En 2024, el déficit comercial de México alcanzó los 8,212 millones de dólares, un incremento del 50% respecto al año anterior. Este aumento se atribuye a un alza en las importaciones no petroleras y una disminución en las exportaciones de petróleo crudo.
A pesar de este panorama, diciembre cerró con un superávit de 2,567 millones de dólares, aunque por debajo de las expectativas de Banamex, que proyectaba 3,500 millones de dólares.
En el reporte diario que emite el banco se destaca una desaceleración en el comercio exterior hacia finales de año que recién terminó, con un estancamiento en las manufacturas de Estados Unidos que limitó el dinamismo de las exportaciones.
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Para 2025, se anticipa una reducción del déficit comercial a 1,000 millones de dólares, impulsada por la depreciación del peso y una recuperación gradual en las manufacturas estadounidenses.
Sector de la construcción en declive
La industria de la construcción sigue mostrando signos negativos, con una caída mensual del 2.9% en noviembre y un descenso anual del 24.0% sin ajustes estacionales. Esta contracción se refleja en la pérdida de empleo (-3.0%) y una reducción en las remuneraciones reales (-1.8%).
El informe señala que la finalización de megaproyectos como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas impactó la producción en estados como Quintana Roo, Tabasco y Campeche.
Por el contrario, de acuerdo con el reporte de Banamex, regiones como Zacatecas, Baja California Sur y Durango han mostrado crecimiento en este sector.
La volatilidad en los mercados financieros marcó el cierre del año, influenciada por las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump y el auge de la IA.
Las empresas tecnológicas en Estados Unidos registraron caídas significativas, lo que impactó negativamente en índices como el Nasdaq y el S&P 500. Además, el peso mexicano sufrió una depreciación del 2.0%, ubicándose en 20.69 pesos por dólar.
Para 2025, Banamex proyecta un crecimiento del PIB de solo 0.2%, acompañado de una depreciación adicional del peso, que podría alcanzar los 21.2 pesos por dólar.
Aunque se anticipa una moderación en la tasa de política monetaria, esta se mantendría en niveles elevados para controlar la inflación.