Main logo

AL perderá 11.5 millones de trabajos; en México 49% en alto riesgo

El estudio de la OIT y la Cepal propone que América Latina se mueva más a la formalidad. Es decir, el formalizar el trabajo decente y visibilizar a informales

Escrito en DINERO el

La fuerte caída del producto interno bruto (PIB) en América Latina tendrá efectos negativos en el mercado de trabajo y para 2020 se proyecta un aumento de la tasa de desocupación hasta alcanzar una tasa del 11.5%, lo que equivale a más de 11.5 millones de nuevos desempleados, lo cual incrementará el número total de desocupados a 37.7 millones de personas, estimó este jueves un informe de la CEPAL y la OIT.

Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se prevé que la actividad económica de la región se contraiga el 5.3% -la peor desde 1930- en 2020. Sin embargo, de profundizarse la contracción, la tasa de desocupación será mayor.

De acuerdo con las proyecciones presentadas por ambos organismos, también habrá un marcado deterioro de la calidad del empleo en la región donde la tasa media de trabajos informales ya alcanza al 54%, afectando principalmente a los sectores más vulnerables.

El informe “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (covid-19)” indica que 49% de empleos en México están en sectores que han sido especialmente afectados por las medidas de distanciamiento social para evitar la propagación del coronavirus, lo que pone a los trabajadores en un alto riesgo de recortes de horarios, reducciones salariales y despidos.

Los sectores de mayor riesgo económico son: comercio; reparación de vehículos; industrias manufactureras; actividades de alojamiento, inmobiliarias y servicio de comidas; y servicios administrativos. Mientras que en riesgo medio-alto se encuentran: transporte y almacenamiento; información y comunicaciones; artes, entretenimiento y recreación.

Ante este escenario Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de Cepal, consideró que los países deben considerar medidas extraordinarias como la entrega de un Ingreso Básico de Emergencia a lo largo de 6 meses. En el caso de México, una medida de este tipo debería considerar a población que está fuera de los programas sociales.

AUMENTAN INFORMALES

De acuerdo con los organismos, en México se registró una leve mejora en el empleo formal en los últimos dos años, al subir el porcentaje de asalariados que cuentan con prestaciones laborales del 62.3% en 2018 al 63.0% en 2019.

Sin embargo, esta mejora en las condiciones de los asalariados ocurre simultáneamente con un aumento de la participación del sector informal en el empleo, es decir, en ambos sectores formales e informales incrementaron los trabajadores. Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indican que, en el último trimestre de 2019, todas las modalidades de empleo informal sumaron 31.3 millones de personas, cifra que significa un aumento del 2% respecto al mismo período de 2018 y representa un 56.2% de la población ocupada.

El informe indica que en los países con una elevada proporción de trabajadores informales, probablemente exista una mayor presión para retomar rápidamente las actividades laborales, lo que podría agravar la situación de contagio del covid.

Por su lado, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC) alertó que el cierre de empresas por la pandemia de covid-19 conducirá a una cifra histórica de 34 millones de personas en el empleo informal.

Esto significa un aumento de tres millones de personas en un trabajo sin acceso a la seguridad social en México, precisó. El experto recordó la tendencia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que reportó la desaparición de 198,033 plazas en marzo y 555,247 en abril, un total de 753,280 trabajos perdidos.

En tanto, los organismos recomiendan que además de políticas de apoyo para la sustitución de ingresos, se deberían promover la información y los mecanismos necesarios para resguardar la seguridad en los lugares de trabajo y en los desplazamientos hacia estos. 

"La crisis de la COVID-19 implica oportunidades y desafíos para el fortalecimiento de las políticas sociolaborales de la región. La urgencia ante la gravedad de esta crisis debería acelerar la provisión de recursos a los programas que garanticen ingresos y sostengan los puestos de trabajo de los trabajadores formales e informales y sus familias"

Sin embargo, aclara que a pesar de los apoyos, las prestaciones no contributivas para los trabajadores informales, como los subsidios directos con los que se busca entregar un mínimo de ingresos durante esta crisis, son una herramienta muy necesaria, pero generalmente los niveles de las prestaciones suelen ser insuficientes y la cobertura limitada.

Ante ello, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo hicieron un llamado este jueves a los países para que prioricen tanto políticas de salud como de seguridad laboral para que la reactivación productiva y en empleos postpandemia en Latinoamérica y el Caribe sea "segura y saludable".

"La propuesta tanto de OIT como nuestra (Cepal) es irnos moviendo cada vez más a la formalidad. Es decir, el trabajo decente es acerca de eso, de cómo ir formalizando, pero hay que visibilizar a los informales", expuso la secretaria ejecutiva de la Cepal Alicia Bárcena.

Asimismo, advirtieron que las mujeres trabajadoras son las más vulnerables y sectores intensivos en mano de obra como el turismo, comercio, manufactura, inmobiliaria y entretenimiento han sido altamente afectados. Además, las Micro y Pequeñas Empresas, que concentran 46,6 % del total del empleo en la región, tienen un "alto riesgo de experimentar quiebras".