No conforme con que expertos anticiparan con anterioridad que la economía mexicana no crecerá más de 1 por ciento este 2019, ahora también consideran que el 2020 pinta para ser un año de continua debilidad económica y riesgos fiscales.
Alonso Cervera, economista en jefe de Credit Suisse, consultó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 a 0.7 por ciento, desde 0.9 por ciento, lo que sería la tasa más baja desde 2009, por lo que para 2020 espera solo 1.9 por ciento, es decir, de hacerse una realidad este pronóstico sería el nivel más alto desde 2018, cuando la economía creció 2.0 por ciento.
“El crecimiento débil probablemente afectará aún más la confianza de los consumidores y las empresas, lo que podría impactar la todavía alta popularidad del presidente. La inversión privada parece estar todavía en un estado de crisis, ya que las empresas esperan una mayor claridad y coherencia de las acciones gubernamentales”, indicó Cervera.
Como también recalcó que existen diferentes factores que están influyendo en que la inversión siga deprimida, como las preocupaciones sobre los proyectos insignia del gobierno, incluido el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Por su parte, Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, aseguró que el año que viene tiene muchos más retos que este y uno de ellos es el crecimiento, pues aunque los programas sociales han apoyado el consumo, la inversión sigue estancada y el crecimiento del país sufrirá por ello.
“El 2020 se ve con bastante incertidumbre en materia de crecimiento, ya que hasta ahora se ha mantenido gracias al consumo estimulado por los programas sociales, lo cual no es lo recomendable”, dijo.
Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, también coincidió con los otros dos expertos en el tema y recortó los estimados de crecimiento del país para este año y el 2020, colocándolos en 1.0 y 1.6 por ciento respectivamente, afectado por el subejercicio del gasto del gobierno y la contracción de la inversión pública y privada.
“El crecimiento previsto es menor al promedio de los últimos 20 años. Es importante que el gasto del gobierno tenga una estrategia contracíclica y se destine a la inversión física, los proyectos de infraestructura generalmente tienden a generar empleo y avivar la confianza de los inversionistas privados”, dijo durante la presentación de sus expectativas económicas para el cierre del año.
En este contexto, los economistas también señalaron que la Secretaría de Hacienda ante los números alarmantes se enfrentará a un dilema en el futuro, derivado al bajo crecimiento económico, pues tendrá que elegir entre recortar aún más el gasto para cumplir con las metas fiscales o relajar su postura fiscal para apoyar el crecimiento.
MJP