Existe en México, un margen lo suficientemente amplio para duplicar el salario mínimo del país; lo que significaría pasar de 88.36 a 176.72 pesos al día la remuneración base a los trabajadores mexicanos, de acuerdo con Jonathan Heath, señalado como el subgobernador del Banco de México durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador. “Lo veo alcanzable y factible”, afirma el economista.
“Tenemos una Constitución que dice que el salario mínimo debe ser digno y no puedes ignorarla, como lleva haciéndose durante años. Respetémosla”, apunta Heath, además de detallar que el proceso de incremento debe ser a través de aumentos agresivos, seguidos de los estudios pertinentes sobre sus efectos en la economía nacional. “¿No pasa nada en el mercado? Siguiente aumento y en dos o tres años llegamos a esa meta”.
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De igual forma, el experto considera que más allá de motivos ideológicos, por cuestiones históricas, se han exagerado los supuestos efectos negativos que traería consigo el duplicar el mínimo del salario. “Hace 30 años todas las empresas revisaban los salarios de todos sus empleados en función de cuánto subía el mínimo. Era automático”, explica.
MÉXICO EN QUIEBRA
Respecto a lo declarado por el presidente electo sobre que México está “en quiebra”, considera que López Obrador, más allá de hablar en términos financieros, se refiere a una “quiebra moral” acarreada durante los últimos treinta años en que se ha establecido en el país, sin resultados tangibles, el modelo neoliberal. No obstante, para Heath el sistema político mexicano no se apega al neoliberalismo, sino al "capitalismo de cuates".
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Pero para tratar de corregir ese tipo de cosas no hay que decir que lo que han fallado han sido las fuerzas de mercado. La ley de oferta y demanda es como la de la gravedad: funciona y no se pueden cambiar por decreto. Las políticas económicas deben corregir sus deficiencias, pero si se olvidan de sus principios crearían un problema mayor del que quieres resolver”.
En este sentido, el objetivo de crecimiento del sexenio entrante es lograr un crecimiento entre el 3% y el 4%. Siempre y cuando, Estados Unidos no entre en recesión y se detenga la caída de la plataforma petrolera. En tanto, el anuncio del nuevo Gobierno de “gastar diferente” es buena señal, así como la concreción del nuevo acuerdo comercial T-MEC.
DJH