Al cierre del primer trimestre de 2019, 51 por ciento de la población ocupada ganaba hasta dos salarios mínimos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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Actualmente estos salarios equivalen a 6 mil 160 pesos mensuales, cuando hace un año en el mismo trimestre esa proporción fue de 43.7 por ciento, lo que muestra que la tendencia que se ha presentado desde la última década se ha acentuado.
La población ocupada en México suma 54 millones 53 mil personas, de los cuales 27 millones 783 mil percibe ingresos con ese límite.
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) la pérdida de empleos bien pagados se agudiza por la desaceleración económica y la baja inversión productiva cierra oportunidades laborales.
De igual forma, el IDIC atribuyó a los programas de austeridad en el gasto público el incremento de la tasa de desocupación y en un menor número de ocupación bien pagada.
De la población ocupada más del 56 por ciento, se encuentra en la informalidad y por eso se pagan bajos salarios.
Según cifras del IMSS 5 millones de trabajadores adscritos al sector público en sus tres niveles viven en la formalidad y los otros 32 millones se encuentran en la informalidad, algo que se debe revertir, de acuerdo con el IDIC.
Para el director jurídico de Manpower, Jaime Bustamente, coincide en que la informalidad es el mayor lastre para que el país logre condiciones dignas de trabajo.
Para revertirla es necesario que las empresas cumplan con sus obligaciones, es decir, que los empleados cuenten con Seguridad Social y prestaciones de ley.
Además, se debe evitar el subregistro de los trabajadores ante el IMSS, esto implica que se les inscriba con el salario que perciben en realidad y no uno menor.
Con información de Reforma
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