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La primera chamba de Ricardo Salinas Pliego

El presidente de Grupo Salinas forma parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador y es uno de los hombres más ricos de México

Escrito en DINERO el

Ricardo Salinas Pliego es uno de los hombres más ricos de México y también forma parte de la lista de los más ricos del mundo. De acuerdo con información de la revista Forbes, su fortuna asciende a más de 12 mil millones de dólares. Sus negocios están en el sector de entretenimiento, telecomunicaciones, servicios bancarios y financieros, así como el comercio de línea blanca, muebles y electrónica.

El empresario forma parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador. Siempre ha sido polémico y ha sido cuestionado por el cobro de los servicios por dispersar los programas sociales del gobierno federal a través de Banco Azteca, además supuestos adeudos con el SAT.

Su primer chamba

En su blog, Ricardo Salinas Pliego compartió: "Desde muy chico me puse a vender miel de abeja de puerta en puerta en las calles del Pedregal. Ahí hay toda una historia, porque llegó un enjambre a la casa de mis papás en Risco, entonces un tío loco que tengo, el tío Memo pescó las abejas, las metió en una caja y al rato estábamos produciendo miel de abeja. Por años estuvieron ahí las abejas en casas de mis papás. Entonces mi primer chamba oficial fue vender miel de puerta en puerta. Tenía unos 10 años".

Salinas Pliego también compartió en sus redes sociales: "Mi primer trabajo fue en la fábrica de Colchones Lamas, yo tenía 16 años y trabajar ahí me hizo entender el esfuerzo que hacen las empresas para llegarle al cliente. Empecé a ver los problemas y supe que gana dinero él que los resuelve, no el que se queja de ellos"

Comentó: "Se llamaba Camas Lamas  era de una familia Lamas que le vendían camas a Elektra. Mi papá me mandé a aprender y vaya que aprendí. Cargando camas a lomo, me hizo ver que convenía mucho más estudiar y aprender contabilidad para poder así trabajar en el área administrativa".

También fue como empleado de la cadena de tiendas departamentales y cafeterías Sanborns, donde se desempeñó en el departamento de auditoría, así lo señaló mediante su blog oficial.

Otro de los “Datos curiosos” que ha compartido el magnate a través del mismo medio, fue el descubrimiento de su vocación orientada a la contabilidad y los negocios. Cuenta que, cuando estudiaba en el Tecnológico de Monterrey en la década de los 70, sus preguntas molestaron al director de la carrera de Economía, quien lo expulsó del salón de clase. Ante esto, Salinas Pliego comentó: “Me hizo un favor, gracias a él decidí estudiar contabilidad que es el lenguaje de los negocios”.

Además, afirmó que, una vez graduado como Contador Público, su papá le obsequió 5 mil dólares, dinero que decidió invertir con uno de sus amigos en un restaurante llamado “El Estoril”, no obstante, el negocio no fue lo que esperaba, por lo que decidió no volver a invertir en el sector restaurantero.

Cabe destacar que Sanborns no fue la única compañía en la que ofreció sus servicios en el campo de la auditoría, también fue prestador para la empresa Arthur Andersen, una de las firmas con mayor reconocimiento a nivel mundial, cuya operación se vio interrumpida en el año 2002 debido al fraude financiero de la empresa energética Enron, uno de sus clientes potenciales.

Además, Salinas Pliego mencionó en su blog otro dato curioso sobre la consolidación de una de las televisoras más reconocidas a nivel nacional: TV Azteca. Comentó a través de una videocápsula que, “en 1993, junto con un grupo de inversionistas, ganó la licitación de un paquete de medios de comunicación propiedad del gobierno. El reto era enorme: convertir un conjunto de activos obsoletos en un negocio próspero. Gracias al esfuerzo de miles de personas, TV Azteca se convirtió en una empresa sólida y rentable que rompió con un monopolio y contribuyó a la transformación democrática de un país”.

El empresario, durante una entrevista para Entrepreneur, dijo que la compra de TV Azteca ha sido uno de los mejores aciertos de Grupo Salinas. “Me costó mucho trabajo meternos a la licitación, porque el gobierno lo quería vender a sus cuates y yo no lo era. Dijeron que solamente gente con experiencia en la industria y yo no la tenía”.

 

 

 

 

cj