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Las amenazas de la reforma fiscal de EU contra México

Economistas advierten que empresarios extranjeros y nacionales podrían invertir en Estados Unidos ante la baja en el ISR del 35 al 20 por ciento

Escrito en DINERO el

Lo que aterra al gobierno mexicano de la reforma fiscal de Donald Trump no sólo es que la inversión extranjera verá más atractivo invertir en Estados Unidos, sino que las propias empresas mexicanas podrían optar por mudarse de México e invertir en dónde el impuesto corporativo sea menor.

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Carlos Heredia, economista egresado del ITAM y hoy coordinador del Programa de Estudios de Estados Unidos en el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE),  hace notar que efectivamente hay razón para temer que la reforma fiscal de Estados Unidos, que ya fue aprobada por ambas cámaras  y sólo requiere la armonización de los textos, provocará serios estragos en México.

Durante la madrugada del sábado, el Senado de Estados Unidos aprobó una serie de medidas impositivas propuestas por el presidente Trump durante su campaña a la Presidencia. Aunque hay diferencias entre lo que aprobaron la Cámara de Representantes y el Senado, sí hay coincidencia en aspectos fundamentales de lo que quería Trump:

*La reducción del impuesto sobre la renta para las empresas de 35 a 20 por ciento.

*Eliminación de deducciones para impuestos estatales y locales.

*Reducción de índices de impuestos para los individuos.

Heredia  considera que el hecho de que en Estados Unidos el ISR vaya a ser sustancialmente menor que el de México (la tasa aquí es 30 por ciento), aunado al hecho de  que ha disminuido el precio de los energéticos, representará un importante aliciente para que los inversionistas que estaban considerando venir a México, y los que ya están acá, hagan sus cálculos y consideren que la mano de obra barata que ofrece México no es un factor suficientemente atractivo para quedarse o venir.

En ello coincide la presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Adriana Berrocal, quien señala que la reforma pone una presión adicional en México para llevar a cabo la tan necesaria reforma fiscal estructural, como en su momento fue la reforma energética.

Diversas voces han manifestado que si Estados Unidos reduce su ISR para las empresas, México tendría que hacer lo mismo para no perder todos los efectos positivos de esa inversión.

Adriana Berrocal considera que actualmente no existe mucho “espacio fiscal” para disminuir la tasa de ISR corporativo en México, debido al esfuerzo del gobierno por lograr una disminución del cociente de deuda/PIB. Sin embargo, advierte, parece ser que ya no nos queda mucho margen para evitar hacerlo.

Aunque en México no se ha calculado cuanto representaría perder ingresos públicos por una reducción de ese tamaño, en Estados Unidos se ha estimado en 1,500 billones de dólares.

También se ha dicho que para compensar la reducción en la captación de impuestos, México tendría que generalizar el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas. El IMEF apoya esa propuesta.

Adriana Berrocal asegura que el IVA generalizado (a la tasa actual o a una menor) es el mecanismo para eficientar este impuesto indirecto y lograr que alcance su potencial máximo de recaudación, particularmente para quienes laboran en la economía informal. Esto propiciaría el aumento de la base de contribuyentes cumpliendo con el mandato constitucional de que todos los mexicanos con capacidad contributiva aportemos al gasto público, sostiene.

En opinión de la presidenta del Colegio de Contadores Públicos, Rosa María Cruz Lesbros,  si bien estamos frente un esquema que convierte a Estados Unidos en un paraíso fiscal y efectivamente puede haber fuga de capitales, no tiene por qué ser el destino fatal de los mexicanos reducir el impuesto corporativo y generalizar el IVA.

Asegura que se podría establecer otra serie de estímulos para atraer la inversión, como las tasas impositivas preferenciales para la repatriación de capitales o eliminar los topes a los deducibles de las prestaciones sociales, por ejemplo. O bien, aplicar la deducción del activo fijo en un solo año y no a 10 años como es actualmente. Eso generaría gananciales paralelos, dijo.

Carlos Heredia y Rosa María Cruz coinciden en que habría que promover una recaudación impuestos efectiva y lograr que paguen los que no lo hacen.

“Aumentar el IVA es una puerta falsa y muy cómoda. Es más fácil decir ´vamos a aplicar el IVA a alimentos y medicinas´ sin buscar una solución por el lado de la evasión. Es un mecanismo regresivo porque le cuesta lo mismo al pobre que al rico”, aseguró el investigador del CIDE.

Heredia afirmó que la Secretaría de Hacienda sabe perfectamente quien paga impuestos y quien no, y quien es favorecido con las condonaciones. “La política fiscal de hoy es un diseño para impulsar la corrupción y agudizar la desigualdad”.

A su vez, la presidenta del Colegio de Contadores se pronunció por un esquema de facilidades para el pago de impuestos para que todo mundo entre a la formalidad. Coincide en que es necesario aumentar la base de contribuyentes, recaudar de manera puntual y eficientar la fiscalización.