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¿Habrá crisis alimentaria por covid-19?

El director de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura advierte sobre el riesgo de cierres y bloqueos a cadenas de suministros

Escrito en DINERO el

Las medidas de contingencia ante la pandemia de coronavirus, como el cierre de fronteras que afecta directamente a las cadenas de suministros, pueden desencadenar una crisis alimentaria, advierte Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida como FAO por sus siglas en inglés.

“El brote de COVID-19, con todos los cierres y bloqueos que lo acompañan, ha creado cuellos de botella logísticos que generan efectos de rebote en las largas cadenas de valor de la economía global moderna. Las restricciones de movimiento, así como las medidas de distanciamiento social que afectan a los trabajadores, pueden impedir que los agricultores produzcan alimentos y que los procesadores de alimentos (que manejan la mayoría de los productos agrícolas) no puedan realizar su trabajo. Los cierres de restaurantes y las compras menos frecuentes de comestibles disminuyen la demanda de productos frescos y pesqueros, afectando a los productores y proveedores, especialmente a los pequeños agricultores”, escribe Dongyu como pluma invitada del diario Reforma.

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Sin embargo, señala el directivo, pese a que el covid-19 no ha implicado ninguna presión sobre la seguridad alimentaria, pues “existe un suministro de alimentos en el mundo suficiente para alimentar a todos”, si los meses pasan y la situación continúa igual, “debemos prepararnos para el riesgo de que los alimentos puedan no estar disponibles allí donde se los necesita”.

MEDIDAS COMERCIALES RESTRICTIVAS

Ante dicho escenario de incertidumbre, expone el director de la FAO, los encargados de formular políticas públicas podrían verse tentados a implementar medidas comerciales restrictivas con el fin de salvaguardar la seguridad alimentaria nacional. “Sabemos que tales medidas sólo pueden exacerbar la situación”, acota. 

“Las restricciones a la exportación establecidas por los países exportadores para aumentar su disponibilidad de alimentos a nivel nacional podrían provocar serias interrupciones en el mercado mundial de alimentos, lo que resultaría en un aumento y mayor volatilidad de precios”.

Para evitar ello, propone poner a disposición de toda la población en tiempo real, la información sobre precios, producción, consumo y existencias de alimentos; que permita a los productores, consumidores, comerciantes y procesadores tomar decisiones informadas y evitar un pánico injustificado en los mercados mundiales de alimentos.

“Podemos decir con certeza que cualquier crisis alimentaria como resultado de una mala formulación de políticas será un desastre humanitario que podríamos haber evitado. La prevención cuesta menos”. 

Así, afirma que los mercados mundiales son fundamentales para suavizar las perturbaciones de la oferta y la demanda en todos los países y regiones, por lo que se debe trabajar en colaboración para garantizar que las interrupciones de las cadenas de suministro de alimentos se minimicen tanto como sea posible. 

“COVID-19 nos recuerda contundentemente que la solidaridad no es caridad, sino sentido común”, concluye Dongyu.  

(diego joaquín)