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Vivir de milagro, el día a día de miles de familias mexicanas

La economía mexicana elude de momento la recesión técnica, pero se precariza la calidad de vida de miles de familias con ingresos mínimos, aquí algunas historias

Escrito en DINERO el

Enrique y Martha trabajan en jornadas dobles para poder pagar un terreno que compraron y los abonos de sus muebles.

En Ciudad Victoria, Tamaulipas, cada uno realiza dos trabajos para juntar unos 14 mil pesos mensuales con los que sostienen a sus dos hijos, Manuel y Lucía, para poder dar el abono del lote que compraron en donde no hay agua, ni drenaje, ni energía eléctrica, así como para dar otro abono de la cama y la televisión que compraron en “cómodas” mensualidades.

Así viven miles de familias mexicanas, de milagro.

“¿Cómo vivimos? Pues de milagro, de milagro”, dice Martha Hernández, quien para conseguir de 2 mil a 2 mil 500 pesos a la semana, sirve en varias casas como trabajadora doméstica y además, para obtener un ingreso extra, vende tamales y hojarascas.

Enrique Sánchez es conserje en un colegio privado donde desde antes de las siete de la mañana asea aulas, recoge basura y arregla desperfectos para ganar 8 mil 500 pesos mensuales, aunque él sí tiene IMSS.

“Cine y cerveza están prohibidos”, lamenta.

 

Para completar su ingreso realiza trabajos de jardinería en casas particulares.

“Pidiendo prestado y ahorrando me compré una máquina podadora y unas tijeras para hacer jardinería, para poder sacar algo más. —Y añadió—: los estudiantes saben que uno es pobre y a veces se compadecen. Me regalan alguna camiseta, tenis o cachucha. A mí no me importa si es ropa usada o si me queda grande o chica. ¡Quién sabe cuándo vaya a estrenar una camisa o unos zapatos!”, reconoce.

Es una de las miles de realidades de las familias pobres en México.

Rolando, en el mero corazón de Monterrey, Nuevo León, bolea zapatos y recoge cartón que luego vende; gana mensualmente entre seis mil y siete mil pesos, pero no le alcanza para el gasto familiar.

“Ya debo tres mil pesos a un camarada que me los prestó porque mi mujer se enfermó, no tengo IMSS y hay que pagar doctor y medicinas. Ya viene la escuela y ahí te encargo los útiles”, recuerda con preocupación Rolando en el crucero de Escobedo y Padre Mier en pleno centro de Monterrey.

“¿Qué es lo que como? Me traigo unos tacos de huevo y frijoles, los caliento en el super y a mediodía me compro comida ahí mismo, una sopa Maruchan, o algo baratito en alguna de las fonditas cercanas. En la casa lo de siempre: frijoles, huevo, papas, tortillas, a veces pollo o carne que se hace rendir en caldo o salsa”, reconoce.

La economía mexicana creció apenas 0.1% en el segundo trimestre del año con respecto al trimestre anterior y 0.4% contra el mismo periodo de 2018, lo cual fue celebrado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se eludió la recesión técnica.

Sin embargo, que México no entre en recesión técnica es una buena noticia pero definitivamente crecer anualmente al 0.4% del PIB, es insuficiente. Y eso lo resienten las familias mexicanas, pues se precariza o contrae el empleo y hay menos ingreso per capita, y con ello, mayor gasto promedio en los hogares.

Y hay más datos que preocupan: al término de 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) del país registrará un crecimiento de 0.79% desde 1.13%, de acuerdo con analistas consultados por el Banco de México (Banxico).

“Esta cifra es preliminar, la final se publica el 23 de agosto”, advierte Abraham Vergara, catedrático de la Universidad Iberoamericana.

El especialista en temas económicos recalca que hay que esperar al dato definitivo y esperemos no regresar a las fechas donde se maquillaban las cifras y nos den la cifra real. Un poco de respiro, no celebración y en espera de lo que pueda acontecer para esa fecha.

Si eso no fuera suficiente, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento económico para 2019 desde 1.6% estimado previamente a 1.1%.

Lo anterior, agregó, significa 0.9 puntos porcentuales menor al utilizado en el Paquete Económico 2019. Ello aunque el presidente López Obrador se aferre al 2% prometido para el cierre de año.

Incluso, la confianza empresarial va a la baja en prácticamente todas las industrias como manufactura, comercio y construcción, que definitivamente pegan en la generación de empleo, que dicho sea de paso, durante julio se perdieron 14,244 plazas, según el IMSS, que resalta una generación de generado 289,301 empleos en 2019 aunque reconoce que junio representó una disminución.

Los datos anteriores inevitablemente merman la economía de bolsillo, la de los ciudadanos y sus familias.

Respecto al clima de negocios, de acuerdo con una encuesta de Banxico el momento actual se considera el peor momento para invertir en él en los últimos 18 años y no hay señales de que la situación para la inversión pueda mejorar.

Para Abraham Vergara, lo que hay es quitar es “el fantasma de la cabeza de la gente, porque uno cuando escucha la posibilidad de recesión las familias se vuelven más cautas en su toma de decisión de consumo”.

Con datos de 2018, los ingresos por hogar disminuyeron de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH).

Los ingresos por hogar promedio por trimestre, detalla el Inegi, pasó de 51 mil 748 pesos en 2016 a 49 mil 610 pesos en 2018, lo que significa una disminución del 4.1%.

Los estados que registraron una disminución significativa de ingresos fueron Veracruz, con una caída del 11.6%, y Baja California, con una baja del 7.8%.

En contraste, en Michoacán hubo un alza del 13.5% en los ingresos promedio por hogares, mientras que Aguascalientes reportó un aumento del 8.3%.

Por otra parte, la Ciudad de México y Nuevo León son las entidades con hogares con mayores ingresos, mientras que Guerrero y Chiapas ocupan los últimos lugares con los ingresos más bajos.

El 15.4% de los ingresos de los hogares derivan de “transferencias”, que incluyen jubilaciones, becas y demás apoyos del gobierno, así como otros beneficios.

El resto de los ingresos emanan de la estimación del alquiler de la vivienda, la renta de la propiedad, y otros ingresos corrientes.

En contraste, los gastos de los hogares aumentaron en un 5.8%. De forma particular, hubo un alza en el gasto enfocado a alimentos y bebidas (6%), vivienda y servicios (6%), transporte (9.2%) y cuidados personales (6%). 

La capital del país y el territorio regiomontano son las entidades que más gastos reportaron, mientras que Oaxaca y Chiapas los que menos gastos registraron. 

“En muchas de las familias más pobres, aproximadamente el 60% de estos ingresos que vienen de programas sociales: becas, recursos del gobierno. Esperaría ver para los próximos años de acuerdo a las políticas de la actual administración que en estos deciles iniciales 1 2 y 3 se vea un incremento en los ingresos, pero no es por un tema laboral sino por dadiva administrativa y no así porque las familias tengan mejores empleos o ingresos. El dato es que de cada peso que ingresa en estos deciles, 37 centavos vienen de ingresos laborales, el resto son ingresos de regalo que es la política de esta actual administración”, lamenta Vergara.

“No hay moneda que alcance”


En Hidalgo, Vianey Estrada trabaja junto con su esposo en un pequeño negocio de artesanías y manualidades.

Con ingresos promedio de 6 mil pesos mensuales, la mayoría del dinero se va en la educación de su hijo. Alrededor de 3 mil pesos en clases de inglés para el joven preparatoriano para poder cumplir su sueño de estudiar en el extranjero.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018, que publicó en julio de este año el Instituto de Estadística y Geografía (Inegi), Hidalgo figura entre las entidades más bajas sobre el gasto corriente que durante un trimestre llega a un hogar hidalguense. Mientras que la media nacional de ingreso es de 49 mil 610 pesos, en la entidad llegan 38 mil 783 pesos; es decir, un 10 mil 287 pesos menos de lo se percibe en el rango nacional.

Detrás de la sonrisa de Vianey, su risa escandalosa y sinceridad para contar historias, dice que su vida no ha sido sencilla y con orgullo acepta que actualmente para las familias hidalguenses “no hay moneda que alcance”.

“MANTENGO A MIS HIJOS CON 1,500 PESOS A LA SEMANA”

Luz María Zamora Hernández tiene 36 años y desde hace 15 vive en la colonia Valle de San Pedro La Joya, uno de los polígonos con mayor índice de pobreza en León, Guanajuato.

Ella es madre soltera. Tiene tres hijos de 11,15 y 17 años. Y se gana la vida limpiando casas. Así los saca adelante.

Vive en la casa de sus padres, donde también reside de hermano. Son siete personas en una pequeña vivienda de dos pisos.

Su jornada laboral acaba a las 6 de larde. Por esta actividad que realiza de lunes a viernes, Lucía recibe una paga de 1,500 pesos semanales. Tiene que cuidar a sus tres hijos con 6 mil pesos al mes. No le alcanza para cubrir todos los gastos. A veces no tiene dinero para darle de comer a sus hijos y es su madre la que se hace cargo.

“A veces sí se me hace difícil. Hay días que creo que ya no aguanto. Y pienso en sacar a mi hija de la escuela para ahorrar. Pero no, cómo sea ella tiene que seguir, tengo que darle la oportunidad”.

Por: Arturo Jiménez / Mauricio Oblea / Kiev Díaz / Jorge Flores / Lorena Rosas / Arnoldo García / David Casas