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El Coqueto, el sanguinario microbusero y asesino serial

Esperaba a estar solo con sus pasajeras para violarlas y asesinarlas dentro de su microbús para luego regalarle sus cosas a su esposa

Escrito en ESTADOS el

Ciudad de México (La Silla Rota).- Su forma de actuar era similar en casi todos los casos: esperaba a que una joven mujer se quedara sola en su microbús, para entonces, cerrar la puerta del vehículo, apagar las luces, desviar la ruta a un lugar apartado donde pudiera violar y asesinar a sus víctimas. En las manos del microbusero César Armando Librado Legorreta, “El Coqueto”, fueron violadas 8 mujeres y 7 de ellas fueron asesinadas con una “llave china”.

 ‘El Coqueto’, nombre que se le otorgó por un letrero que tenía en un espejo de su unidad, trabajaba en la ruta 27 que va de Valle Dorado en Naucalpan a Metro Chapultepec y en la ruta 2 que circula sobre la México-Querétaro. 

En apariencia, se trataba de un hombre común, tenía una familia integrada por su esposa América y dos hijos. Desde los 15 años se convirtió en chofer de transporte público, ocupación en la que compañeros suyos lo describieron como “odioso”, “vulgar” y “entrón para gritarles obscenidades a las mujeres”.

El historial criminal de El Coqueto inició el 21 de junio del 2010 cuando agredió sexualmente a su primera víctima.

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“Ella se sube en Valle Dorado a las 5 de la mañana y me paga. Yo me paro en la clínica 58 del Seguro Social sobre el Periférico para revisar mi gas y veo que la aguja sigue fallando. Entonces le digo toma otro micro a lo que me responde que está bien pero que la deje más adelante porqué ahí está muy oscuro.

“Me arranqué y ya no la bajé, pasando el Hotel Plaza Satélite, me meto en una calle a las orillas de San Lucas. Apago el microbús, me le acerco a ella y le digo ¡Ya valió madres hija de tu pinche madre, no te pongas al pedo porque te voy a violar!”, así ocurrió su primer asesinato según sus propias a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM)

Pero esa joven que estranguló, violó y abandonó en una calle cercana a la vía López Portillo sobrevivió y denunció los hechos, pero la ineptitud de las autoridades hizo que tardaran dos años para poder atraparlo. Mientras tanto, seis mujeres murieron en sus manos.

Los asesinatos

Según los estándares del FBI, ‘El Coqueo’ actuaba como un asesino mixto, ya que éste no necesariamente conocía a sus víctimas, ni planeaba como cometer sus fechorías, solo aprovechaba la oportunidad, cuando se quedaban solas, dormidas o iban en estado de ebriedad.

En un escalofriante relato, el asesino confesó sus crímenes en los que recordaba hasta el color de la ropa interior que llevaban las mujeres a las cuales mataba por “miedo a que lo denunciaran”. 

Sobre sus crímenes reveló que, a su primera víctima, cuyo nombre nunca ha sido dad a concoer para mantener su integridad, la creyó muerta después de violarla.

El 13 de julio del 2011 atacó a la abogada Blanca Elia Magaña, de 28 años, luego de decirle que “no se bajara, que le daría un aventón”.

El 26 de octubre del 2011, asesinó a Camila de 17 años, maquillista de una televisora. Dejó su cuerpo cerca de la Secretaría de Gobernación, en la colonia Juárez.

La cuarta fue la estudiante Eva Cecilia, de 16 años, quien el 26 de noviembre la subió a su micro en un punto fuera de su ruta y pensó para sí mismo, “ésta ya se chingó”.

Cecilia estudiaba en el Bachilleres de Satélite y estaba a punto de obtener la certificación para dar clases de natación, era dinámica y hasta autosuficiente, pues desde pequeña trabajó como empacadora en el Superama de Santa Mónica..

Ceci subió a un microbús de la Ruta 27, de color verde en la vía López Portillo, en la zona de Ciudad Labor rumbo a Ciudad Satélite, el sábado 26 de noviembre del 2011, pero nunca llegó a su casa en la zona de Mundo E.

Cuando subió sólo iban dos o tres pasajeros, Ceci sólo hizo una expresión de preocupación al ver hacia el fondo de la unidad, ésa es la última imagen que su novio tiene de ella.

Eran casi las diez de la noche cuando subió al microbús, del cual su novio recuerda que tenía un cristal roto, del lado donde suben los pasajeros. Desde esa noche su madre empezó a buscarla. Su familia y sus amigos de Bachilleres organizaron brigadas de búsqueda.

“Llevo tres meses sin trabajar porque me dediqué a buscar a mi hija a la que yo sola encontré, al hurgar en un altar de expedientes el 27 de diciembre de 2011”, un mes después de que desapareciera, contó la mamá.

El rostro de la joven era irreconocible, pero traía aún puesta su sudadera de color rosa, por lo que después de pruebas periciales de identidad el cuerpo de Ceci fue entregado a su familia y fue sepultada el 29 de diciembre de 2011.

Cecilia, de 16 años de edad (Foto. tomada de la web)

El cuerpo de Sireni Dayana lo dejó por la carretera a Lago de Guadalupe, la Navidad del 2011.

En vísperas de año nuevo, agredió a Fernanda Navarrete Valladares, de 20 años y empleada en un restaurante, en las inmediaciones de Ciudad  Satélite.

El 8 de enero de 2012 a Fidelia Ayala la despertó a toqueteos y golpes en la base de Valle Dorado.

El 18 de enero del 2012, a Patricia Briaño Herrera, de 35 años y cocinera en la colonia Del Valle, le ofreció llevarla a su casa si le pagaba lo mismo que a un taxi, antes de matarla.

Para intentar despistar a las autoridades, los cuerpos siempre fueron dejados en diferentes lugares del Estado de México y la Ciudad México. En todos los casos se concluyó que eran zonas oscuras y con escasa vigilancia.

Regalos

‘El Coqueto’ confesó que a sus víctimas les robaba sus pertenencias como ropa, perfumes, maquillajes para regalárselas a su pareja y los celulares los empeñaba, excepto uno que regaló a su esposa. Fue justamente ese teléfono con el que lograron atraparlo.

Lo atrapan y escapa

Imagen de su recaptura (Foto. tomada de la web)

La PGJEM descubrió que el teléfono celular de Sireni Dayana Pulido García, de 22 años, seguía activo, que se le había cambiado el chip pero gracias al número IMEI se logró rastrear.

Para sorpresa de los oficiales lo manejaba una mujer, lo que los desconcertó, sin embargo, para ese entonces ya se contaba con un retrato hablado (hecho por la mujer que sobrevivió). Días después dieron con el domicilio de ‘El Coqueto’ en la colonia Izcalli del Valle.

Fue el sábado 26 de febrero del 2012 que lo detuvieron cuando se dirigía a una casa de empeño y durante seis horas de interrogatorio narró con detalles como había violado y matado a cada una de sus pasajeras.

Sin embargo, la madrugada del 28 de febrero mientras se encontraba en el tercer piso de la Subprocuraduría de Justicia de Barrientos en Tlalnepantla aprovecharía que los guardias dormían para safarse el dedo pulgar y quitarse las esposas.  Luego con un par de cables intentó descender por la ventana, pero resbaló estrellándose contra el piso.

Arrastrándose lograría pedir auxilio a un automovilista bajo la excusa de que había sido atropellado para que lo llevara a la casa de su hermano. De ahí lo llevarían a la vivienda de su tía en la delegación Magdalena Contreras.

Cuando se dio la noticia de su escape, la madre de una de las víctimas dijo ante los medios “que no lo entregaran, que lo lincharan por lo que había hecho” lo que provocó una intensa presión para el entonces Procurador Alfredo Castillo quien ordenó un operativo para rastrearlo.

Una semana después, el entonces gobernador mexiquense Eruviel Ávila anunció que había sido recapturado el feminicida, con las vértebras reventadas y la pierna derecha muy grave por la caída durante su fuga.

‘El Coqueto’ declaró “yo sabía que no iba a llegar a ningún lado. Incluso pensé en entregarme porque me dolía mucho el cuerpo”.

El castigo que se le dio a semejante criminal capturado en 2012, fue el de 240 años de cárcel en el penal de máxima seguridad de Topo Chico, en un caso que puso en evidencia la pésima atención que reciben las víctimas de algún crimen y el constante peligro que viven las mujeres en tierras mexiquenses.