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Persisten dudas en móvil del multihomicidio de la Narvarte

Todavía se desconoce el móvil de los 4 feminicidios y el asesinato del fotógrafo Rubén Espinosa; fueron 50 minutos de horror, según el expediente

Escrito en METRÓPOLI el

A tres años del multihomicidio en la colonia Narvarte, donde fueron asesinados el fotógrafo Rubén Espinosa, la activista Nadia Vera, Mile Martín; Yessenia Quiroz y Alejandra Negrete, sólo un implicado está sentenciado.

Se trata del expolicía preventivo Abraham Torres Tranquilino, pieza clave del crimen, pues conocía a una de las víctimas: la colombiana Mile Martín.

Omar Martínez Zendejas y Daniel Pacheco Gutiérrez, el primer detenido, aún esperan sentencia en prisión.

LA SILLA ROTA consultó el expediente 129/2015 y en ninguna actuación de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) se buscó llegar al fondo de las razones que tuvieron los tres acusados para cometer los feminicidios y el homicidio de Rubén Espinosa.

Buscados por LA SILLA ROTA, familiares de Mile no quisieron hacer comentario alguno, lo mismo que algunos funcionarios y exfuncionarios de la Procuraduría que participaron en las indagatorias.

Sólo los responsables, entre ellos Abraham, conocen las verdaderas razones, pero se negaron a revelarlas cuando fueron interrogados por las autoridades.

Abraham insinuó una causa que, a la postre, resultó imposible de acreditar: el robo de una maleta con cocaína que tenía en su poder Mile Martín.

No hubo evidencia que reforzara su dicho y la PGJ tampoco indagó lo necesario, según concluyó la Comisión de Derechos Humanos capitalina (CDHDF), en su Recomendación 4/2017.

ASÍ OCURRIÓ EL MULTICRIMEN

Love Hater, se leía en el estampado de la playera blanca que llevaba Omar Martínez Zendejas. Fue el último en bajar de una Suburban estacionada sobre la calle Zempoala, en la colonia Narvarte.

Era el 31 de julio de 2015, 14:06 horas, según videos de cámaras particulares obtenidas por la Procuraduría capitalina.

Antes que Omar, descendieron Daniel Pacheco Gutiérrez y Abraham Torres Tranquilino, un expolicía que había estado en la cárcel por torturar a unos detenidos en Tepito.

Todos llevaban gorras oscuras e intentaban bajar la cabeza mientras se aproximaban al edificio marcado con el 1909 de la calle Luz Saviñón.

Abraham tocó el interfón y del otro lado contestó Mile Martín, una joven colombiana que tenía un par de meses de vivir en ese edificio.

Conoció a Abraham en un bar y aparentemente surgió una suerte de amistad. Ese día, ella le pidió ayuda para crear una página de Internet donde la colombiana anunciaría servicios sexuales.

Por ello, Mile abrió la puerta del inmueble y luego la de su apartamento para que pasara Abraham. Creía que él iba solo.

En el sitio habitaban también la maquillista Yessenia Quiroz Alfaro, amiga de Mile; Esbeidy y la activista social Nadia Vera.

Justo cuando entraron Daniel, Omar y Abraham, el fotógrafo Rubén Espinosa se despedía de Nadia al pie de la puerta de su cuarto.

Ya no lo dejaron salir.

Rubén había estado conviviendo con Nadia y un amigo en esa habitación. Durante la madrugada, el amigo y el fotógrafo se despidieron de la veracruzana y salieron del departamento, pero Rubén decidió regresar.

Pareciera que su destino estaba marcado: fue al primero que sometieron los sospechosos.

Lo golpearon, igual a Nadia, y enseguida amagaron a Mile y Yessenia con una pistola. Alejandra Negrete hacía el quehacer y fue amarrada de pies y manos a la entrada de un baño.

Fueron 50 minutos de horror, según el expediente del caso.

Esbeidy era la única que no se encontraba esa tarde, pues estaba trabajando. Horas más tarde, al arribar al apartamento, encontró los cuerpos de las cinco víctimas.

Todos habían sido golpeados, pero a Rubén y Nadia los lesionaron con un pelador de papas; a Yessenia la ahorcaron con el cable de un cargador y a Mile le colocaron un dildo en el recto.

Cada uno recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza.

Todo por presuntamente robar una maleta cuyo contenido hoy en día sigue siendo un misterio.

En el apartamento había drogas. En el cuarto que Mile compartía con Yessenia había una bolsa con metanfetaminas y en el de Nadia había mariguana.

No obstante, el móvil de que alguna de las víctimas se dedicara al narcomenudeo se descartó, pues en los teléfonos de Mile y Yessenia aparecían únicamente mensajes para comprar droga en pequeñas cantidades y no venderla.

Rubén y Nadia habían huido de Veracruz por amenazas del Gobierno del priista Javier Duarte, pero este móvil se desechó al no haber una prueba contundente de que los tres asesinos tuvieran nexos con el entonces gobernador, o policías de su administración.

Se acreditó, por el contrario, que el expolicía Abraham tenía una relación cercana con Mile y que, tanto sus registros telefónicos como los de los otros dos hombres, indicaban solamente comunicación entre ellos, familiares, parejas sentimentales y conocidos en CDMX.

Cuando los tres fueron arrestados, cada uno en diferente fecha, tampoco se aclaró el porqué de los asesinatos.

Daniel Pacheco dijo que ninguno de los tres lo hizo, que sólo habían ido a sostener relaciones con Mile y Yessenia, cosa que resultó falsa.

Abraham relató que habían robado una maleta con cocaína que a Mile le entregaron en el Aeropuerto capitalino, lo cual tampoco pudo corroborarse científicamente.

Omar, el personaje más misterioso del caso, calló. Se acreditó que tenía ingresos económicos cuyo origen podría ser ilícito, que pagaba a Abraham por diferentes actividades y que solamente él accionó el arma con la que se privó de la vida a todos.

En su vivienda de Paseos de Taxqueña, las autoridades descubrieron que coleccionaba tenis; había decenas de cajas nuevas y que era aficionado de los perros pitbull.

Sus cómplices aseguraron que era el líder y que al parecer pertenecía a una banda de narcotraficantes.

La Procuraduría local jamás aclaró si esto lo comprobó con información de la Procuraduría General de la República (PGR) o el CISEN. Lo mismo con los posibles vínculos de Mile con traficantes de cocaína colombianos, o tratantes de personas ligados al sexoservicio.

Sobre el móvil que señalaba al gobierno de Javier Duarte, los indicios descartaron, siquiera, que los homicidas supieran que Rubén era fotoperiodista y Nadia activista. Se revisaron sus teléfonos y computadoras, pero no había búsquedas o páginas al respecto.

Por todo ello, a tres años de los hechos, lo que motivó el multihomicidio sigue estando en el aire.

AJ