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Desmantelar el Seguro Popular sería catastrófico: Julio Frenk

El creador del Seguro popular afirma que es preciso combatir la corrupción y avanzar hacia el Seguro Universal

Escrito en ESPECIALES LSR el

Desaparecer el Seguro Popular como lo ha propuesto el presidente Andrés Manuel López Obrador y destinar los recursos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos para otros fines sería “una catástrofe” para miles de personas que reciben tratamiento para enfermedades complejas y costosas, afirmó Julio Frenk Mora, ex secretario de Salud.

Alertó que lo que se conoce hasta el momento del plan de salud de la actual administración se parece al modelo de monopolio público que existe en Venezuela, Corea del Norte y Cuba, más que al de los países escandinavos, que es el que quiere el presidente López Obrador.

El creador del Seguro Popular recomendó “no echar a perder lo que ya funciona” y avanzar hacia un Seguro Universal, en el que la prestación de los servicios de salud sea múltiple y las personas tengan la opción de elegir el hospital que prefieran, sin importar que sea del IMSS o del ISSSTE.

Resaltó que el mayor reto en el sistema de salud “es no echar a perder lo que ya funciona”, por eso enfatizó que no es necesario cambiar todo lo que existe con el fin de combatir la corrupción, sólo se deben hacer algunos ajustes.

Si yo tengo una empresa y me entero de que el contador me está robando el dinero, no cierro la empresa, despido al contador, lo meto a la cárcel. La solución no es terminar con el Seguro Popular, es acabar con la corrupción”, aseguró quien fuera secretario de Salud durante el sexenio de Vicente Fox.

El actual presidente de la Universidad de Miami destacó que hay otros tres retos importantes: contar con el presupuesto necesario, brindar servicios que tengan alta calidad y acabar con la segregación, para que todos tengan acceso a las prestaciones.

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P:¿Cuál es su opinión sobre el plan de salud que está proponiendo el gobierno actual?

R: En realidad no se ha propuesto todavía el plan oficial de salud, porque de hecho lo que hay en México es una ley de planeación para el desarrollo que le da seis meses a cada gobierno para que presente el Plan Nacional de Desarrollo de esa administración.

Después de eso se presentan los programas sectoriales, incluyendo el Programa Nacional de Salud, entonces estamos todavía dentro de ese lapso para presentar ese documento de manera oficial. Se han hecho varios anuncios, particularmente en la conferencia del Presidente del 14 de diciembre, en la que anunció algunas acciones  como la recentralización de los servicios de salud y, sobre todo, hemos oído que está esa idea de cancelar o desmantelar el Seguro Popular.

P: Pero el 14 de diciembre lo presentaron como el Plan de Salud...

R: A lo mejor se usó ese término, pero no es el documento que se llama Programa Nacional de Salud, que se presenta después de que pasa el periodo de seis meses para el plan global.

Cuando a mí me tocó ser secretario, nosotros fuimos el primer programa sectorial, en julio de 2001, o sea apenas habían empezado los seis meses, porque ya lo teníamos listo. Hay mucho en lo que la administración ha avanzado, pero lo que quiero decir es que no es el plan completo todavía, hay muchos detalles que faltan.

P: La argumentación que están planteando respecto al Seguro Popular es sobre el tema de la corrupción y todo parece indicar que hubo  malos manejos de los recursos, particularmente de los gobiernos de los estados, ¿eso justificaría la recentralización de la administración de los recursos?

R: No, aquí el problema es la corrupción, el problema no es la recentralización ni mucho menos el Seguro Popular. Un efecto, creo que muy positivo del Seguro Popular fue que con la legislación que se aprobó en 2003 se puso en la ley la obligación fiscal del Estado Mexicano por cada persona que se va afiliando al Seguro Popular.

Porque es un esquema financiero, algo que se confunde mucho, que la gente muchas veces piensa que es el programa para prestar los servicios y no, es un mecanismo que financia.

Eso es una línea de justicia, porque lo que teníamos antes de esta legislación es que había una ley del IMSS y una del ISSSTE donde sí estaba estipulada la obligación del Estado por cada persona afiliada.

Conforme fue creciendo la afiliación, hasta superar los más de 57 millones de personas, obviamente la cantidad de dinero creció. El Seguro Popular lo que ha logrado son los mayores incrementos en presupuesto. Ahora, la gran mayoría de esos recursos se han aplicado bien, pero cuando hay más dinero evidentemente se vuelve blanco de la corrupción.

El problema no es el Seguro Popular, es la corrupción. Si yo tengo una empresa y me entero de que el contador me está robando el dinero, no cierro la empresa, despido al contador, lo meto a la cárcel. Entonces, la solución no es terminar con el mecanismo que ha logrado los mayores presupuestos en la historia para salud, la solución es acabar con la corrupción.

La corrupción no es un problema aislado, es un problema que ha afectado todas las áreas del gobierno donde hay dinero. Antes no había dinero en salud, entonces no había corrupción, si ahora hay dinero y aparece la corrupción. La solución no es quitarle el dinero a la salud, es terminar con la corrupción.

P: Funcionarios Seguro Popular del actual gobierno han dicho que los recursos que se canalizan a institutos especializados no se van a afectar, que lo único que están haciendo es una reestructura. ¿En este inter  habría ciertos riesgos?

R: Ojalá así sea, pero lo que se dijo el 14 de diciembre fue algo diferente. Hay mucha confusión, el Seguro Popular fue un diseño muy innovador, ha sido muy elogiado mundialmente porque tuvo algunas innovaciones en la forma de financiar la salud.

La forma tradicional era simplemente el presupuesto del año pasado y si había incrementos era porque más bien era a la discreción del Congreso, era producto de una pugna política.

En vez de eso se creó un esquema muy racional que ha aumentado los recursos. Un aspecto muy importante es que se crearon tres fondos separados, uno es el Fondo de Aportaciones para el Seguro de Salud de la Persona, eso es la atención médica que vemos de primer y segundo nivel, la que es obligatoria.

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Se creó un segundo, que es el Fondo de Aportaciones para Servicios de Salud a la Comunidad; el Programa de Atención Médica y Medicamentos Gratuitos que busca implementar el actual gobierno es muy bueno, muy valioso, pero ojo, la Secretaría de Salud no sólo da medicinas a la gente enferma, también se encarga de toda la salud pública y esas son acciones que se dan a nivel comunitario, por ejemplo, para tener el agua limpia, para que el aire esté limpio, para garantizar que los alimentos no estén contaminados y no enfermen a la gente, todo el servicio de vigilancia epidemiológica que nos permite protegernos.

Todo eso que es la salud pública no queda cubierto bajo el nombre que está usando ahora el gobierno de Atención Médica y Medicamentos Gratuitos, eso es una parte muy importante, pero no es todo.

Se creó un tercer fondo que se llama el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, y ese es un fideicomiso, un fondo de reserva que se calculó con estudios actuariales para que hubiera una reserva que permitiera cubrir los costos de las enfermedades muy costosas, las que producen gastos catastróficos.

Ese fondo, conforme ha crecido el dinero del Seguro Popular, ha ido creciendo y ahora es un fondo que financia la atención de todos los niños con cáncer, de todas las mujeres con cáncer de mama y cervicouterino, de los cuidados intensivos neonatales, de los problemas de infartos y otros,  una serie de servicios de altísimo costo y complejidad.

Los seguros tienen fondos de reserva actuariales, se ha dicho y se ha repetido que ni es seguro ni es popular, eso no es cierto, sí es un seguro y parte de lo que lo hace un seguro es ese fondo de reserva. Sí es popular porque el 80% de la gente en el decil más pobre está en el Seguro Popular.

En esa conferencia se habló de ese fondo como si fuera un dinero discrecional que se iba a usar para alzar los sueldos de los médicos y eso sería ilegal porque hay que cambiar la ley y eso va a ser una catástrofe para las miles de personas que estaban recibiendo atención para esas causas muy complejas, y va a ser una catástrofe para los hospitales de alta especialidad.

Si se está diciendo que ese fondo para gastos catastróficos no va a desaparecer, entonces eso es una buena  corrección, es distinto a lo que se dijo en diciembre, pero es un paso muy bueno en la dirección correcta.

P: Dijeron que los institutos van a seguir recibiendo los recursos que tenían

R: Ahí hay que distinguir que  la innovación del Seguro Popular es que cambió la lógica presupuestal y sería verdaderamente un retroceso enorme regresar a la implementación de los presupuestos de antes, porque ya sabemos que son bajísimos. La forma como se hacían antes, que es a lo que algunas personas quieren regresar, es que no había ninguna obligación legal.

A lo largo de 15 años hemos tenido los mayores incrementos, descontrolar eso, para la Secretaría de Salud sería un acto de suicidio presupuestal, porque perderían el mecanismo que les ha garantizado esos presupuestos e incrementos, que siguen siendo insuficientes, por cierto.

Seguimos estando abajo del promedio latinoamericano, avanzamos mucho por el Seguro Popular, el gobierno dijo que quiere aumentar 1% del Producto Interno Bruto para el gasto de salud, que es mucho dinero. Eso no se va a lograr con los mecanismos de presupuestación que tuvimos en el pasado.

Lo que podrían hacer es cambiarle el nombre, eso está bien, cada administración tiene el derecho de darle su sello, sobre todo combatir la corrupción, ni un peso debe de ser desviado. La solución no es quitarle el dinero a salud, la solución es que no se roben el dinero.

Nosotros en un artículo de Nexos que se publicó en marzo de 2018 hicimos toda una propuesta del siguiente paso, que es diseñar una estrategia hacia lo que llamamos un Seguro Universal de Salud y se tiene que llevar mejor con el financiamiento del IMSS y del ISSSTE.

Lo que se está proponiendo es diferente, es darle no el financiamiento, sino la prestación de los hospitales, las clínicas, que están  ahora descentralizados, recentralizarlos en un programa como el IMSS BIENESTAR, que lo único que cubre es servicios de salud de primer nivel, entonces ¿qué va a pasar con los servicios de especialidad?

Nosotros lo que estamos planteando es unificar los distintos seguros, el seguro médico del IMSS, el del ISSSTE y del Seguro Popular en un Seguro Universal y dejar que cada quien siga administrando sus clínicas, pero darle a la Secretaría de Salud toda la autoridad para acreditar los hospitales y clínicas de todos, del sector público y privado.

Entonces permitirle a la gente que vaya a cualquier hospital o clínica, sea del IMSS, del ISSSTE, sea de los servicios estatales de salud o del gobierno federal. Eso se acerca más a lo que dijo el Presidente que quiere, un modelo como el que hay en los países escandinavos.

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En cambio lo que estoy leyendo es más bien el tipo de modelo de monopolio público, en donde hay un solo prestador, que también es el financiador, donde hay toda la discreción del gobierno para ver cuánto dinero le da a la salud y ese es el modelo que hoy vemos en muy pocos países como Cuba y Venezuela, y los dos son muy malos.

Si realmente queremos un sistema como el que hay en los países escandinavos, hay que darle al usuario la libertad de elegir si van a las clínicas del IMSS, del ISSSTE, de los servicios estatales de salud o de algunos organismos de la sociedad civil sin  ánimos de lucro.

Cuál es la clave, que todos están acreditados y el ciudadano puede elegir y saber que va a encontrar la calidad que quiere. Ese dinero financia la atención y los ciudadanos tienen la libertad de usar cualquier instalación pública.

Lo que vemos es muy diferente, es más como lo que hay en Corea del Norte y en Venezuela.

P:¿El riesgo se eleva ante el aumento de la demanda de pacientes? Porque se han elevado los casos de diversas enfermedades, pero la oferta de servicios no ha tenido el crecimiento que se requiere.

R: Absolutamente. La demanda está relacionada con el crecimiento de la población, porque está aumentado la población adulta que es la que tiene estas enfermedades que son más costosas de tratar y de curar, como el cáncer, la diabetes, los problemas del corazón y los de salud mental, que están creciendo simplemente por el envejecimiento de la gente.

Hay un rezago enorme en inversión y lo que hay que hacer es ver lo que el Estado tiene que invertir, que fue lo que hizo el Seguro Popular. Por eso lo que digo es vemos a llevarlo al siguiente paso, pero para adelante, no para atrás, al regresar a la forma en que se realizaban los presupuestos antes.

P:¿Considera que centralizar la licitación de medicamentos es la opción para combatir la corrupción en este tipo de procesos de compra?

R: Ahí sí estoy de acuerdo con las compras consolidadas y coordinadas, creo que esa sí es una muy buena idea, se les ha encontrado la forma. Es parte del combate sin cuartel contra la corrupción y mientras más se consolidan las compras, se pueden mantener mejores precios.

El riesgo con la concentración es que se concentre también la corrupción, pero en principio estoy de acuerdo con que se consoliden las compras del sector salud.

P:Ahora lo que se está diciendo es que los estados tendrán que informar al Sistema de Planeación de Medicamentos lo que necesitan y éste, a través de Hacienda sería el encargado de hacer las compras

R: Ahí lo único por lo que tienen que preocuparse es que la logística para la distribución sea eficiente y que haya una buena administración, porque el problema no es comprar los medicamentos, sino que lleguen a tiempo a donde se necesitan.

La compre per se es una buena idea, pero centralizar toda la cadena de abastecimiento tiene un enorme riesgo, es un país muy grande y muy complejo, pero eso es un tema administrativo y se puede resolver.

P:¿Cuál considera que es el mayor reto para el sistema de salud actualmente?

R: Hay varios retos. El sistema ha avanzado mucho, esta idea de que han habido políticas neoliberales en materia de salud es un concepto muy equivocado.

Han habido acciones como cambiar la ley para reconocer a la protección de la salud como un derecho, esa no es una política neoliberal, es  progresista. El Seguro Popular es un programa muy progresista, no es neoliberal, redistribuye ingresos a favor de la gente más pobre.

El mayor reto de hoy en día es no echar a perder lo que ya funciona. Es muy tentador hacer generalizaciones, poner un letrero y decir todo esto era neoliberal, no servía y todo se va a la basura, pero en eso se pueden eliminar cosas muy valiosas que luego cuesta mucho trabajo reconstruir.

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El primer reto es no retroceder y no echar a perder las cosas que funcionan bien, no todo está mal, no todo está bien. Decir que todo está mal es una ofensa, no para los ex funcionarios, porque no somos nosotros los que hicimos el sistema de salud, es una ofensa para los miles de médicos y enfermeras que han dedicado sus vidas a estos logros importantes que debemos de celebrar.

El segundo reto es financiero, a pesar de lo que se avanzó en el Seguro Popular, todavía está subfinanciado el sistema de salud. Necesitamos tener una fórmula para lograr ese punto porcentual adicional del PIB. Se puede aprender de lo que se logró con el Seguro Popular, pero hay que dar un segundo paso, no desmantelarlo sin tener ninguna alternativa. Crear un Seguro Universal que esté bien legislado, la obligación del Estado es legislar.

El tercer reto es en la prestación, la calidad es muy heterogénea, no es que sea toda mala, hay lugares con calidad de clase mundial y otros de muy baja. Necesitamos que la calidad sea homogéneamente alta.

El cuarto reto es terminar con la segregación, con la segmentación. Necesitamos tener un sistema que realmente sea parecido al de los países escandinavos, no podemos tener un sistema donde hay clínicas y hospitales públicos, como los del ISSSTE y del IMSS, donde no pueden entrar algunos ciudadanos.

Yo lo llamaría un sistema de apartheid médico, donde la gente no puede ir a ciertos lugares no por una cuestión racial, como el apartheid en Sudáfrica, pero sí por una cuestión ocupacional.

Tenemos que quitar los criterios ocupacionales que es con lo que se segregan. Ahorita tenemos un modelo en el que la gente que tiene un sistema salarial tiene un sistema y los no asalariados tienen  otro, que es el Seguro Popular y los estatales. Eso hay que integrarlo para que la gente tenga la libertad de ir a cualquier establecimiento público que esté acreditado.

Esos creo que son los principales retos, ojala este gobierno que  tiene una agenda tan intensa de transformación viera en eso un cambio. Regresar a la presupuestación que se hace burocráticamente y a la centralización, donde todo se decide en la Ciudad de México y los estados no tienen forma de ejercer su soberanía estatal en materia de salud, sería un retroceso.

P:Si desaparece el Seguro Popular, ¿ve riesgo de que aumente la segregación o de que se queden sin atención las más de 50 millones de personas afiliadas?

R: Sí hay ese riesgo.  El menor riesgo, es que se termine fusionando todo y creando un solo ente prestador de servicios, un monopolio, que es un modelo como el que hay en Corea del Norte, en Cuba y en Venezuela, los cuales son muy malos.  

No es el modelo que ha dicho que quiere el presidente López Obrador. Él ha dicho que quiere un modelo como el de los países escandinavos, en los que no hay un monopolio, hay un solo fondo, pero hay múltiples prestadores.

En Inglaterra, por ejemplo, tienen un sistema de financiamiento público, la gente casi no paga de su bolsillo. Los médicos generales no son empleados del sector salud, tienen su consultorio, son privados, pero están altamente regulados por el Estado y éste les paga por cada persona que se inscribe para recibir atención con ellos.

En Canadá, los hospitales no son propiedad del gobierno, son organismos no lucrativos, pero con personalidad propia, que reciben financiamiento del gobierno.

Lo que vemos en los países más exitosos es un modelo donde se separa el financiamiento de la prestación. El financiamiento se va  un fondo, que finalmente es público, que es un pagador único. En la prestación y servicios, o sea las clínicas y los hospitales, puede haber muchos prestadores.

Lo que se necesita tener son dos cosas, que todos esos hospitales estén acreditados por la Secretaría de Salud y que los ciudadanos tengan libertad. Si lo atienden mejor en la clínica A que en la B, el ciudadano puede ir a la A y ésta recibirá más dinero.

No es neoliberal, es un esquema público de darle elección a la gente, como lo que hay en los países escandinavos y es lo que no hay en los modelos de Cuba y Venezuela. El gobierno tiene que definir qué es lo que quiere, hay posibilidad de llegar a un consenso, pero se tiene que aclarar cuál es el modelo del que estamos hablando.