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Vestimenta con fe y devoción en el Día de la Candelaria

Despostilladas, descoloridas o rotas, llegan las piezas del Niño Dios al mercado de San Bartolo en Naucalpan que miden desde 5 y hasta los 50 centímetros

Escrito en METRÓPOLI el

NAUCALPAN, Estado de México (La Silla Rota).- Orgullosas y con respeto, como cargando a un bebé de carne y hueso, cientos de personas acuden este 1 y 2 de febrero al mercado de San Bartolo -el más grande de Naucalpan- para alistar a sus niños Dios de cara a la tradicional celebración del Día de la Candelaria, que se festeja este viernes.

Despostilladas, descoloridas, rotos, sin pestañas o sin un pie o una manita, llegan las piezas del Niño Dios que miden desde 5 y hasta los 50 centímetros. Para todos hay cura y atavíos, desde los típcos hasta los originales o “de moda”.

Es el agradecimiento, la fe y devoción que tienen las personas hacia sus niños, lo que las trae año con año al mercado desde hace 49 años para preparar a sus sagradas piezas.

“Festejamos la presentación del Niño Jesús. Mi devoción es sentirme acompañada de él siempre, por la fe que tenemos sí nos hace milagros pensando siempre positivamente. Lo más valioso para mí es su compañía en todo momento, es algo que me llena totalmente”, compartió la señora Edith Ramírez, quien tiene 20 años con su Niño Dios y en esta ocasión lo vestirá de Divino Niño Jesús.

Entre los pasillos del mercado solo cuatro locales están dispuestos para lo relativo al festejo del Día de la Candelaria; solo en dos de ellos hacen trabajos de restauración pero todos ofrecen muchas y variadas opciones para los devotos.

“Estaba raspado, le faltaban deditos, aquí lo arreglaron y quedó muy bien. La tradición la vivimos como todos, se arrulla el 24 de diciembre, se presentan vestidos, es Día de la Candelaria, se llevan a bendecir ya vestidos, oyen misa y les dan la bendición. Y la tradición es hacer tamales”, dijo don Marco Antonio Mendoza, cuyo niño Dios mide 20 centímetros.

“Es una tradición familiar, vamos a misa mi esposa, mis hijos, cada quien tiene a sus niños Dios, a los niños chiquitos se les va enseñando qué es y de qué trata”, indicó.

Para repararlos, los artesanos forman la parte faltante con yeso, la lijan y la pintan. Cada paso lo hace una persona diferente.

Los precios de la restauración varían del tamaño y del daño, pero en promedio lo que se le cobra a una persona son 140 pesos por la restauración básica.

Según la tradición, este 2 de febrero es cuando finaliza el periodo navideño y han pasado 40 días después del nacimiento del Niño Dios. De acuerdo con el calendario católico y con Biblia, en esta fecha se presenta al Niño Jesús ante el Templo de Jerusalén y se purifica a María.

La celebración es conocida como “La Presentación del Señor”, “La Fiesta de Las Candelas” o “La Fiesta de La Luz”, siendo Cristo la luz del mundo que ilumina como vela o candela y quien fue presentado por su madre ante el templo;  de ahí el nombre de la Candelaria.

Para el festejado, se ofrecen vestimentas completas de bebé, ropones, trajes del Sagrado Corazón de Jesús, de los arcángeles como San Miguel y San Gabriel, de San Judas Tadeo, del Santo Niño de Atocha, de la Sagrada Familia, así como de santos y virtudes como el niño de la salud, la abundancia, la prosperidad, el trabajo, entre otros.

Según la tradición, el primer año se le debe vestir de bebé, y los siguientes del atuendo que escoja el poseedor.

Además de ello se ofrecen canastas adornadas, nichos, cirios.

El costo de la vestimenta de los niños varía también y depende del tamaño, y tipo de traje:  van desde los 90 pesos (el traje de bebé o mameluco y mamila), hasta los 480 pesos un ropón o traje de algún santo.

fmma