Para evitar que la volatilidad en los precios máximos de los combustibles afecte el bolsillo del consumidor, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha una fórmula para “suavizar” estos posibles incrementos.
Esta fórmula, presentada este lunes en Los Pinos a líderes de opinión y a directivos de medios de comunicación, busca que las fluctuaciones del precio de los combustibles (precio diario de las referencias internacionales) y la cotización del peso frente al dólar estadunidense no peguen directamente a los precios de las gasolinas.
Sin embargo, esta fórmula no es una nueva intervención del Estado para fijar “precios artificiales” como lo venía haciendo en otros años, por lo que la liberación de los combustibles sigue su marcha.
En las láminas presentadas a los comunicadores, se explica que a partir del 18 de febrero los precios de diarios se “suavizarán” y en gran medida se deberá a un factor de “ajuste por desviaciones” del mismo cambio de las referencias internacionales.
En la presentación titulada “Precios Máximos de los Combustibles”, el gobierno federal explica que la reforma energética, en materia de combustible, propició pasar de un modelo de precio único a uno de precio máximo.
Recordó que el año pasado había un modelo intermedio de impuesto fijo por litro y ajustes de mercado dentro de una banda, sin embargo, en 2017 esta banda se eliminó y con la flexibilización total de los mercados se comenzaron a reflejar los costos regionales y los ajustes diarios.
En ese sentido, los principales cambios en el mercado de combustibles para 2017 es la liberación de la banda de los precios máximos que estaban vigentes el año pasado, lo que explica el aumento del precio del mes pasado.
También se explica que “la flexibilización gradual de los mercados de combustibles, que es neutra con respecto a los precios en el corto plazo, paulatinamente llevará a mejor calidad de los servicios “.
Las refinerías no son opción
Para explicar el contexto interno de este mercado, se dio a conocer una lámina que muestra cómo ha ido cayendo la producción de crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex).
De 2004 a 2016, la producción de barriles diarios cayó considerablemente y de producirse 3.5 millones de barriles diarios, en 2016 sólo se dio una producción de 2.1 millones de barriles diarios.
La principal baja de esta producción de crudo se encuentra en la plataforma de Cantarell que redujo su producción, en más de una década, en un 38 por ciento. Es ese sentido, México ya no es “superavitario” en hidrocarburos.
Otro tema que se trató fue el de las refinerías, pues se ha argumentado que los precios de los combustibles serían sustancialmente menores si hubiera más refinerías en el territorio nacional.
Sin embargo, las láminas presentadas por el gobierno mexicano sostienen que ese dato es “incorrecto”, debido a que el componente principal del precio del combustible es el costo del petróleo.
Asimismo, los márgenes de refinación, los costos de importación y las utilidades de lo gasolineros son mínimos.
“Pemex optimiza diariamente sus fuentes de combustibles, tanto a nivel nacional como local”, explica dicha lámina.
Ya no habrá excedentes
Otra variante adversa interna tiene que ver con los excedentes petroleros que en otros años se dieron de forma reiterada, sin embargo, el propio gobierno federal reconoce que no se prevé un escenario petrolero.
Para dar un ejemplo, entre 2010 y 2013 hubo excedentes petroleros de entre 12 y 13 por ciento.
México también pasó de la posición 8 a la 12 como productor de crudo en el mundo; asimismo, se ubicó pasó como consumidor per cápita de gasolinas del 9 al cuarto lugar.
Incluso, se aseguró que el consumo de gasolinas en México es mayor que el de países desarrollados como Alemania, Reunido o Australia, además que los precios del combustible en el país continúan siendo competitivos, en el precio de la gasolina regular (Magna).
Por ejemplo, el precio de la gasolina en México es más competitivo que en países como Hong Kong, Noruega, Israel, Italia, Dinamarca, Uruguay, Nueva Zelanda y mayor a naciones como Ecuador, Bolivia, Rusia o los estados de Texas o California.
En ese sentido, el gobierno mexicano sigue esperando inversiones millonarias que detonen este mercado. Para poliductos, se espera una inversión de 2 mil 250 millones de dólares.
En transporte por ferrocarril se espera una inversión de mil 500 millones de pesos; almacenamiento y distribución 331 millones de pesos y en gasolineras 12 mil millones de dólares, lo que da un total de 16 mil 81 millones de dólares.
Adicionalmente, el Proyecto de Política Pública de Almacenamiento generará inversiones estimadas por un monto de 2 mil 420 millones de pesos.
