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Dinero oscuro, el tipo de “corrupción” permitido en EU

Recientemente, se presentó ante la Cámara de Representantes un proyecto de ley con el que se pretende regular los medios de financiamiento para las campañas electorales

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Luego de que la congresista más joven en la historia de Estados Unidos, Alexandria Ocasio-Cortez, implementara un ejercicio ante un panel de expertos con el que develó la falta de límites en el acceso por parte de legisladores –y el propio presidente del país- respecto a la financiación de distintas campañas, en el vecino país del norte se abrió el debate sobre el “dinero oscuro”.

El ejercicio planteaba que como miembro del Congreso de EU se pueden dirigir campañas totalmente financiadas por comités de acción política corporativa, para después utilizar dicho presupuesto en pagos ocultos a favor de la propia campaña y, posteriormente, beneficiar a los donantes mediante la promoción de reformas y nuevas legislaciones.

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De acuerdo con BBC Mundo, recientemente se presentó ante la Cámara de Representantes –cuya mayoría de los escaños está ocupada por congresistas demócratas como Ocasio-Cortez- un proyecto de ley con el que se pretende regular los medios de financiamiento en las campañas electorales de EU, proceso en el que existe la figura de donantes terceros de los que no es obligatorio revelar su identidad.

Al monto obtenido de esta manera, se le conoce como “dinero oscuro”

¿QUÉ ES EL DINERO OSCURO?

Tras efectuarse los comicios, los candidatos generalmente están obligados a dar a conocer a todas aquellas personas físicas y morales u organizaciones que financiaron su campaña

No obstante, existen financiamientos que se emiten a través de personas que reciben dinero de fuentes desconocidas, nivel de donantes que no entra en la categoría de los que deben ser desclasificados, de acuerdo con Anna Massoglia, investigadora del Center for Responsive Politics (CPR).

Por su parte, Mary Bottiny, del Center for Media and Democracy (CMD), señala que esta forma de presupuestar una campaña electoral se presenta comúnmente cuando uno o un grupo de millonarios o corporaciones donan dinero a favor o en contra de cierto candidato.

Los pagos se hacen mediante grupos de bienestar social, ONGs o asociaciones comerciales. Figuras que, en apego a un dictamen establecido por la Corte Suprema de Estados Unidos hace nueve años, tienen la facultad ilimitada de la recepción de donaciones por parte de empresas o individuos, sin verse obligados a revelar quienes son.

Según datos del CPR, durante las elecciones de 2012, agrupaciones de "dinero oscuro" gastaron cerca de 308 millones de dólares entre ambos partidos. En tanto, 2014 se convirtió en el año en que más “dinero oscuro” se invirtió en la carrera por el Congreso (342 mdd).

Por otra parte, en las elecciones de 2016, el vencedor Donald Trump fue impulsado con una inversión cercana a los 22 millones de dólares. A favor de su contrincante Hillary Clinton se pagaron 16 mdd.

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IMPLICACIONES

No obstante, en diversas ocasiones se han señalado las implicaciones negativas en torno a la existencia de esta forma de “corrupción legal” de la economía más fuerte del mundo.

Por ejemplo, Jane Mayer en su libro "Dark Money" (2016) expone el radicalismo que ha generado en la derecha, expresado a través de una supuesta red de multimillonarios que durante varios años han financiado a distintos organismos con el fin de terciar en los procesos de instituciones académicas, centros de estudio, tribunales, el Congreso y hasta la Casa Blanca.

En cambio, para Bottini los beneficios que los donantes buscan se centrarían en la evación de la justicia, como en el caso revelado en llamados Archivos John Doe, donde el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, obstruyó la investigación en la que se involucraba a uno de los donantes con la aparición de cáncer en niños.

Sin embargo, ante la oposición a esta medida de financiamiento, se utiliza el discurso de la primera enmienda de la constitución política del país norteamericano, referente a la libertad de expresión. La cual incluye todo aquello que no se quera decir por parte del individuo.

Así lo considera la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y Brad Smith, presidente del Instituto para la Libertad de Expresión.

Smith agrega que los gastos destinados por las corporaciones a esta práctica sólo representan del 5 al 6% de sus gastos totales. “Un resultado que realmente no es notable".

RIESGOS

En otro orden de ideas, Massoglia advierte que el desconocer la identidad de los donantes terceros es la posibilidad de que agentes extranjeros intervengan en los procesos electorales, pese a que ello está prohibido por la ley.

Esto resalta en el contexto donde se señalaba una influencia rusa en las elecciones de 2016.

Al respecto, Bottini considera que, si bien no es comprobable que existió dicha intervención, una mayor transparencia permitiría aclarar cualquier duda.

La experta señala que se trata de un derecho de los ciudadanos estadounidenses el saber de dónde proviene el dinero con el que los políticos financian sus campañas, en favor de cimentar una mejor práctica de la democracia.

djh