El Banco de México se unió a una tendencia optimista en cuanto a la recuperación económica del país, en sintonía con la Secretaría de Hacienda que también mejoró su previsión para este año, estimando que la recuperación de la economía pueda alcanzar el 6.5 por ciento.
Lo bueno:
El Banco de México (Banxico) mostró mayor optimismo en la recuperación económica del país: planteó sus previsiones para el PIB de México de hasta 7 por ciento, mientras que en el extremo pesimista, el rebote sería solo de 5 por ciento.
Lo malo:
Sin embargo, el escenario optimista cambia en cuanto a la inflación: Banxico prevé que pasará de 3.6 a 4.8 por ciento en el último trimestre del año, 1.2 punto porcentuales más que el pronóstico previo.
Lo feo:
Para 2022, el Banco Central considera que la economía podría crecer entre 2 y 4 por ciento.
En su informe trimestral de enero a marzo del 2021, Banxico reportó que algunos indicadores del mercado laboral como la población ocupada, la participación laboral y el empleo formal mostraron cierta mejoría entre febrero y abril.
"La previsión central para 2021 refleja tanto un mejor desempeño de la economía en el primer trimestre del año respecto de lo previamente anticipado, como la expectativa de que a partir del segundo trimestre la recuperación gradual se presente con un ritmo más elevado. Esto por el efecto de la fortaleza de la demanda externa, particularmente ante el cuantioso estímulo fiscal otorgado en Estados Unidos", destacó Banxico.
Para el 2022, Banxico estima que la economía tendrá un crecimiento de entre 2% y 4%.
El Banco Central estimó una creación de empleos registrados ante el IMSS de entre 350,000 y 570,000 puestos de trabajo para este año. Las estimaciones previas eran de 250,000 empleos como mínimo.
Reportó que los mercados financieros nacionales han presentado, en general, una evolución favorable durante el año. No obstante, entre mediados de febrero y mediados de marzo registraron ajustes y volatilidad, reflejando las condiciones financieras globales.
La entidad destacó que la política económica, tanto en los ámbitos fiscal y monetario, debe continuar fortaleciendo los fundamentos macroeconómicos. Asimismo, es importante mejorar el entorno y fomentar las condiciones de certidumbre para la inversión y la actividad productiva.