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Reforma detonará fuga de capitales por 10 mmdd en México

Las plantas productivas en México que exportan productos a Estados Unidos son las más vulnerables a identificar un atractivo en cambiarse de domicilio fiscal

Escrito en DINERO el

Después de la tormenta de reveses legislativos registrados desde enero de este año, la reforma fiscal parece un respiro en la turbulenta administración de Donald Trump, pero mientras que para Estados Unidos la medida representa la oportunidad de atraer más inversión y para elevar los salarios, en México ocasionaría la salida de capitales por 10,000 millones de dólares (mdd), y es solo uno de los múltiples impactos que orbitan al plan que aprobó el congreso estadounidense.

Las modificaciones que afectarán a la economía mexicana se concentran en el cambio en tasas de impuestos de repatriación de capitales, con la cual se busca que las empresas estadounidenses con operaciones en México envíen sus utilidades a ese país en lugar de reinvertirlas en territorio nacional, advirtió Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE.

“Esto también presionaría a la salida de capitales de México, pues considerando que el corto plazo se repatrie solo el capital que está en efectivo, se estima una salida de más de 10,000 millones de dólares. Con esto, es muy probable que el tipo de cambio nuevamente se vea presionado al alza”, señaló Siller.

Este miércoles 20 de diciembre de 2017, el Congreso de Estados Unidos aprobó la reforma fiscal, lo que incluye la disminución del impuesto corporativo de 35% a 21%, así como la exención fiscal de 20% para los dueños de negocios sobre sus utilidades y renueva la manera en que se cobran tributos a las multinacionales, al exentar dividendos de subsidiarias extranjeras, a través del Sistema de Exención por Participación sobre Rentas Mundiales.

Con la tasa de impuestos corporativos, que es menor a la de México, las empresas podrían cambiar sus decisiones de crecer o producir en el largo plazo, ocasionando pérdida de empleos y salida de capitales, añadió la especialista.

La aprobación ocurre solo después de que nuestro país recibió 341,000 millones de pesos (17,000 millones de dólares según el tipo de cambio actual) de enero a octubre gracias al programa gubernamental de repatriación de capitales impulsado por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Manufacturas, las más amenazadas

El sector manufacturero, en el que se integran hasta 10 tipos de actividades económicas, sería el más afectado por la ganancia de competitividad para Estados Unidos ante el recorte de las tasas corporativas y otras medidas incluidas en la reforma fiscal.

Las plantas productivas que exportan productos a Estados Unidos son las más susceptibles a encontrar  atractivo mudar su domicilio fiscal al país del norte, señaló Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en entrevista telefónica con Forbes México.

Ante los temores que se desataron por la aprobación del “Tax Cuts and Jobs Act”, como la disminución de inversión en el país y la competitividad, resulta necesario que el gobierno federal integre una reingeniería fiscal sin que esto signifique la homologación de la tasa de Impuesto Sobre la Renta (ISR) y siempre a través de un análisis exhaustivo de los efectos de la reforma de Trump, opinaron diversos especialistas en entrevista.

Una de las medidas más sugeridas es la de reducir el ISR para las empresas, sin embargo, debe hacerse a través de un plan paulatino para evitar perder el balance fiscal.

“El impuesto corporativo federal baja del 35 al 21%, pero dejar de hacer deducible el impuesto estatal correspondiente, eso significa que las empresas en Estados Unidos pagarán el 21% de Impuesto Sobre la Renta Federal más el impuesto estatal de ISR, en promedio este es de 6%, lo que significa que nuestra tasa irá compitiendo con un promedio de 27% en los Estados Unidos”, señaló el líder empresarial.

Pese a que existen todo tipo de predicciones, no hay un cálculo preciso o una visión clara del impacto que tendrá la reforma fiscal en el país por sus proporciones, señaló Héctor Villarreal Páez, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

“Habrá que analizar en los siguientes meses lo que puede pasar en términos de cambio, mercados financieros, cierto tipo de inversión en maquinaria en diferentes países. Hay efectos posibles, pero no todos en la misma dirección y habrá que irlo digiriendo poco a poco”, apuntó el académico.

Las inversiones no se caerán de la noche a la mañana debido a que han sido años de construcción de cadenas de valor; sin embargo, los efectos recaudatorios podrían ser más amplios.

“Si homologas y bajas la tasa del 30 al 21%, pierdes más de un punto del PIB de recaudación, esto para el sistema fiscal mexicano sería muy costoso”, explicó Villarreal Páez.

La reingeniería fiscal no debe de ser el único objetivo del gobierno federal para evitar la pérdida de competitividad del país ante Estados Unidos, sino asegurar las inversiones del país a través del combate a la corrupción y la protección del Estado de Derecho, consideró Adriana Berrocal, presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas (IMEF).

“Más allá de pensar que la respuesta es replicar esta Reforma, nos tenemos que referir a la seguridad jurídica de las inversiones, que en los últimos 20 años se ha apoyado con el Tratado de Libre Comercio pero que internamente poco hemos hecho para incrementar esa seguridad a nuestros inversionistas y que es un punto muy significativo en la toma de decisiones de a dónde llevan sus capitales”, señaló.

¿Qué le pasará al sector automotriz?

En 2018, el sector automotriz no solo tendrá que lidiar con los posibles cambios por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), también deberá hacer frente al impacto por la reforma fiscal en Estados Unidos.

“El sector automotriz podría verse impactado por el tema de inversiones, lo cual podría causar un crecimiento más lento del sector. Es poco probable que una armadora automotriz o de autopartes, la cual requiere de una inversión inicial sumamente amplia, decida y tenga la capacidad de cerrar todas sus operaciones y cambiarse a Estados Unidos en el corto plazo”, comentó Siller, de Banco BASE.

La analista no descarta que compañías estadounidenses que cuentan con plantas en el territorio nacional decidan mover la producción de algún tipo de autoparte o modelo de vehículo a EU.

Juan Francisco Torres-Landa, socio director del despacho Hogan Lovells BSTL, coincidió en que el cambio tributario de Estados Unidos puede ocasionar una disminución de inversiones automotrices e industrias terminales.

“Las inversiones se planean a muchos años, lo que sí puede afectar es que alguna empresa que esté en proceso de manufactura, tal vez su nivel de competitividad ya no será el mismo, y en lugar de que produzca 100 autos ahora fabricará el mínimo”, ejemplificó el especialista.

De enero a noviembre de 2017, las exportaciones de vehículos ligeros (automóviles y camiones ligeros) llegaron a 2.84 millones de unidades, lo que significó un aumento de 11.7% en comparación con el mismo periodo de un año antes, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

En los primeros 11 meses del año, Estados Unidos bajó su participación en las exportaciones de México a 75.4%, lo que significa 1.6 puntos porcentuales menos que en igual periodo de 2016, arrojan datos de la asociación.

lrc