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Estos son los efectos económicos de que el petróleo haya alcanzado su máximo

Analistas consideran que puede incrementar aún más, incluso llegar a los cien dólares el barril

Escrito en DINERO el

El precio del barril de petróleo alcanzó los 81 dólares esta semana, su nivel más alto de los últimos cuatro años.

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Esto se debe a la próxima entrada en vigor de las sanciones de Estados Unidos a Irán -que reducirán las exportaciones iraníes- y los problemas de producción en Venezuela, que recortarán el nivel de la oferta global.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó el martes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP ) de "estafar al mundo" por negarse a producir más para hacer bajar el precio del barril.

La OPEP, por su parte, dijo que no van a incrementar su producción por lo menos hasta su próxima reunión en diciembre. Si no aumenta el suministro, las probabilidades de que el precio del barril siga subiendo son altas, según analistas.

"Puede llegar cerca de los 90 dólares el barril", dijo Mundo Fernando Valle, analista senior de petróleo y gas de Bloomberg Intelligence en Nueva York. Incluso firmas comercializadoras como Trafigura o Mercuria elevan su pronóstico hasta los 100 dólares el barril.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS PARA AMÉRICA LATINA?

Con la caída del aporte de Venezuela a la producción global y las sanciones de Estados Unidos a Irán, un alto precio del petróleo deja a Latinoamérica en una posición complicada, según algunos expertos.

Países como Brasil y Argentina, aunque son productores de petróleo, no se beneficiarían directamente del alza en el valor del crudo porque enfrentan presiones inflacionarias y un dólar alto.

"El efecto en la región es negativo por el riesgo de inflación y el posible impacto en el crecimiento económico", apunta Valle, el experto de Bloomberg. Brasil, por ejemplo, exporta crudo, pero al mismo tiempo importa diesel, de manera que la subida del barril puede tener efectos mixtos.

Algo similar ocurre en México, que es productor de petróleo, pero se ve obligado a importar gasolina desde Estados Unidos porque no tiene la capacidad de refinación necesaria para abastecer su demanda interna.

"Es una ventaja para los países productores o que están aumentando su producción" dice Samantha Gross, investigadora del centro de estudios Brookings Institution, quien tiene una visión distinta.

Es el caso de Brasil, México o Argentina. "En Brasil están con una mentalidad como de la fiebre del oro y en México la reforma energética es una excelente idea. Espero que el nuevo presidente la mantenga", agrega sobre la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

En Colombia se están haciendo esfuerzos para aumentar la producción y recientemente se puso en marcha un plan de ajustes con recortes en la inversión y en el gasto de la petrolera estatal. Su meta es llegar a producir 900 mil barriles al día, y si se mantiene el precio alto, los ingresos fiscales tendrán un efecto positivo en sus arcas.

También en Ecuador están tratando de aprovechar la subida del petróleo. El gobierno se ha propuesto aumentar la producción para llegar este año a los 540 mil barriles diarios, aunque ese objetivo requiere un aumento de la inversión.

Y ese es precisamente el gran desafío que afecta a todos los países exportadores que intentan aumentar la extracción del crudo y la capacidad de refinación para obtener más derivados y mejores dividendos.

Como contraparte, el alza en el valor del barril es un fenómeno negativo para los países importadores, como es el caso de Chile o Perú. Y Bolivia, que no está en la lista de los países que más petróleo exportan, podría sufrir efectos mixtos. Eso es así porque, aunque tiene que desembolsar más recursos en la compra de petróleo, el precio del gas que exporta puede registrar un alza.

Las exportaciones de gas natural están ligadas a los derivados del petróleo, de manera que cuando el precio del petróleo sube, también lo hacen las ventas externas del gas.

En tanto, Venezuela ha históricamente el gran país petrolero de Latinoamérica, pero su producción ha caído drásticamente en años recientes debido a la crisis política y económica que afecta al país, lo que impide que se beneficie del alza de precios.

Los analistas coinciden en que es casi imposible que Caracas aumente su producción en el corto plazo, pese a los recientes acuerdos firmados por Caracas con China.

El presidente, Nicolás Maduro, habló recientemente de aumentar la producción en un millón más de barriles al día, sin embargo "la producción en Venezuela seguirá cayendo en los próximos meses porque no hay inversiones, ni capacidad eléctrica confiable", prevé Valle.

Con información de la BBC News

iarb