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El hundimiento de un metro de un edificio se escuchó como un choque, dicen vecinos

Vecinos recordaron que hace unos cuatro años comenzó el desalojo del edificio, porque nunca quedó igual luego del terremoto de 1985

Escrito en METRÓPOLI el

Un estruendo se escuchó alrededor de las 3 de la mañana en la calle de Avena y Resina, en la colonia Granjas México. “Se escuchó como si hubieran chocado dos camiones, y seguido chocan en la avenida, por eso ni salí”, dijo un vecino de la calle Alfalfa, a unos pasos del hundimiento parcial de la banqueta ocurrido en el edificio de Avena 630 y de una parte de la casa vecina.

Cerca del edificio está la transitada Añil y un poco más lejos, el aún más abarrotado Circuito Interior. Los choques en la zona son más frecuentes que en otras de la ciudad. Pero en esta ocasión a los pocos minutos llegaron los bomberos y personal de protección civil y la luz de las torretas iluminó la casa del vecino, y entonces el vecino, que no dio su nombre, se dio cuenta que fue más cerca, a unos pasos de su casa y que no se trató de un choque, sino de un hundimiento. 

El edificio que se hundió la mañana de este 24 de enero obligó a que se pusieran cintas de seguridad en las esquinas de Avena con Resina, y también la de Avena con Alfalfa, y sólo personal de Protección Civil podía pasarlas. Automovilistas, ciclistas y peatones fueron desviados hacia otras calles. 

La banqueta pegada a unas cortinas metálicas del propio edificio, sobre Avena, se veía hundida y rota, como si alguien hubiera dado enormes cincelazos. Una casa vecina de color verde tenía su marquesina y la entrada de su coche chuecas. Aunque a simple vista no era perceptible, bastaba detenerse unos segundos para ver que el suelo de la calle sí se veía sumido.

Por la mañana llegó el alcalde de Iztacalco, Armando Quintero, quien dijo que a reserva de lo que le informaran después, pero hasta ese momento él tenía datos de que no había permiso de la empresa dueña del edificio para la remodelación, que los vecinos aseguraron fue reciente, algo que coincide con que el edificio se ve recién pintado. 

Vamos a checar y si no es así vamos a proceder legalmente y saber si tenían autorización de remodelación. Vamos a revisar si está apegado a la ley”, advirtió.

Después el alcalde se fue y se quedó personal de Protección Civil, y algunos de sus elementos aseguraron que los vecinos habían sido desalojados. Pero uno de ellos, Roberto Barrón, afirmó que él seguía en su casa, enfrente del edificio, y dijo que evaluaría si se iba a otro lado. Pero lo que más le preocupaba es que debía ir a trabajar e iba a dejar a su mamá ahí.

Desde la esquina, el viejo edificio que alguna vez perteneció a la Secretaría de Hacienda se veía un poco inclinado, pese a lucir recién pintado.

Antonio Cruz, quien lleva más de 50 años de vivir en la zona, recordó que el edificio, que era una visita obligatoria en los ochenta y noventa para obtener el Registro Federal de Contribuyentes, resultó dañado por el sismo del 19 de septiembre de 1985, y también por el del 2017.

Otros vecinos recordaron que hace unos cuatro años comenzó el desalojo del edificio, porque nunca quedó igual luego del terremoto de 1985. Cuando Hacienda lo vació, la empresa dueña lo remodeló, incluso le quitaron parte de estructura de granito que tenía y que lo hacía más pesado, y a inicios del 2017 comenzó a ser usado por empleados del Tribunal de Justicia Agraria. Pero el terremoto del 19 de septiembre de ese año provocó su huida y se negaron a regresar. Volvió a vaciarse.

Aunque se le dio otra remodelada y se pusieron letreros de que estaba en renta, no volvió a ocuparse desde entonces. Después de esto será más difícil que alguien lo rente, previó otro vecino, quien tenía una cafetería que cerró después de que se fueron los del tribunal.

Con el temblor se volvió a desocupar, no duró ni un año, los del tribunal sí se fueron luego luego”, dijo otra vecina.

“Con esto menos se va a rentar. Yo pensé ya se hizo el negocio”, expresó desanimado quien fuera dueño de una cafetería.

No es el único negocio que se ve cerrado, y no precisamente por el cerco de seguridad impuesto por las autoridades.

Los negocios de papelerías que antes abrían frente al edificio de Hacienda, están casi todas con sus cortinas cerradas y sólo un par está abierto.

Al lado del edificio, sobre Avena, otro local de comida también está cerrado y lleva así bastante tiempo.

Sin embargo este jueves la zona lució movida y el hundimiento del edificio se convirtió en el tema del día. Una vendedora de jugos sobre Resina comentó a una compañera “imagínate si se llegara a caer”. 

Los curiosos llegaron, veían el edificio, algunos tomaron fotos, y se iban. Parecía una atracción. Pero los vecinos mostraron su preocupación y expresaron a La Silla Rota que lo mejor es que lo demolieran ya porque representa un peligro.

Pero también explicaron que no es el único edificio que les preocupa. Criticaron que con la construcción de nuevos edificios, de pronto en la calle se ven hoyos, como el que está en la paralela de Avena, en Azafrán.

Señalaron que la zona es fangosa y con el paso de los camiones se llega a mover. 

“Nos preocupa y nos asusta”, resumió Antonio Cruz, vecino de Azafrán.

La empresa dueña del edificio no tenía permiso para los recientes trabajos de remodelación, por lo que se les va a aplicar una fuerte multa, informó a La Silla Rota la alcaldía de Iztacalco. 

De los trabajos que estaban realizando en el interior del edificio no informaron a la alcaldía, por lo que se les aplicará una importante multa”, informó el área de Comunicación Social, sin precisar la cifra.

fmma