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Germán, de taxista pasará a limpiar parabrisas, o lo que sea

Taxistas como don Germán llevan más de cien días sin generar ingresos por falta de pasaje, lo que ha afectado la economía de sus familias

Escrito en DINERO el

Los taxistas tienen fama de ser psicólogos porque escuchan las historias de mucha gente, pero a veces ellos también necesitan desahogarse con alguien. Tal es el caso de Germán Ramírez, de 64 años, a quien le preocupa su presente y su futuro ya que la pandemia de covid-19 le ha dado un fuerte golpe a su economía, al grado de que no sabe de qué vivirá el próximo año.

El cubrebocas le tapa la mitad de su rostro, pero mientras platica sus ojos muestran su preocupación a través del retrovisor. Relata que desde que empezaron la pandemia y el confinamiento disminuyó mucho su trabajo, de tal manera que ahora sólo logra juntar para pagarle la cuenta a su jefe y cargarle gasolina al taxi.

“Antes yo le tenía que dar 300 pesos de cuenta a mi patrón, pero con esto bajó mucho la chamba, hablé con él y le dije que no salía. Me lo bajó a 150 pesos, dos semanas lo pude juntar, pero luego ya no, ahora sólo le doy 100 y el resto de las ganancias es para la gasolina, la verdad casi no me llevo nada”, dice con angustia.

Autoridades del gobierno de federal y de la Ciudad de México han realizado el censo de taxis para otorgar los créditos de 35 mil pesos, como parte de los apoyos económicos por la pandemia de coronavirus covid-19.

Los taxistas comentaron que llevan más de cien días sin generar ingresos por falta de pasaje, lo que ha afectado la economía de sus familias.

En la Ciudad de México, a 2019, se tienen registrados un total aproximado de 102 mil 110 taxis que circulan en calles de la capital, de los cuales, sólo 54 mil 104 se ha registrado ante la Secretaria de Movilidad (Semovi).

Germán explica que en septiembre cumplirá 65 años y que en febrero logró actualizar la dirección en su credencial de elector, porque planeaba solicitar el apoyo económico que otorga el gobierno a los adultos mayores, pero en este momento no es una opción.

“Me fui a informar y me dijeron que todavía no me lo pueden dar, que es hasta los 68 (años), entonces de nada me sirvió cambiar mi credencial. Yo tenía la esperanza de que me lo dieran para ayudarme un poco”, expresa.

Aunque estos últimos meses han sido complicados para Germán, su principal preocupación es qué va a hacer el próximo año, porque a finales de 2020 se le vence la vigencia de su tarjetón y no sabe si logrará juntar el dinero para renovarlo.

“Tendré que dejar el taxi”

Mientras el taxi avanza sobre el Circuito Interior, Germán comenta que no cree que vaya a tener dinero suficiente para renovar su tarjetón. “A como están las cosas, apenas me queda algo para comer, no puedo ahorrar ni gastar en otra cosa.

“Lo más seguro es que tenga que dejar el taxi, no le he dicho a mi patrón, pero ya estoy pensando qué más podré hacer para sostenerme”, expresa tranquilo, pero con nostalgia y cierto temor en la mirada.

Él pertenece a un sitio de taxis que está afuera de un supermercado, lo primero que pensó es que podría ser empacador en esta tienda, pero le dijeron que no lo podrían contratar porque no es pensionado ni jubilado.

“Yo le dije al encargado con el que hablé: ¿no cree que necesita más el trabajo alguien que no es pensionado ni jubilado? Me respondió que son políticas de la empresa. Claro, así se ahorran el tener que darme el Seguro Social”, señala.

Al descartar esta opción, Germán ha pensado en que podría trabajar fuera del supermercado ayudando a la gente a cargar sus bolsas, aunque dice que también podría vender dulces o incluso limpiar parabrisas.

“Necesito pensar, espero que las cosas mejoren. Me preocupa quedarme sin nada, pero de algo tendré que sobrevivir. A lo mejor y hasta cargando bolsas saco más que aquí en el taxi, no lo sé”, expresa Germán.