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La guerra de tecnología y el empleo

El mercado laboral requerirá profesionales con competencias digitales, de programación, ciberseguridad, construcción inteligente y entretenimiento virtual

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Escrito en DINERO el

“El fin de semana fui a hacer las compras del super a una tienda de ventas al por mayor. Todo iba bien hasta que vi que esta tienda colocó un par de cajas de autocobro. La verdad es que no la usé porque siento que es muy complicado, ya no hay quién te ayude o cobre, solo está una máquina y me preocupa que vayan a dejar este tipo de cajas porque qué va a pasar si no sabemos utilizarlas, si me equivoco quién va a auxiliarme”, cuenta Leticia, de 57 años.

La finalidad de las cajas de autocobro es evitar el contacto entre clientes y cajeros como una forma de reducir los contagios de coronavirus, pero también es un claro ejemplo del reemplazo del ser humano en tareas repetitivas o rutinarias, que en este caso es el reemplazo de un cajero.

Guillermo, de 28 años viajó a Guadalajara a una empresa de marketing. Al llegar lo atendió una chica de dulce voz. “Estaba dentro de una caja. Ya no estaba la recepcionista como tal, estaba vía remota. En la entrada del edificio había una caja automatizada con las indicaciones que debe dar esta “mujer”. Todo está programado. “Como que te crea un shock ya no ver a una persona, y que además una máquina sea lo que te encuentres al llegar”.

En 2017, en España, surgió Pepper, el primer robot recepcionista. Mide 120 centímetros, es programable y ha sido diseñado para ser el perfecto anfitrión. Es un robot humanoide capaz de detectar tanto el lenguaje verbal como el no verbal, la posición de la cabeza y el tono de voz; reconocer el estado emocional e individualizar cada interacción. "Esto provoca un sentimiento de empatía y una conexión entre robot-cliente que favorecen una comunicación eficaz", explican sus creadores.

La pandemia por la covid-19 ha actuado como un catalizador de tres tecnologías que habían tenido una adopción lenta hasta hace apenas unos meses: el teletrabajo, las plataformas digitales de trabajo bajo demanda y la capacitación en línea, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esto se evidencia en el incremento en el número de descargas de aplicaciones relacionadas con estas actividades, pero sobre todo hace más visible el papel de las nuevas tecnologías y automatización aplicadas al empleo.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), uno de cada cuatro puestos de trabajo desaparecerán en México durante los próximos 15 a 20 años, producto de la automatización. 

En este escenario, México prácticamente duplica los riesgos del promedio de la región, en la que desaparecerán uno de cada siete trabajos con el avance de la inteligencia artificial.

A pesar de ello, los cambios en los mercados laborales de todo el mundo no implican que en automático se reduzcan puestos de trabajo, aparecen nuevos que requieren otro tipo de competencias.

Según datos de la OCDE, de 2007 hasta el año pasado se habían creado 50 millones puestos de trabajo en todo el mundo como parte de cadenas productivas más dependientes de la tecnología.

Sin embargo, 6 de cada 10 trabajadores no tienen competencias básicas en TIC o carecen totalmente de experiencia en informática.

En las últimas dos décadas el número de puestos de trabajo altamente cualificados ha aumentado 25%. Los puestos de trabajo poco cualificados han aumentado mientras que los puestos de trabajo medianamente cualificados han disminuido.

Y es que, los rápidos avances tecnológicos han producido grandes cambios en la economía y la vida de las personas. La innovación genera la necesidad de nuevos profesionales, especialistas en tecnología, software, dispositivos y seguridad. 

En este sentido, la automatización y robotización ponen en jaque a 52% de los empleos en México, dice el Instituto Global McKinsey. Son 25.5 millones de puestos de trabajo los que están en riesgo por la llamada cuarta revolución industrial.

De acuerdo con McKinsey, las actividades más vulnerables son rutinarias y se desarrollan en entornos predecibles. En México, el comercio minorista es el sector con más empleos en riesgo, 5.5 millones; le sigue la manufactura, 4.9 millones; actividades agropecuarias, 4.7 millones e industria de la construcción con 1.6 millones.

Sonia Agnses, senior para América Latina en Ovum, empresa líder global de investigación y consultoría especializada en Telecomunicaciones comentó a La Silla Rota, “no hay que tener visión fatalista, los trabajos se reconvierten, en 20 años todo habrá cambiado”.

Destacó que “el hombre tiene rol fundamental, hay tareas rutinarias que van a tener un impacto importante, en donde las personas dejaran de hacerlos para dar paso a las máquinas, pero dependerá de la capacidad que tengamos para aprender nuevas cosas”. 

La inteligencia artificial y el manejo de datos son cruciales en la economía digital y dependerá del sentido de adaptación de las personas, “innovar o morir”.

¿RIESGO U OPORTUNIDAD?

El Foro Económico Mundial (WEF) en su informe “Future of Jobs 2018”, reportó que 29% de las tareas laborales son realizadas por una máquina. Debido a los avances tecnológicos, en 2025 está cifra significaría la pérdida de 75 millones de empleos. 

Sin embargo, sugiere que esta misma tecnología dará vida a más de 133 millones de nuevos roles de trabajo, con lo que se generarán 58 millones de nuevos empleos.

Esto es, estamos bajo el panorama de pérdida de empleos tras el avance de la automatización, pero se disminuye la cifra que pronostica hasta 800 millones de personas desplazadas de sus puestos de trabajo. 

Por otro lado, el informe dijo que no sólo los trabajos bajo esfuerzo físico serán afectados, sino también aquellas labores rutinarias de oficina, como los encargados de capturar datos, contabilidad o el manejo de nóminas.

INDUSTRIA 4.0

La industria 4.0, manufactura avanzada o manufactura inteligente no significa una oportunidad para recortes de personal, sino una reconversión de las plantillas laborales para formar capital humano más especializado y productos con valor agregado, de acuerdo con expertos del sector tecnológico.

Son muchos factores los que definirán cómo será el mercado laboral, por ejemplo, el grado de aceptación social de la interacción con las máquinas, el desarrollo de las capacidades tecnológicas entre la población, las leyes y reglamentos laborales. 

En cualquier caso, se trata de un asunto que tendrá mucho que ver con asuntos económicos, una de las cuestiones más importantes es la relación entre el precio de las soluciones tecnológicas frente al de los sueldos que reciben los trabajadores.

Hasta ahora, la cuarta revolución industrial avanza más rápido en las zonas industriales vinculadas al sector exportador: Estado de México, Ciudad de México, Monterrey, Querétaro, Guanajuato y la zona fronteriza del norte. 

La cuestión es clave porque más de la mitad de la población ocupada en México trabaja en el sector informal. 

De acuerdo con el Banco Mundial, muchos análisis vaticinan un severo impacto de la automatización en el mercado laboral. Pero las ocupaciones no son las amenazadas, sino las tareas manuales y rutinarias.

Pero lo que sí es real, dice, es que este nuevo escenario implicará un cambio en la adquisición de habilidades y en lo que se enseña para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral.

Pero, ¿cómo se prepara América Latina para hacer frente a este escenario?

Argentina y Uruguay han experimentado un cambio en el perfil del empleo, pasando de ser intensivo en tareas manuales rutinarias hacia tareas más cognitivas. Ello es producto del proceso de cambio tecnológico que ambos países vienen experimentando, según el Banco Mundial.

El principal desafío de mediano plazo está en las tareas proclives a la automatización, asociadas a un preocupante incremento del desempleo tecnológico y al envejecimiento de la fuerza laboral.

Cuando se habla de robotización no se habla del gran robot que podemos ver en la Boston University, dijo, hablamos de un cajero automático, de un traductor online. 

“Cuando hablamos de robots se trata de máquinas físicas y las digitales. La robotización no hace desaparecer ocupaciones, o puestos de trabajo, lo que reemplaza son tareas que los trabajadores desarrollamos en las ocupaciones. Cualquier trabajador desarrolla en su trabajo un conjunto de tareas, que son diversas. Las máquinas vienen a reemplazar algunas de ellas”, explicó.

El tipo de tareas que la automatización puede reemplazar o sustituir son aquellas que se caracterizan por ser rutinarias, que tienen un conjunto definido de acciones que se repiten invariantemente y eso las hace susceptibles de ser automatizadas. El riesgo que enfrenta el mercado de trabajo es una reducción del empleo destinado a la realización de este tipo de tareas rutinarias, en especial las manuales.

El Banco Mundial afirma que el cambio tecnológico es bienvenido, porque permite incrementos de productividad de la economía y de esa manera genera capacidad para crecer, pero puede traer una mayor desigualdad en la distribución del ingreso. 

El mercado de trabajo corre el riesgo de polarizarse; los que tienen altísima calificación y que desarrollan tareas no susceptibles de automatización, es decir las tareas cognitivas no rutinarias (que necesitan del uso del pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, innovación, relaciones interpersonales) y que se asocian con altos ingresos. 

En el otro extremo queda un grupo de trabajadores de menor nivel de calificación, que se dedica a la realización de tareas que quedaron remanentes en el mercado, en general, las manuales no rutinarias que no son susceptibles de ser automatizadas pero que generan menores ingresos.

PERCEPCIÓN LABORAL

De acuerdo con el estudio de percepción Impulso STEM 2020, de Iberdrola México y la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca, 65 % de los alumnos oaxaqueños considera que las carreras de ingenierías ofrecen más opciones de trabajo frente a otras, pero solo el 28 % se siente capaz de estudiarlas.

La encuesta, realizada entre más de 7,000 estudiantes de bachillerato de Oaxaca, muestra los factores que influyen en la elección de estudios científicos, tecnológicos y matemáticos, así como los elementos que ayudan a los jóvenes a darse cuenta de su vocación científico-tecnológica. 

Los principales factores que los estudiantes toman en cuenta a la hora de elegir carrera son: un buen salario, el estatus y la repercusión social.

Las carreras de ingeniería y las relacionadas con matemáticas son consideradas como las que tienen más opciones de trabajo.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), actualmente 8 de los 10 empleos mejor pagados pertenecen a las áreas STEM: electrónica, ingeniería en sistemas, química, ciencias ambientales, finanzas, matemáticas aplicadas, ingeniería civil, innovación, diseño e ingeniería mecánica. Se espera que en los próximos años se generen cerca de 3.5 millones de vacantes relacionadas con estas disciplinas.

Si el 85% de los trabajos que estarán disponibles en 2030 aún no se han inventado, según un informe de Dell, muchos de los que existen hoy en día no sobrevivirán a los avances de la tecnología. 

De hecho, en una predicción del Banco de Inglaterra, apunta a que alrededor de 15 millones de empleos, en su mayoría del sector servicios, podrían sucumbir a la automatización y ampliar la brecha entre ricos y pobres.

Expone que, mientras algunos como relojeros, zapateros u operarios del metal parecen condenados a la extinción, otros como la construcción, el transporte y la atención al cliente se reinventan y surgen nuevas oportunidades laborales.

Ya el Banco Mundial hablaba de que la automatización ya se ha cobrado sus primeras víctimas, principalmente en aquellas profesiones más repetitivas y rutinarias cuya labor puede ser asumida por las máquinas e implicar una gran reducción de costes, una mejora de la productividad o una mayor rapidez en la producción.

Al tiempo que empiezan a aparecer las profesiones del futuro próximo, bien remuneradas, ligadas al uso de las TIC o el manejo de grandes volúmenes de datos: expertos SEO, científicos de datos o profesionales de analítica web. Mientras, en otros sectores e industrias, ya se vislumbra la transición hacia la desaparición o la sustitución de las manos y cerebros humanos por robots autónomos.

Los trabajos que más resistirán a la revolución tecnológica serán aquellos más centrados en el conocimiento, la subjetividad y el valor humano, como los profesores, los trabajadores sociales, los profesionales de la salud, políticos o artistas, además de todas aquellas profesiones ligadas al big data, el machine learning o a la transformación digital.

Incluso, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford en el Reino Unido cifra en un 81% las posibilidades de automatización de los procesos de cocina de la comida rápida. 

EN PERSPECTIVA 

La digitalización de los documentos y la aparición de volúmenes masivos de datos acercan a su fin la tarea de estos expertos en documentación informativa o biblioteconomía, que ordenan grandes cantidades de documentos en papel.

Mientras, se precisarán numerosos científicos de datos y responsables de big data para analizar y jerarquizar la información digital. 

Algunos empleos que se verán en riesgo por la automatización:

Taxistas tradicionales

El sector del taxi se transformará de forma radical en los próximos años debido a la aparición del fenómeno del transporte colaborativo y su controvertida regulación, las aplicaciones digitales, Los nuevos algoritmos de tráfico o la aparición del coche autónomo, que podría desplazar definitivamente a estos profesionales. 

Repartidores

Los drones sustituirán a gran parte de esta flota de trabajadores en los próximos años. De hecho, Amazon ya ha recibido autorización de Estados Unidos para utilizar drones como servicio de entrega. 

Cajeros

Este personal está abocado a la desaparición por la revolución de los nuevos métodos de pago móvil, el auge de las fintech y soluciones como chips para abonar el pago al viajar por carretera.

Administrativos y personal bancario

La tendencia hacia la banca móvil se agudizará con el paso del tiempo, potenciada por la aparición de aplicaciones bancarias, chatbots y asistentes telefónicos.

Agencias de viajes

Hoy puedes reservar lo que quieras a través de cualquier dispositivo con acceso a internet. Así como obtener descuentos, ofertas flash o personalizadas.

Personal de atención al cliente

Los call centers sustituirán a su personal por sistemas de machine learning cada vez más naturales, buscadores por voz y chatbots. 

Personal de la taquilla del cine

Los cines han sido uno de los espacios de ocio más afectados por la pandemia de la covid--19. Pero, más allá de la situación actual que podría extenderse hasta 2022, las salas de cine también sufrirán los efectos de la automatización.

Las aplicaciones móviles orientadas a la compra de entradas, las exhibiciones a la carta o la gestión de la venta de chucherías por parte de máquinas podrían definir el cine del futuro más próximo.

Carteros

La aparición de drones y el fenómeno de internet, junto a la digitalización de numerosos procesos administrativos y legales, son algunos de los factores que mermarán en gran medida el correo en papel.

De acuerdo con Jorge Fernando Negrete, director de Policy&Law, América Latina comenzó una carrera por la transformación digital y la conectividad. 

Dio como referencia los reportes de CEPAL, OCDE, BID y el Banco CAF en lo que coinciden: El PIB de la región tendrá una contracción de 9% este 2021. “Tendremos el cierre de hasta 2.7 millones de empresas y la pérdida de 8.5 millones de empleos. La pandemia visibilizó el poder de la conectividad en el ciudadano común, en las pequeñas y medianas empresas, las grandes corporaciones y las administraciones públicas. Estos organismos recomiendan la "Transformación digital para la recuperación y el aumento de la productividad".