La industria de la reconstrucción es la que más ha resentido la desaceleración que ya tiene visos de estancamiento, y que combinado con factores externos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, o el propio estancamiento de la economía de otros países, como Alemania, podrían llevar a una recesión, así lo consideró el analista económico José Luis de la Cruz Gallegos.

Además de la caída del sector de la construcción, se tienen varios meses donde los datos no son favorables y la baja extracción de petróleo y gas afectan al sector minero. El desempleo y la precarización causan un menor dinamismo del sector privado.

La tasa de desocupación respecto a la Población Económicamente Activa (PEA) de julio fue de 3.7%, señalan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Es decir, un incremento de 0.2 puntos porcentuales en referencia al índice del mismo mes de 2018.

Por otra parte, la población que se dijo subocupada -quienes tienen necesidad y la disponibilidad para trabajar más horas. representó un 7.6% de los ocupados-. El mismo porcentaje se registró el mes anterior.

De manera desglosada, la información del Inegi apunta que la tasa de desempleo en mujeres durante julio fue de 3.7%, un incremento de 0.1% respecto al mismo periodo del año pasado; mientras que en hombres fue de 3.4%, es decir 0.3 puntos porcentuales más que en julio 2018.

El propio gobierno federal ya dio muestras de que sabe que se avecina una situación complicada, y por ello anunció el programa contingente para manejar 500 mil millones de pesos, pero es insuficiente, consideró el director del Instituto de Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico AC.

Precisó que la desaceleración que se tradujo en estancamiento ha sido más a causa de elementos internos, y ahora los externos pueden pesar más. Se trata del momento económico más delicado desde el 2009.

“Además de este entorno interno ahora México debe estar atento al hecho de que en Estados Unidos, Europa y China se empiezan a ver elementos de desaceleración y se habla de recesión global, entonces el tiempo que México tiene para revertir su situación interna y no enfrentar con debilidad lo que pudiese pasar en el extranjero es limitado, ya se deben considerar cuáles van a ser los aspectos con los que México puede reactivar su economía”, advirtió Cruz Gallegos.

Por su parte Enrique Díaz Infante, analista económico del Centro de Estudios Espinosa Iglesias (CEEY), dijo a La Silla Rota que el rumbo en política económica del actual gobierno se ha perdido y que eso ha influido en las escasas inversiones en estos primeros nueve meses de gobierno.

Destacó dos factores que han hecho dudar a los inversionistas sobre la viabilidad de invertir su dinero en México: uno es la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Otro es la presentación del Plan Nacional de Desarrollo que parece más un panfleto, comparó.

Incluso la renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda causó preocupación, pese a que en su lugar quedó un funcionario con credenciales para sustituirlo, Arturo Herrera. El problema es lo que dejó entrever la carta con la que renunció Urzúa, donde plasma que la toma de decisiones se hacía sin diagnósticos ni evidencias.

Otro aspecto preocupante es saber si el presidente López Obrador le hará caso a su secretario, ya que cuando Herrera fue subsecretario, fue un par de veces descalificado por el tabasqueño.

“Una medida urgente que debería tomarse es establecer impuestos correctivos en materia de tenencia y predial ya, pero en su momento Arturo Herrera fue descalificado por proponer eso y también en Londres declaró hace meses lo de la refinería Dos Bocas, que no necesariamente estaba ya como hecho, pero lo corrigieron”, recordó a La Silla Rota.

SON MÁS LOS FACTORES INTERNOS

 

La actual situación de estancamiento económico que México atraviesa, se debe más a factores internos que externos, consideró José Luis de la Cruz Gallegos.

El analista desde hace algunos meses ha alertado sobre la desaceleración en el paso de la economía mexicana, que ya ha comenzado a convertirse en estancamiento, y si se combina con factores externos como el estancamiento de economías como la alemana, y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, llevará a México a una recesión.

“Comenzando por variables macroeconómicas del país, lo que es claro es que la desaceleración se tradujo en estancamiento, lo que implica un crecimiento de 0.3 por ciento que tiene hasta el primer semestre que es producto de la desaceleración, tanto en el sector de servicios de mercado interno como en la producción industrial. La caída que se observa que básicamente promedia -1.5 por ciento, lo que estamos viendo es una desaceleración que resume el hecho de que la economía mexicana enfrenta el momento más delicado desde la crisis de 2009”.

Cuestionado sobre qué diferencias ve entre aquel año, donde pesaron algunos elementos externos en la crisis, y ahora, respondió que la situación actual obedece más a la desaceleración interna.

“Ahora la situación de economía mexicana es producto de la desaceleración interna, a la caída en la construcción, los ajustes presupuestales que se hicieron y en general a la menor dinámica en la producción interna; son generados por una actividad económica sobre todo doméstica”.

No desestimó factores externos como aranceles impuestos por Estados Unidos a algunos productos mexicanos, pero la predominancia de los factores internos es mayor. No obstante, los externos también comenzarán a pesar y a preocupar.

“Los externos van a comenzar a pesar de más si esto, lo que se observó la semana pasada de estancamiento de Alemania, el Brexit, la guerra comercial China-Estados Unidos, si se sigue presentando eso sí va a terminar afectando a México. Ahorita el mayor peso sigue siendo interno en esencia porque observamos un sector industrial que tiene una caída por la construcción donde se tienen varios meses, ocho, donde los datos no son favorables y por otro lado se tiene la baja extracción de petróleo y gas que afecta al sector minero y el crecimiento de la distribución de energía eléctrica, gas, agua ha sido marginal. El sector industrial en la parte interna muestra la mayor debilidad”.

Consultado sobre si los recortes a la burocracia en nombre de la austeridad republicana han incidido en la situación económica del país, contestó que su impacto es menor a la falta de generación de empleos en la iniciativa privada.

“Digamos que la no generación de empleo que reflejan las cifras del Seguro Social y también la precarización de la ocupación que se puede observar en las cifras del Inegi, sí son fundamentales y atribuibles al menor dinamismo pero en el sector privado. La mayor parte de empleos perdidos está en el sector privado, de acuerdo con el IMSS, sobre todo en la construcción y en menor medida en el sector primario. De acuerdo con el Inegi esto además tiene algunos elementos en el sector industrial. En ese sentido el recorte a la burocracia evidentemente tampoco apoya al mercado laboral pero sobre todo es la construcción en donde se registran los peores datos”.

Reconoció que ha habido medidas de parte del gobierno para enfrentar la situación, como el anunciado programa contingente para este año y el que sigue de alrededor de 500 mil millones de pesos. “Eso refleja que el gobierno federal a nivel de la Secretaría de Hacienda tiene la conciencia de que la economía mexicana no va bien”.

De parte del Poder Legislativo, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Alfonso Ramírez Cuéllar, ha planteado hacer algunas modificaciones para tratar de complementar algunos ingresos de gobierno, pero los programas contingentes para enfrentar la situación aún no arrancan. Enlistó qué medidas serían:

“Primero, fomento a la inversión. El país requiere invertir más para crecer, particularmente inversión pública. Segundo, que el gasto de gobierno esté más comprometido con lo hecho en México y que las compras de gobierno favorezcan el crecimiento interno del país; tercero, la certidumbre a la inversión privada, se necesita mayor coordinación público-privada para acelerar el crecimiento económico, independientemente de aspectos como una mayor seguridad y mejora regulatoria que durante años han sido lastres para la economía”.

SIN CONFIANZA PARA INVERSIONISTAS

 

Para Enrique Díaz Infante, el desplome de la inversión privada se debe a que la cancelación del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, la amenaza de cancelación de contratos de ductos para la distribución de gas y de la suspensión de las rondas petroleras son factores que no dan confianza de que en México se respeta el Estado de derecho.

“En estos 10 meses lo que ha estado pasando, bueno sumaría noviembre desde el aeropuerto, fue un pésimo mensaje hacia la inversión. Afectó la confianza de los inversionistas y a partir de ahí y otras medidas como la cancelación de los ductos para CFE el modelo económico, a partir de empoderar a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), eso ha sembrado dudas. Los inversionistas hoy en día se cuestionan si las reglas a la inversión se respetan en México, si el Estado de derecho cuenta”, dijo el analista económico del CEEY.

“Se ha detenido la inversión y se ha reflejado en una caída de generación de empleos, estamos en un país donde a partir de lo del aeropuerto y continuando con la cuestión energética, de las rondas que suspendiste y un modelo que no está claro y que se refleja en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) que no genera confianza, que pone programas sociales, reiterando lo del Tren Maya y el Corredor transístmico y llegas a conclusiones de que vas a crecer 4 por ciento y 6 por ciento el último año, eso afecta a las expectativas”.

Con esos datos no se genera certidumbre ni entusiasmo entre los inversionistas, a lo que se suma una visión de desarrollo de los años setenta u ochenta, y eso se refleja en indicadores tanto de crecimiento como de generación de empleos, agregó.

El panorama se complica porque el mercado interno no se refuerza y afuera esta la amenaza de no firmar el tratado comercial entre Canadá, Estados Unidos y México y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

“Lo más vulnerable es la confianza de los inversionistas y ahorita a la luz de guerras comerciales y que no se ratifica el Tmec, el modelo de desarrollo exportador está ahorita con debilidades. Lo que tienes que recargar es el mercado interno y ahí generar confianza y esta se ha venido afectando sobre todo porque las dos reformas  más importantes del sexenio pasado, las reformas educativa y energética se han tocado y la confianza de los inversionistas a través de respetar el Estado de derecho se tocó a través del tema del aeropuerto y cancelación de contratos. Fue un cambio de regla, y también la revisión o cancelación de los contratos de ductos, entonces todos los caminos conducen a Roma.

“Lo que veo mas débil en este contexto tan turbulento internacional y que debemos recargar el mercado interno, pues es la confianza”.

Incluso la baja de las tasas de interés de parte de la FED pueden afectar, ya que siempre algún país termina pagando, como ocurrió hace cinco años y que Argentina y Turquía fueron los paganos, recordó.

“La FED siempre que baja tasas algun país cae, ahora estamos viendo que quizá los sacrificados de baja de tasas hace cinco años fueron Turquía y Argentina y ve tú a saber en este contexto si a México nos agarra fuerte, porque no hay rumbo que genere confianza ni tenemos un presidente que mande mensajes de respeto al Estado de derecho”, lamentó.

“Si vamos a recargarnos en la economía doméstica ¿cómo van a ser las reglas que se van a seguir? ¿La confianza que se va a dar? No la hay, veo una economía que raya en el crecimiento negativo, marginalmente se salvó de milagro de enfrentar una recesión, que no genera empleos al no haber inversión y la falta de rumbo genera desconfianza”, reiteró.

LOS INDICADORES

 

Cero por ciento, el crecimiento en el segundo semestre, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Inicialmente había dicho que era del 0.1 por ciento, pero el Inegi lo ajustó a  consecuencia de una caída en el sector industrial.


rgg