coordinador de campaña para gobernador en este proceso electoral, Uribe Camacho, quien decidió unirse a las filas de Morena.
Alfaro ha mantenido la lealtad de varios jaliscienses que han decidió permanecer en el partido a pesar de su salida, por ejemplo, Pablo Lemus Navarro. Fue el candidato impuesto por Enrique Alfaro a la alcaldía de Zapopan en 2015 y quien ahora se convirtió en el primer presidente municipal que gana una reelección. Lemus ganó el más reciente proceso electoral con 182 mil 663 votos, cifra con la que supera los 180 mil 342 sufragios obtenidos en la votación de 2015.
Su entrañable lealtad a Alfaro lo llevó a calificar de “guerra sucia” el reportaje periodístico donde supuestamente Alfaro es investigado por el Departamento de Justicia de gobierno de Estados Unidos.
Pero el ahora gobernador electo no sólo tendrá lealtad en los municipios, sus amistades políticas partidistas también se mantendrán en el Senado con Clemente Castañeda, ganador electo de la fórmula para el Senado con la coalición Por México al Frente (PAN-PRD-MC), a quien nombró encargado del vínculo y la comunicación con el gobierno federal, además de hacerlo parte del equipo de transición con el actual gobierno.
Alfaro anunció su retiro de Movimiento Ciudadano, pero no se desistió de dejar a sus subordinados políticos en más del 50 por ciento de los cargos públicos que ganó con aquel partido que lo respaldó en sus últimos años.
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