Debido a que la venta de un automóvil es un ingreso extra, el propietario debe pagar un impuesto al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
En la resta del precio de venta menos su costo se obtiene la utilidad del automóvil y es sobre esta que la persona física debe pagar un impuesto, manifestó Juan Manuel Franco, vicepresidente de la comisión fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
“De acuerdo con el precio que se pague por el auto, la tasa máxima sería 35 por ciento, pero dependiendo de la utilidad, la tarifa es progresiva, es decir que cuanto mayor sea el ingreso, el impuesto será mayor”, agregó.
A su vez, Ana Ramírez, asesora fiscal y directora de la firma Sarez, detalló que si la venta se da de una persona física a una moral, no se hace retención de impuestos mientras la operación no exceda el monto de 200 mil pesos.
Si el vendedor es asalariado, éste deberá presentar por su cuenta su declaración anual, agregó. (Con información de El Financiero).
lrc