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Cuidado con estos préstamos, podrías pagar hasta 10 veces más

Los fraudes que se esconden detrás de los créditos "milagro" y recomienda NO dar adelantos o comisiones, ni entregar o enviar datos personales.

Escrito en DINERO el

Sin consultar tu Buró de Crédito, con tasas de interés tan bajas que resultan atractivas, y con la garantía de prestarte lo que necesitas, empresas que muchas veces se hacen pasar por instituciones financieras reguladas se han convertido desde hace unos años en un imán para miles de personas que buscan obtener liquidez, pero que sólo logran ser engañadas.

El engaño es que estas empresas piden una "fianza" o comisión para gestionar el susodicho crédito, cobrando por anticipado de acuerdo al monto del crédito que se busca obtener, una vez que se paga la fianza o la comisión, según marcan sus contratos, la empresa responde en unos días que el préstamo fue rechazado, quedándose con ese dinero sin haber resuelto.

En otros casos detectados por la Condusef, piden como garantía escrituras o facturas de automóviles los cuales tampoco son devueltos, hasta que se paga por ello.

La mayoría de estas empresas no están registradas legalmente como sociedades financieras de objeto múltiple, o como alguna otra figura financiera del sistema, por lo cual, ni la Condusef, ni la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) poseen facultades para proteger o aplicar la regulación respectiva.

La manera de operar de estas empresas es mediante anuncios ostentosos en periódicos, revistas, estaciones de radio o volantes que se reparten en algún crucero o avenida concurrida, donde destacan las cantidades que pueden prestar sin grandes trámites, las cuales pueden alcanzar varios millones de pesos.

Otro atractivo de estas empresas es que ofrecen no consultar el historial crediticio, punto importante, dado que las mayoría de las personas que caen en este tipo fraudes regularmente arrastran una deuda económica importante, por lo que tratan de solucionarlo recurriendo a otro financiamiento.

Más por menos

También se da el caso que hay "empresas" que hacen anuncios de préstamos fácil, pero las tasas de interés son exageradas. Por ejemplo, según la Defensa del Deudor prestan 800 pesos y hay casos en los que la gente paga hasta 8 mil pesos por las tasas que aplican.

De acuerdo con la organización, 90% de las personas que piden dinero en una aplicación, lo hacen por cantidades muy pequeñas, no para irse de vacaciones, sino porque están buscando terminar la quincena, para comprar comida, o medicinas.

Además del fraude a partir de redes sociales, están proliferando páginas falsas de entidades financieras formalmente establecidas, que con facilidad engañan a los usuarios y logran que el interesado deposite a cuentas bancarias o en tiendas de conveniencia a cambio de préstamos que nunca reciben.

¿Lo necesito?

Lo primero que tienes que preguntarte es “¿para qué lo quiero?”, puede que lo necesites para una emergencia, cubrir deudas, adquirir bienes, poner o hacer crecer un negocio, etc. No importa cuál sea el motivo, debes saber que hay deudas buenas y malas, y de esto dependerá que le saques provecho a un crédito.

Una deuda buena es aquella que te permite hacer crecer tu patrimonio, ya que los beneficios del crédito se reflejan a mayor plazo y duración, por ejemplo: ser más productivo (al iniciar o hacer crecer un negocio), crear un patrimonio (comprando una casa o haciendo mejoras en la misma), adquiriendo bienes duraderos (refrigerador, estufa, auto, etc.).

Por su parte, una deuda mala es la que sólo te sirve para adquirir bienes y servicios que no necesitas, no son duraderos o se deprecian rápidamente (despensa, ropa, calzado, etc.).  

¿Puedes pagarlo?

Un gran error es que pidas un préstamo y no tengas la certeza de que podrás pagarlo, para esto te recomendamos conocer cuánto dinero puedes destinar a deudas y con base en ello solicites un crédito que se ajuste a tu capacidad financiera. Un ejercicio que debes hacer y te puede ayudar es:

A tu ingreso mensual réstale tanto tu gasto (incluyendo lo que destinas a pagar deudas) como tu ahorro mensual. La cantidad que obtengas será tu capacidad de pago. Una recomendación es no destinar más del 30% de tus ingresos al pago de deudas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

cj