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Los mejores trabajadores no siempre son los mejores gerentes

"El principio de Peter" radica, según especialistas, a que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia

Escrito en DINERO el

Un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Yale estudió a más de 130 empresas estadounidenses en las cuales los empleados que mejor desempeño tuvieron en su rol fueron promovidos a cargos de gerente; sin embargo, descubrieron que los mejores no siempre son los mejores gerentes, un caso conocido como "el principio de Peter".

La clave está en su liderazgo, publicó la BBC Mundo.

Se trata de una propuesta presentada en la década de 1960 por el profesor canadiense de Educación Laurence J. Peter que afirma que "en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia".

En su libro explica, mediante ejemplos reales pero con nombres ficticios, los fundamentos de la premisa de que "con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones".

"Naturalmente, rara vez encontrarás un sistema en el que todos los empleados hayan alcanzado su nivel de incompetencia. En la mayoría de los casos, se está haciendo algo para contribuir a los ostensibles fines para los que existe la jerarquía", agrega.

Entonces "el trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia", explica.

Un problema real

Por ello, un grupo de especialistas quiso probar la validez de la afirmación en terreno real.

Kelly Shue, profesora de finanzas en la Escuela de Administración de la Universidad de Yale y una de las autoras del estudio "Promociones y el Principio de Peter", le dijo a BBC Mundo que efectivamente encontraron que la premisa se cumple.

"Los números que arrojó el estudio que realizamos en 131 compañías diferentes nos muestran que hay un respaldo a las ideas de Peter", asegura.

El estudio fue realizado en empresas estadounidenses que se dedican a las ventas.

"Este comportamiento hace que las empresas promuevan a trabajadores que disminuyen el rendimiento de su equipo en un 30%", añade el trabajo.

"Lo que descubrimos es que es mucho más probable que se promueva a los mejores vendedores, especialmente al mejor vendedor dentro de un equipo, pero luego tienden a ser peores administradores porque no cuentan con valor agregado para manejar a sus subordinados", afirma.

Circulo vicioso

"''El principio de Peter'' define muy bien los principales males que suelo encontrarme en las organizaciones jerárquicas desde hace años", asegura Criado, quien es director de la consultora Vorpalina y lleva casi una década asesorando cambios de directivos y equipos en compañías de España.

"Las organizaciones que crecen en tamaño y se comportan de acuerdo a una jerarquía tienden a perpetuar la incompetencia de las personas mediante mecanismos internos de ascenso que generalmente no tienen nada que ver con el talento de esas personas, sino con unos hábitos de la empresa que no son sanos", analiza.

Y "el principio de Peter" sigue ocurriendo en las empresas porque los ascensos son sinónimo de motivación para los trabajadores, sostienen los expertos.

"La gente valora las promociones. Entonces, si la empresa tiene una política establecida que dice que se promocionará al mejor trabajador, es más probable que todos los trabajadores trabajen duro", dice la profesora Shue.

"También hay evidencia de que cuando las empresas no dan ascensos a los mejores trabajadores en puestos gerenciales, los empleados se desaniman y es más probable que renuncien", agrega.

¿Cuál es la solución?

Algunas empresas ofrecen una remuneración más alta para recompensar el buen desempeño de los trabajadores.

Por su parte, Criado cree que hay tres posibles soluciones a este problema:

La primera es la honestidad profesional.

"Esto significa que uno no está preparado. Entonces hay que formarse, intentar superarse y, si no funciona, se hace una democión, que es abandonar el puesto de trabajo, reduciendo el sueldo porque ya no eres jefe", describe.

La segunda solución es la incompetencia creadora.

"Si antes que te den el puesto crees que no vas a poder, que no te gusta, debes comunicarlo a tu jefe para que no haya expectativas. Así puedes evitarte muchos males", advierte.

Romper con la jerarquía vertical.

"Ser capaz de desarrollar la carrera profesional de acuerdo a lo que uno quiere y no lo que la empresa quiere de uno", dice Criado.

"La carrera no tiene que ser hacia arriba si no te gusta gestionar equipos", concluye el experto.

AJ