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El video de la captura de Elba Esther

A seis años de su detención, esta es la historia completa

Escrito en ESPECIALES LSR el

Ese martes 26 de febrero de 2013, justo hace seis años, Elba Esther Gordillo amaneció indispuesta, con el ánimo alterado. Tiempo después recordaría ante sus allegados que la noche anterior había dormido mal, lo que atribuyó a la ansiedad de esos días. Luego concluiría que se trataba de un mal presagio.

No se tomó tiempo para escoger su ropa o maquillarse, por lo que sólo anudó su cabello y optó por un conjunto deportivo, unos pants negros con una sudadera del mismo color que al frente ostentaba el diseño de un corazón formado por estrellas y la leyenda “Love struck” (enamorada). Antes de iniciar el vuelo el capitán de la nave le sugirió tomar un coctel que, le dijo, la relajaría. Ello aceptó, contra su costumbre de evitar el consumo de alcohol por recomendación médica.

Esa bebida la hizo dormir casi todo el vuelo, que transcurrió con una sola novedad que en su momento pasó casi desparcibida para el piloto, pero que luego cobró relevancia: desde el momento de cruzar la frontera con México, otra nave los acompañó a la distancia durante su trayecto, hasta que se dispusieron a aterrizar.

La lideresa magisterial tenía programada para esa noche una cena a la que la había convocado en días previos el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, actual líder senatorial del PRI. Le había ofrecido que al encuentro acudiría también Luis Videgaray, secretario de Hacienda.

Osorio, quien había recibido apoyo político de la maestra Gordillo durante más de una década, la visitó en las semanas previas en su casa de Polanco para buscar convencerla de que aceptara la reforma educativa impulsada por el gobierno Peña Nieto. Visitas similares realizó el entonces jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, de acuerdo con versiones de primera mano confirmadas por LA SILLA ROTA.

En todos los casos, aseguraron las fuentes, las conversaciones concluían con los mismos argumentos de Gordillo: “Ustedes no entienden lo que van a provocar si insisten en que la permanencia de los profesores en su trabajo dependa de una evaluación subjetiva. No cuenten conmigo. Si les estorbo, hagan de mí lo que quieran…”.

Ella informó a Osorio que permanecería varios días en su residencia de San Diego, California en la exclusiva isla de Coronado. La mansión de siete habitaciones y vista al mar, se halla en el área de Coronado Cays, en el número 23 de Green Turtle Road. Su valor comercial se estima en 5 millones de dólares. Nunca se ha aclarado cómo se hizo ella de esa propiedad.  

Tiempo después ella diría a sus cercanos que debió haber presentido que se dirigía a una celada. Los encuentros privados con Osorio y Videgaray serían efectuados en la víspera del 36 Consejo General Extraordinario del SNTE, que había convocado en Jalisco, para consolidar su liderazgo y lanzarse a la batalla contra la reforma educativa.

Meses más tarde, ya en prisión, Gordillo se enteró que durante su estadía en San Diego, Osorio Chong había logrado cooptar de manera encubierta al secretario del SNTE, Juan Díaz, y a Soralla Bañuelos, apoderada general del sindicato, pactando una estrategia para neutralizar a la presidenta de la organización.

“¿Cuál es la necesidad de esto…?”

Hacia mediodía de ese 26 de febrero un comando integrado por policías federales, efectivos militares y agentes del Ministerio Público Federal estaba ya discretamente ubicado en las inmediaciones del aeropuerto de Toluca para ingresar en cuanto el jet ejecutivo propiedad del SNTE aterrizara llevando en su interior a la dirigente sindical desde San Diego.

A esa misma hora la nave estaba lista para ser abordada. Gordillo la había estrenado ocho años atrás. Un Cessna 560 Citation Encore, con  matrícula XA-UEF, con valor comercial en 2013, de 3.9 millones de dólares, casi 80 millones de pesos de la época. La nave puede albergar a siete pasajeros en sus respectivos sillones de lujo, forrados en piel.

Ese jet era el centro de una leyenda que incluía haber albergado, en sus muy numerosos viajes, negociaciones políticas de -literalmente- altos vuelos con gobernadores, políticos y empresarios. A ello se sumaban historias secretas de internamiento de todo tipo de mercancías de lujo y en sentido contrario, del envío hacia Estados Unidos de grandes cantidades de dinero en efectivo, incluso de lingotes de oro, para ser ocultados, se había publicado, bajo el piso de la residencia de San Diego.

El video del operativo de la detención de la señora Gordillo, que presenta LA SILLA ROTA y que hasta hoy fue guardado bajo estricta confidencialidad, muestra cómo en los primeros instantes ella observó apacible el ingreso de los primeros agentes, quizá pensando que era personal de Migración. Pero se sobresaltó cuando se abrieron paso efectivos con pasamontañas que tomaron control de la cabina. Atrás de ellos entra un representante del Ministerio Público Federal. Ella pareció palidecer cuando fue informada que quedaba bajo arresto y le fueron leídos sus derechos.

Gordillo no pareció escucharlo, guardó silencio. Y de pronto expresó lo que pareció un pensamiento en voz alta: “¿Cuál es la necesidad de esto?…¡qué barbaridadad!”.

“Deben estar tranquilos, les aseguro que no les daré ningún problema. Soy una señora, he estado enferma, y espero respeto de su parte. Les pido que estén tranquilos”, dijo todavía la dirigente, según el nítido registro del video.

 

Gordillo, la lideresa sindical más emblemática del país, la mujer que la revista “Forbes” había nombrado apenas meses atrás la política más poderosa del país, estaba siendo derrocada de un imperio que le ofrecía la mayor base social que dispusiera personaje público alguno en México. 

En el preciso momento de la detención, los teléfonos de gobernadores, líderes partidistas, funcionarios públicos federales y dirigentes gremiales empezaron a recibir llamadas desde la Secretaría de Gobernación o desde Los Pinos en las que se les dio cuenta del arresto de la señora Gordillo y las razones para ello. Se pidió a todos operar una estrategia en sus respectivos ámbitos a fin de evitar sobresaltos o exabruptos. El país debía estar tranquilo.

El operativo de la detención incluyó un avión de la Marina, matrícula AMT 200, que aguardó en el aeropuerto de Toluca a 200 metros de donde se preveía aterrizara la nave que transportaba a la lideresa magisterial. Apenas se abrió la portezuela del jet propiedad del  SNTE, de aquél descendió un grupo de funcionarios de la PGR, entre ellos una mujer que usaba pasamontañas, apoyados por dos marinos con armas largas. Desde atrás se escuchó un grito: “¡No se nos vaya a ir…!”.

El grupo abordó con rapidez la nave estacionada y cinco minutos después bajaba con la señora Gordillo bajo custodia y la subió a una camioneta pick up que cubrió la breve distancia hacia el avión de la Marina. Antes se registró una breve discusión con agentes de Migración que reclamaba que la dirigente firmara la declaración correspondiente, lo que acabó haciendo arriba ya de la segunda aeronave.

Desde el primero momento ella solicitó que su asistente le llevara su teléfono móvil; alegó que debía informar a sus hijas de lo que estaba ocurriendo “para que no se preocupen”. Advirtió a sus captores que en ese momento en Jalisco estaban reunidos en asamblea los maestros “y quiero decirles que estén tranquilos…”. Pero más tarde advirtió: “Lo que están haciendo es terrible por lo que puede pasar. Yo no podré responder de lo que provoque esto…”. 

Frente a ella, el funcionario de la PGR le ofreció que “desde luego” le llevarían su teléfono. En ese momento otro policía le colocó un tapa-ojos a la dirigente. En técnica policiaca, este recurso se emplea para provocar la sumisión de la persona detenida.

Salvo los primeros instantes de la detención, la dirigente lució aplomo y ofreció a sus captores que cooperaría en su traslado.

“No les daré guerra, soy una señora y no tengo delito”. A lo que más tarde añadió: “Por fortuna soy maestra…”.

En los instantes posteriores, ya con los ojos tapados y escuchando que el ministerio publico seguía haciendo comentarios, Gordillo lo interrumpió y le dijo que no deseaba tener ningún intercambio de palabras con él, que dejara de dirigirse a ella. El guardó silencio. El teléfono celular de la dirigente nunca llegó.

La nave de la Marina inició un corto vuelo hasta el hangar de la Procuraduría General de la República (PGR) en la capital del país. Al llegar, otro grupo de funcionarios subió al avión. Uno de ellos le confirmó a Gordillo su arresto. Le informó que sería trasladada a un penal femenil y que un vehículo oficial se hallaba listo para ello. Cuando estaba a punto de dejar el hangar, llegó la instrucción de la Secretaría de Gobernación para que se proporcionara a la detenida un teléfono. Por fin, Elba Esther Gordillo hizo su ansiada llamada.

Cuando la dirigente magisterial ya iba camino a prisión, en el propio hangar de la PGR inició una conferencia de prensa bajo la conducción inicial del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien informó de la detención de la dirigente del SNTE y de tres colaboradores: Nora Ugarte, Isías Galindo y José Manuel Díaz, por “múltiples operaciones” irregulares que superan, dijo, los 2 mil millones de pesos.

La PGR conservó incautado el avión comprado por la dirigente. Una aeronave en que ella o integrantes de su familia habían viajado en promedio una vez por semana desde que lo habían adquirido según cálculos de las autoridades que tuvieron acceso a las respectivas bitácoras de vuelo.

Nunca el SNTE o sus abogados; los abogados de la compañía “Avemex”, S.A. de C.V., operadora oficial de la aeronave, o los abogados de la señora Gordillo hicieron reclamo alguna para recuperar la aeronave, sobre la que razonablemente tendrían que haber justificado el procedimiento de compra y el origen de los recursos utilizados para ello.

La PGR hizo publicar un edicto en el que se convocaba a personas físicas o morales a reclamar el jet. Nada ocurrió. Ese emblema de la corrupción sindical fue declarado en abandono. La PGR le cambió la matrícula a una oficial, la XC-LNN, y comenzó a usarla para diversos traslados de funcionarios, pero también de presuntos delincuentes apresados.

En agosto de 2013, apenas seis meses después de la detención de la dirigente magisterial, el avión fue usado para trasladar a la capital del país a otra dama célebre: Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico. Porque la vida encierra siempre ironías sorpresivas y un inevitable sentido del humor.

Se empezaba a cerrar un nuevo ciclo en la historia del sindicalismo mexicano. Se estaba desmoronando un imperio construido bajo las reglas del sistema, y bajo esas mismas reglas estaba cambiando de mando…. conforme la voluntad del presidente de la República. En esta ocasión sin embargo, flotaba en el ambiente la pregunta de si la derrota de la maestra sería definitiva. O no.

(Este texto incluye un extracto del libro del autor “El derrumbe. La herencia envenenada de Peña Nieto”, que bajo el sello de Grijalbo saldrá a la venta en las próximas semanas).