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Pros y contras de la creación de moneda virtual en las grandes potencias

En un mundo digitalizado, el papel podría quedar relegado a un segundo lugar en China, EU y otros países

Escrito en DINERO el

Mientras China sigue desarrollando una versión digital de su moneda, Estados Unidos explora el camino para que la Reserva Federal emita un dólar similar, así como otros países como Suecia, Canadá, Suiza, Reino Unido, Japón y el Banco Central Europeo que también están analizando las ventajas y los riesgos de crear dinero virtual regulado y con respaldo en las monedas de cada nación.

En el último Foro de Davos llevado a cabo en Suiza, China confirmó que el diseño de su "yuan digital" ya está finalizado, aunque aún no ha dicho ninguna fecha para su lanzamiento.

Por lo que en un mundo digitalizado, el papel podría quedar relegado a un segundo lugar.

Pero, ¿qué es exactamente un dólar digital?

A diferencia de las criptomonedas u otro tipo de representación digital de dinero utilizada por la banca comercial, las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) tienen su equivalente en el mundo real, es decir, están respaldadas por dinero físico y sometidas a las regulaciones de cada país.

Un dólar digital, entonces, es como tener dólares de papel, pero en el mundo virtual, por lo que se podrían comprar desde cualquier parte del mundo e intercambiar por billetes.

La principal diferencia con otro tipo de monedas digitales es que lo emitiría la Reserva Federal (equivalente al banco central de Estados Unidos), y no, por ejemplo, las plataformas que transan criptomonedas.

Quienes promueven su creación argumentan que aumentaría la velocidad de los pagos interbancarios transfronterizos y disminuiría los costos de las transacciones.

¿Se acabarían los dólares de papel?

El dólar digital existiría de manera paralela al papel. En la práctica, estaría basado en la tecnología blockchain (cadena de bloques) y operaría bajo el control de las autoridades.

Beneficios

Los pagos serían más rápidos y más baratos. Actualmente las transferencias internacionales pueden demorar varios días y la comisión por el servicio supera en algunos casos el 10%.

Por otro lado, las transacciones serían más seguras, dado que los depósitos tendrían el respaldo directo de un banco central.

Esto, teóricamente, dejaría a los clientes menos expuestos en caso de que se produzcan "corridas bancarias" en situaciones de crisis.

Desventajas

Si en un período de crisis, los clientes deciden trasladar sus depósitos desde la banca comercial hacia los bancos centrales, provocando inestabilidad financiera.

Tampoco está resuelta la interrogante, dice Hileman, sobre si es apropiado que los bancos centrales se hagan cargo de clientes de la banca personal y otras operaciones minoristas (como el manejo de cajeros automáticos).

Con información de BBC Mundo.

(María José Pardo)