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“A puro chile”, así deja a trabajadores hundimiento en construcción

Indicadores económicos en construcción y minería se desplomaron; empleados se han quedado sin ingresos y se vislubra afecte también a profesionistas

Escrito en DINERO el

El potosino Roberto Barrón, albañil de oficio, redujo su dieta a frijoles. “Ora sí que a puro chile”, relata. Esta es la realidad derivada del hundimiento en la actividad en la industria de la construcción causada por el covid-19, según el Inegi, que golpeó también la actividad minera y manufacturera.

La caída en la producción industrial, la mayor en su historia y sus efectos principalmente en la industria de la construcción son solo una consecuencia por la emergencia sanitaria del coronavirus, aunque ya arrastraban caídas desde antes del freno a la industria como medida sanitaria, advirtieron economistas a La Silla Rota y resaltaron que el empleo que el gobierno calcula crear, 2 millones de empleos, serán insuficientes por la calidad, salarios y temporalidad.

Además, comentaron que tanto construcción y minería hayan caído, golpeará a otros sectores que van encadenados y también le pegará al empleo calificado, de profesionistas como ingenieros y arquitectos.

REINICIO CON EXTREMA HIGIENE LA MINERÍA EN SONORA

El sector de la minería también va a la baja, pese a que ya reinició actividades en medio de la pandemia, al considerarse una actividad económica esencial.

En Sonora, la minería en Sonora representa el 17% del Producto Interno Bruto del estado y genera 120 mil empleos; también es el principal productor de cobre, grafito, wollastonita, carbón antracítico; y metales como oro, plata y fierro.

Según las últimas cifras de la Secretaría de Salud, en Cananea, ubicado a más de 300 kilómetros de Hermosillo, la capital sonorense, se han registrado sólo 30 casos de covid-19 y un fallecimiento, de las 31 mil personas que habitan en este municipio.

Rodrigo, trabajador de la industria minera, considera que hasta el momento las medidas de higiene en su empresa, Buenavista del Cobre, son suficientes para evitar propagación del virus. Incluso, señala que siente más temor de contagio en las calles de Cananea donde se ubica la mina, que en su lugar de trabajo.

“No he sentido inseguridad de que me vaya a contagiar, no hemos sabido de algún caso de algún minero, al menos no en mi área, pero tenemos grupos de Whatsapp y creo que ya se hubiera sabido. La entrada a la mina, con todas esas medidas de seguridad, me siento más tranquilo que en el pueblo, en la calle, donde creo que sí nos podríamos contagiar porque veo a gente saliendo”, agregó.

LOS INDICADORES, DURO GOLPE

El Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) disminuyó 25.1% en términos reales en abril de 2020 respecto a marzo, en consecuencia de las medidas de contingencia en torno a la pandemia de covid-19; arrastrado por los sectores de la minería, manufactura y construcción, revelan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

En su comparación anual, el IMAI descendió 29.6%, ello con cifras desestacionalizadas. 

Se trata de la mayor contracción de su historia, luego de iniciar una tendencia a la baja en 2018.

MINERÍA

La minería se contrajo 5.6% en su referencia mensual, mientras a tasa anual la caída es de 3.6% por debajo de su nivel de abril 2019.

Dentro de sus componentes, la minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas, fue el más golpeado, al presentar una reducción anual de 30.2%.

CONSTRUCCIÓN

Durante el confinamiento de abril, la construcción cayó 32.8% respecto al mes anterior; en términos anuales bajó 38.4%.

Al interior, la Edificiación cayó 40.4% respecto a abril del año pasado. Le siguen trabajos especializados para la construcción (-33%) y construcción de obras de ingeniería civil (-31.9%).

MANUFACTURA

La industria manufacturera descendió 35.5% en referencia a abril de 2019. Respecto al mes inmediato anterior, la baja se sitúa en 30.5%.

Julio Santaella, titular del Inegi, resalta las industrias manufactureras más afectadas por las medidas de confinamiento de abril 2020, en términos anuales, fueron la fabricación de productos de cuero y piel cayó (-86.9%), de equipo de transporte (-85.3%), de prendas de vestir (-77.9%) y de insumos textiles (-77.8%).

TRADUCCIÓN: ¿QUÉ PASARÁ?

Se caen. Punto. La industria de la construcción y minería van para abajo y esto no es solo una consecuencia por la emergencia sanitaria del coronavirus, pues ya venían a la baja desde antes.

“Fue por falta inversión pública y en abril se exacerbo con la pandemia”, afirma José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

EXPLICACIÓN: Es una reacción en cadena. Si el albañil no tiene empleo, tampoco lo tendrá su patrón el ingeniero, ni el patrón del ingeniero que son las constructoras. Sin construcción tampoco tendrá trabajo el minero ni sus jefes que se dedican a la extracción de grava y arena (entre otros materiales) que son básicos para este ramo. “El sector industrial de la construcción esta vinculado con 50 ramas de la economía, afectará a la industria del acero, aluminio, vidrio, cemento, minería, pero también a servicios como ingenieros, arquitectos y eso involucra tanto a los trabajadores de la construcción como a los profesionistas titulados”, advierte el economista.

“Es una caída histórica en el sentido de que hay un retroceso de 38.4 por ciento a tasa anual, eso nos muestra que en abril se exacerbo una medida que tiene dos años afectando la construcción mexicana.

De la Cruz agrega que con los datos mensuales que de este sector se tienen desde 1993, no se habían registrado caídas de esta magnitud. “Son registros de 27 años, abril fue un mes muy malo pero que tiene como antecedentes dos años de caídas. Más del 85 por ciento de las entidades federativas tiene ya tasas negativas en la construcción, esto afecta ya a la mayor parte del país. La minería tenía cuatro años con tasas negativas que se habían recuperado desde noviembre del 19 pero en abril volvió a las tasas negativas”. En este último caso fue, digamos, un sube y baja.

La cura que este sector requiere, precisa un amplío boletín del IDIC, no depende solo de la eliminación de la pandemia sanitaria. “En la situación nacional y global actual que enfrenta el sector privado, así como por las restricciones financieras del sector público, sólo se podrá lograr lo anterior con un programa de desarrollo industrial que modifique las condiciones adversas que enfrenta la industria nacional, no son aspectos de coyuntura que desaparecerán con la covid-19”.

DOS MILLONES DE NUEVOS EMPLEOS: INSUFICIENTE

Landy Sánchez, del Centro de Estudios Demográficos del Colegio de México, hace la siguiente lectura al respecto: es probable que los dos millones de empleos nuevos que contempla el presidente López Obrador, no sean suficientes para reactivar la economía.

“Los números que él muestra se ven factibles en el sentido del tipo de empleo que están señalando, que son los de la secretaría del Trabajo, algunos vinculados a proyectos como Sembrando Vida y otros. Si los sumas, dan un numero cercano a eso. Pero el problema es la calidad de estos trabajos, muchos son de corto plazo, bajo ingreso, temporales; pueden paliar la situación momentáneamente en el sentido de que ésta es una emergencia, pero lo que hay que pensar es la necesidad de empleo estable, seguro, mejor remunerado, a largo plazo”.

Pero, agrega, no toda la responsabilidad debe ser el mandatario federal.

"Hay que pensar en la interacción de la Federación y los estados, habría que mirar en qué medida algunas de esas acciones que tomen los gobiernos estatales logran impulsar alguno de los mercados de trabajo local y viceversa. Observar con lupa algunas decisiones de los gobernadores y que pueden incidir en que las tasas de contagio sean más altas, o la reactivación económica logre despegar. No todo es gobierno federal”.

José Luis de la Cruz también estima que el número de empleos que promete el mandatario federal, no alcanzan para salir de esta caída. “Los proyectos que ha planteado como estratégicos, no van a alcanzar para reactivar la economía porque están muy acotados a ciertas regiones del país y ciertos sectores. Un segundo elemento es que usan muchos insumos importados, por la maquinaria y equipo. El uso de contenido nacional tendría que elevarse para generar mayores efectos positivos. No hay manera de que el gobierno deuda solo porque su inversión equivale al 2 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) y la inversión total que se hace en México es del 21 por ciento del PIB, así que necesitará del sector privado”.

(djh)