Seguro la idea de compartir tu geolocalización con tu banco es un asunto al que no dejas de dar vuelta.
Pero sin saberlo o incluso con pleno conocimiento, es posible que la compartas con muchas otras aplicaciones, como las de transporte o comida, por ello esta medida que tomaron los bancos del país no debe preocuparte de más.
Desde este este martes 23 de marzo inició la geolocalización en tiempo real de los dispositivos de los clientes de la banca que realicen transacciones.
Roberto Martínez, analista de seguridad de Kaspersky dijo a La Silla Rota que la geolocalización la compartirnos con otras aplicaciones sin que en ocasiones nos demos cuenta, por lo que no debería significar un motivo de preocupación dar a nuestro banco nuestra geolocalización mientras realizamos alguna operación.
La preocupación, dijo, es cuando no terminaste tu operación o no cerraste tu cuenta. También si te roban tu dispositivo.
“Lo importante es saber cómo va a funcionar, cuál es el uso que le van a dar a nuestros datos o cuánto tiempo la van a mantener”, comentó.
Por si misma la geolocalización no es un riesgo a la seguridad sino los términos de seguridad en la que está implementada esta normatividad de los bancos.
“La gente está preocupada pero las aplicaciones que tenemos en nuestros celulares nos piden tener la opción habilitada de ubicación en tiempo real como Facebook, Twitter o las de movilidad como Waze, Google Maps. En algunas de ellas, como Uber, tenemos asociadas nuestra tarjeta de crédito, entonces eso también nos hace vulnerables”, explicó.
La geolocalización que ahora piden los bancos en nada limita la movilidad de las personas, porque es posible que tu servicio lo tengas dado de alta en tu ciudad y si necesitas moverte, también podrás hacer operaciones de la banca.
LOCALIZACIÓN PARA MARKETING
El vocero de Karpersky destacó que en las apps bancarias hay regulación que impide que el banco los comparta con fines de marketing los datos de los usuarios, pero en otras apps como redes sociales, sí estamos autorizando, sin saberlo, que nuestros datos se utilicen para otros fines y se van creando patrones de ubicación, hábitos de compra y uso de productos, incluso de búsquedas.