Main logo

Sonreír es bueno para lograr empresas exitosas

El estado de ánimo de los empleados puede ser la diferencia entre aumentar o no la productividad

Escrito en DINERO el

¿Discutió con su esposa antes de salir de casa? ¿Otro conductor ha girado bruscamente frente a su coche y le ha hecho derramar el café en su regazo? ¿Llega a la oficina malhumorado? ¿Toda esta energía negativa afecta a su productividad y a su trabajo el resto del día? Para muchos especialistas, la respuesta es sí.

Una investigación realizada con Steffanie Wilk, profesora asociada en el departamento de Economía de la Universidad de Ohio, examinó la relación entre el estado de ánimo de los trabajadores y su dedicación. Tomaron video, a lo largo de tres semanas, a un grupo de agentes comerciales al comienzo del día y en otros momentos de la jornada.

Luego de analizar la personalidad de cada empleado y la actitud de los clientes hacia ellos, descubrieron algunos patrones que se repetían según cómo se encontraran al comienzo de su turno. Los que estaban contentos permanecían así durante el día y tendían a ofrecer un mejor servicio en las llamadas. Sin embargo, los que llegaban al trabajo tristes o enfadados solían empeorar después de interactuar con las personas que estaban al otro lado del teléfono. Su productividad caía 10%, debido a que necesitaban tomar más pausas.

Pero, ¿qué pueden aprender las compañías de esta investigación? Es importante mejorar el estado de ánimo con el que llegan los trabajadores a la oficina. Ofrecer recompensas en los descansos puede conducir a un aumento de la calidad del trabajo. Otra opción es hacer breves reuniones motivadoras cada mañana o mandar un mail con un pensamiento positivo.

COMBATIR EL ESTRÉS

Los gerentes pueden ofrecer a su plantilla un lugar en el que reducir su estrés mediante la socialización con otros colegas antes de que su trabajo se resienta.

Algunos consultores sugieren dar pie a los empleados para que hablen, durante cinco o diez minutos al comienzo del día, de aquello que les puede estar distrayendo de completar sus tareas. Incluso algunos directivos han repartido pequeñas pelotas de goma para que la plantilla juegue con ellas y rebaje así su agobio.

Adicionalmente, los jefes que se preocupan por el ánimo de su plantilla y muestran flexibilidad con ellos es más probable que recojan beneficios en su cuenta de resultados. Por ejemplo, si el superior se muestra inmediatamente enfadado por un pequeño retraso, no podrá escuchar, procesar ni sacar provecho de los apuntes que le haga para mejorar su trabajo. Esperar, por tanto, a un mejor momento para mostrar su descontento por la impuntualidad es una actitud positiva por el bien de la compañía.

Reflexionar sobre cómo fomentar el buen humor en los trabajadores ayudará a dar dividendos, tanto a corto como a largo plazo.

JGM