Las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) buscaron extender su participación en el sector energético, pero a través de las fuentes renovables como la eólica y solar, las cuales se encuentran en suspenso por el acuerdo del Centro Nacional de Control de la Energía (Cenace), el cual suspende de manera indefinida las pruebas necesarias para la entrada en operación de centrales de energía renovable, argumentando que es necesario salvaguardar la confiabilidad del sistema eléctrico nacional debido a la emergencia sanitaria derivada de la pandemia de covid-19.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), se tienen invertidos en proyectos de energía limpia aproximadamente 3 mil 250 millones de pesos, recursos que están en riesgo de perderse de concretarse los cambios a la política eléctrica.
Abraham Vela, presidente de la Consar, indicó a La Jornada que las medidas gubernamentales en energía renovable han causado incertidumbre y se puede traducir en un quebranto para las Afore.
Sin embargo, indicó el funcionario, el monto es menor comparado con los recursos totales que administra el sistema, que son 4 billones de pesos.
No obstante, el presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), Bernardo González, reconoció la semana pasada que sí hay recursos de trabajadores invertidos en proyectos de generación de energías limpias y está en curso la revisión para determinar la afectación si efectivamente algunos de éstos se cancelan.
"Podremos esperar desde luego que si algunos proyectos no se concretaran se tendrían que replantear los rendimientos que estos instrumentos van a pagar en el mediano y largo plazo”, expuso en referencia a la decisión de la Secretaría de Energía de cancelar proyectos de generación de energía eléctrica limpia y renovable.
En encuentro con diputados de la Comisión de Hacienda, González expuso que al inicio de la crisis por pandemia hubo minusvalías por el nerviosismo de las inversiones ,y aunque se ha recuperado, seguirá la inestabilidad.
“Afortunadamente en tan sólo un mes (marzo) y a diferencia de la crisis de 2008-2009 las Afores pudieron revertir ese movimiento y tenemos plusvalías. Sin embargo, podríamos volver a ver nuevas minusvalías en los próximos meses por la incertidumbre que ha generado por esta desafortunada enfermedad”.
A finales de 2017 se dio a conocer que la Caisse de Dépôt et Placement du Québec (CDPQ), inversionista institucional, y CKD Infraestructura México (CKD IM), consorcio de inversionistas institucionales mexicanos, compraron 80 por ciento de un portafolio conformado por ocho proyectos eólicos y solares propiedad de Enel Green Power por un total de mil 350 millones de dólares.
El fondo cuenta con recursos de las afores mexicanas como son XXI Banorte, Afore Sura, Banamex y Pensionissste, así como el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), de acuerdo con información de El Financiero.
En aquel entonces, según el medio, la Consar indicó que al cierre de agosto de 2017 las Afores había invertido 107 mil 564 millones de pesos, que representa 10.23 por ciento del total disponible para financiamiento al sector energía.
¿En qué invierten las Afores?
Cuando las afores iniciaron su operación, el primer instrumento en el que se les permitió invertir fue la deuda gubernamental nacional, es decir, en papeles que emite el Estado mexicano y que tienen como objetivo recaudar recursos para que el gobierno los invierta en obra pública.
Este tipo de deuda es considerada la de menor riesgo, porque si bien existe una pequeña posibilidad de impago (ninguna inversión es 100% segura), es la que cuenta con más garantías y mecanismos de apoyo para poder cumplir con sus compromisos, como son pago de impuestos. Asimismo, se establece sobre una renta fija, es decir, desde un principio se establece el periodo en que se obtendrán rendimientos y el monto de estos.
Como parte de su proceso de diversificación, ahora las afores también pueden invertir en deuda privada nacional, variable nacional e internacional, en instrumentos ETF''s, CKD´s, CERPI''s y Fibras, y cuentan con una lista de 50 países para elegir.
Sin embargo, en los últimos años las Afores han invertido en proyectos fallidos, como por ejemplo los 500 millones de dólares (6 mil 500 millones de pesos al tipo de cambio de ese año) invertidos la empresa dedicada al arrendamiento de plataformas marinas y equipos de perforación de pozos petroleros, Oro Negro por parte de Afore Sura y Citibanamex.
Pemex canceló contratos con la empresa de servicios petroleros, como resultado de la caída de los precios internacionales del crudo y luego Oro Negro se declaró en quiebra.
Según la Consar dicho suceso devino en una merma de esta inversión por parte de las dos Afores y que tuvo efecto sobre los saldos de algunos ahorradores. Pero este efecto fue compensado por las plusvalías que las administradoras registraron en otras inversiones.
“Esas minusvalías con el transcurso del tiempo y gracias a las inversiones en otros activos de las Afores, pudieron seguirse cosechando en plusvalías en esos momentos, de tal manera que en el neto estas dos Afores siguieron mostrando plusvalías”, comentó Abraham Vela en junio de 2019.
Un caso más reciente fueron los 17 mil 190 millones de pesos de Inbursa, Pensionissste, Profuturo, XXI-Banorte y Sura en el Nuevo Aeropuerto de Texcoco, el cual fue cancelado mediante una consulta pública.
En su momento, la decisión provocó grandes minusvalías a las Afore; sin embargo, según el gobierno, a la fecha, las administradoras mencionadas ya recuperaron el monto.
Si bien los 3 mil 250 millones de pesos que las Afore mantienen en energías limpias es inferior a lo que tenían en el aeropuerto de Texcoco o en Oro Negro, es superior a lo que tenían invertido en ICA, donde Pensionissste puso 406 millones de pesos de recursos del Afore de los trabajadores, y es el doble respecto a los mil 500 millones de pesos que los trabajadores mexicanos retiraron en abril por concepto de desempleo.