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Saúl “Canelo” Álvarez y sus puños de 55 millones

A uno días de su combate con el kazajo Gennady “GGG” Golovkin, el mexicano habló sobre el por qué es el deportista mexicano mejor pagado

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A las 5:30 de la madrugada en punto, Saúl Álvarez sale de su casa para comenzar otro día en el trabajo. La rutina para esa mañana incluye una carrera de una hora por las calles de Rancho Santa Fe, una de las zonas residenciales más exclusivas de California (Bill Gates tiene una casa de verano aquí).

Ver a Álvarez en movimiento resulta toda una experiencia. Recorre el primer kilómetro trotando y después alcanza un ritmo de plena carrera, que no baja durante todo el trayecto. No usa audífonos; dice que no quiere distracciones, que quiere estar presente en el momento, pero corre con la mirada clavada en el horizonte, pensando en el futuro, que en este caso tiene fecha: 16 de septiembre, cuando enfrentará al kazajo Gennady Golovkin (GGG) por el título mundial de peso medio.

Una semana antes, el 18 de julio, “Canelo”, como es mejor conocido dentro y fuera del ring, celebró su cumpleaños número 27, y lo hizo trabajando; no hubo una gran celebración, pero, para conmemorarlo, se regaló unos cuantos kilómetros más en su carrera matutina y compartió en Instagram, su red social favorita, un video de sí mismo saltando la cuerda. Ya habrá tiempo para celebraciones.

Álvarez concedió la entrevista en su casa de Rancho Santa Fe, donde pudimos seguirlo a lo largo de un día de entrenamiento. En esta exclusiva zona residencial, ubicada a unos 30 minutos al norte de San Diego, “Canelo” se concentra tres meses antes de cada encuentro, en una casa que cuenta con todas las comodidades que él y su equipo (que no supera la media docena) necesitan para prepararse de cara a la pelea.

La casa del “Canelo” es amplia y acogedora, decorada con un estilo californiano, y cuenta con varias construcciones, un amplio jardín con alberca, y el único rastro de autoindulgencia que se puede ver: la camioneta Mercedes-Benz AMG G63 estacionada a sus puertas, flanqueada por dos Cadillac Escalade.

Lo que sí resulta evidente es el hermetismo con el que se mueve el equipo compacto, el que lo ha acompañado durante toda su carrera.

“La lealtad es fundamental en este deporte”, dice Álvarez con su tono de voz impasible. En persona, el peleador jalisciense es sumamente reservado, casi hosco, con quienes no forman parte de su círculo de incondicionales.

Hace bien; su ascenso al estrellato se ha dado de forma vertiginosa. Él es una de las figuras más populares en el mundo del boxeo, generando millones de dólares en venta de boletos, patrocinios, apuestas y Pago por Evento (PPV, por sus siglas en inglés). Tan sólo el encuentro contra Golovkin, a celebrarse el 16 de septiembre, en Las Vegas, generará más de 100 millones, de los que “Canelo” Álvarez, mínimo, se llevará 35.

A sus 27 años, el campeón se ha colocado entre las figuras más relevantes del boxeo mundial. De acuerdo con los cálculos de Forbes México, este año es el atleta mexicano con mayores ingresos y, para 2018, podría meterse entre los primeros 10 en la lista global de los deportistas mejor pagados de Forbes, junto con nombres como Lewis Hamilton, Stephen Curry o Cristiano Ronaldo. Nada de ello es casualidad.

Hay quienes critican su estatus actual y señalan que sus contrincantes han sido elegidos a modo, que fueron trámites para llevarlo hasta donde está. “Todas esas cosas que se dicen vienen con el éxito”, dice “Canelo”, de quien es difícil obtener una expresión que revele claramente alguna emoción.

Y, a pesar de lo que digan sus detractores, Álvarez acumula logros. Además de su medalla de oro en olimpiadas nacionales y sus victorias arriba del ring, es el deportista mejor pagado de México.

Me siento muy contento. Cuando era chico, lo dije: ‘Quiero ser el mejor’, y hoy lo soy. Pero eso llegó gracias al trabajo y la disciplina”. Dice, al ser cuestionado por su aparición en el listado de Forbes. No hay sorpresa en su respuesta porque él ya lo esperaba, tal como espera aparecer en el top 10 del listado global en 2018.

Es cierto: Álvarez ha acumulado una fortuna con la que el grueso de la población sólo puede soñar, especialmente a los 27 años; pero el campeón es claro al hablar sobre el tema: “No lo hice por el dinero. Éste llegó solo; viene de la mano, y es algo de lo que buscas, ese patrimonio para tus hijos y para ti, para vivir bien. Nadie me asesora; yo lo hago solo. Mi papá me enseñó el valor del ahorro. Gasto en lo que tengo que gastar. No escatimo en mis viajes o ropa porque al final te vas sin nada. Me gusta lo bueno; aprendí con el paso del tiempo, porque yo nací sin nada”.

Orden y disciplina como lema

“Disciplina y orden”, fue la respuesta más común cuando Forbes México preguntó a personas cercanas a él, especialistas, promotores y consultores de imagen sobre el éxito de “Canelo”. ¿De verdad eso basta para ser lo que actualmente es? Sí.

Saúl Álvarez nunca llega tarde a una cita. Incluso está dos o tres minutos antes de la hora pactada para iniciar lo que se tenía planeado. Le molesta tener que esperar.

“Canelo” es una máquina de hacer dólares que se construyó con el orden. “Es la estrella del boxeo en este momento”, dice Óscar de la Hoya, dueño de Golden Boy Promotions (GBP), la empresa que lleva (al menos hasta el año 2020) la carrera del boxeador mexicano. ¿Cuánto ha producido? Hablamos de, al menos, unos 400 millones de dólares (mdd) en los últimos cuatro años, y vendido casi 7 millones de PPV, si consideramos la expectativa que hay para su pelea de septiembre. Nadie en el mundo tiene esos números en la era moderna.

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“En todas las promociones de peleas existe el factor A y el factor B; en este caso, “Canelo” es parte A de cualquier negociación, es prioridad”, dice Óscar de la Hoya, cuando se refiere a su boxeador estrella y quien más dinero le generará, al menos en esta década.

Sobre las cualidades de Álvarez, De la Hoya expresa: “Obviamente, el poder es muy importante; la agresividad arriba del cuadrilátero. A él le gusta noquear… y eso les fascina a los fans”.

El “Golden Boy” añade que, casi igual de relevante, es el carisma y atractivo del “Canelo” entre varios públicos, “especialmente, las mujeres; eso es muy importante porque hoy no sólo tienes al público masculino, sino también al femenino, a las que les encanta un peleador que sea ‘carita’, como se dice”.

Los especialistas del boxeo aseguran que, tras los últimos días de la carrera de Manny Pacquiao y el retiro de Floyd Mayweather Jr. (que regresó para pelear en un combate contra una estrella de la UFC, Conor McGregor), no le quedó otra figura a la industria más que el “Canelo”.

“No es un inmortal del boxeo, pero sí es un gran peleador y la gente lo sigue masivamente. Su calidad todavía no alcanza para estar entre los mejores boxeadores mexicanos de la historia, pero su popularidad es impresionante… ¿Por qué? Es un poco inexplicable; lo único cierto es que hoy sube al ring y podemos estar seguros de que una pelea suya puede vender más de 1 millón de PPV y superar los 70 mdd”, dice Eduardo Lamazón, quien fuera secretario general del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), un hombre que conoce las entrañas del boxeo y a sus protagonistas.

“Su presencia es fundamental para mantener vivo al boxeo actual”, añade Lamazón. El 16 de septiembre, frente a GGG, “Canelo” dará la pelea más importante de su carrera. “Es un peleador que puede noquear al ‘Canelo’”, analiza Salvador Rodríguez, especialista de ESPN; “es favorito Golovkin… pero el momento es de Saúl”, dice Lamazón.

La única verdad es que será un negocio que supere los 100 mdd y más de 1.5 millones de PPV. Álvarez es una máquina que produce y recibe millones de dólares.

Un destino claro

“Canelo” dice que de niño era “introvertido, vago y peleonero, pero era un niño bueno”. Él recuerda cómo le generaba problemas a su mamá por sus constantes riñas, porque de niño le decían “el cerillo”, “la jícama con chile”, y estaba claro que él no se dejaba y llegaba a los golpes. Y así consiguió el respeto y, más tarde, la fortuna: Saúl, quien ganó su primer salario en los camiones de Juanacatlán vendiendo paletas de hielo, es el boxeador mexicano que más dinero ha generado e ingresado de todos los tiempos.

Su primer contacto con el box lo tuvo a los 13 años, cuando su hermano Rigoberto, que en ese entonces buscaba volverse profesional y entrenaba en Tijuana, fue a su casa en Juanacatlán y llevó un par de guantes. “Me vio aptitudes y me llevó al gimnasio con “Chepo” [José Reynoso García, quien se convertiría en su manager entrenador, y que aún lo es], con campeones mundiales y, por primera vez, sentí la ilusión de ser peleador”, recuerda “Canelo”, cambiando súbitamente la expresión, casi permanentemente inmutable, por una mirada de añoranza.

Saúl resultó ser un natural y, a los 15, apenas dos años después de haber pisado un gimnasio por primera vez, debutó como profesional. “Duré muy poco de amateur. En dos años me quedé sin peleas. Todas las semanas, mi motivación era la pelea del fin de semana, pero nadie quería pelear conmigo porque aprendí muy rápido y mi complexión física era muy fuerte”, recuerda.

El día de su debut, rememora, “me sentía muy ansioso de pelear. Estaba muy emocionado. Recuerdo que ‘Chepo’ dijo que en esas primeras peleas se ve cuando un peleador es cobarde, y yo salí y noqueé en el cuarto round”.

El box se volvió su vida: en ese entonces, llegó a pelear hasta tres veces por mes. Hoy, las cosas no son tan distintas, pero Álvarez ha madurado. Si un día lo retaras a que te diera un golpe con todo su poder, debes saber que recibirías un impacto de media tonelada. Eso dice la tecnología sobre los golpes de este mexicano. Su marca, hasta ahora, es de 49 victorias, un empate y una sola derrota.

Es un muchacho con mucho talento y con una carrera por delante; su trabajo se ve reflejado en los resultados. Su disciplina y ganas de superarse son sorprendentes”. Reflexionó, hace unos meses, “Chepo” Reynoso, días antes de la pelea contra JC Chávez Jr., a quien, dicen los especialistas, no quiso noquear por respeto al padre. Álvarez refuta esa idea: “No lo noqueé, no por respeto a su papá, que es un grande, [sino porque] en el cuarto round me lastimé la mano, se me hinchó el nudillo y me dolía a la hora de pegar. Y así me lo llevé, a izquierdas, y sólo usaba la derecha cuando era necesario”.

Cuestionado sobre la impresión que le dejó Chávez Jr. tras su combate con él, “Canelo” es contundente: “Me decepcionó. Salió con miedo a no ser noqueado. Para que haya una pelea, debe haber dos [contrincantes], y esa noche estaba yo nada más”.

Yo manejo mi imagen, decido cómo y qué vestir, qué hacer o no; trato de cuidarme. Obviamente, dejo que me asesoren, pero la última palabra la tengo yo”. Afirma Álvarez.

 

Tienes que preocuparte por todo, no sólo por entrenar: también por tu imagen, tu patrimonio, por cómo ganas dinero, lo que haces con él, lo que puedes hacer con él. Si eres un peleador que vende boletos, generas expectación, ganas patrocinios y rating en televisión, tienes que recibir una parte mayoritaria de las ganancias, y mínimo es un 80-20. Eso traté de aprenderlo de [Óscar] De la Hoya y de [Floyd] Mayweather, que, creo, son los únicos dos que lo han hecho bien”. Afirma.

Álvarez es un sujeto reservado. A pesar de haber abandonado la escuela muy joven para enfocarse en su carrera, tiene una gran inteligencia y un talento natural para los negocios.

Cuando tenía 20 años, empecé Canelo Promotions, para no ser un peleador más, sino asociarme y promover mis peleas. Llegué a tener campeones mundiales, pero era algo que en este momento me generaba muchas distracciones y nos quedamos sólo con nosotros. Yo soy mi negocio más importante en este momento”.

Para el futuro, Álvarez dice que se vislumbra alejado del cuadrilátero: “No me gusta ver box, no me gustaría entrenar a nadie; prefiero ser yo quien esté arriba del ring, así que no me veo como promotor ni como entrenador”, asegura, y agrega que le gustaría entrar de lleno al desarrollo inmobiliario, una industria en la que ya ha incursionado y que “es algo que no me quita tiempo ni me distrae”.

Según un informe de Business Insider, entre Estados Unidos y México, hay al menos unos 150 millones de aficionados al boxeo. “Es impresionante cómo la gente méxico-estadounidense sigue al “Canelo”. Aquí se le respeta, pero allá se le idolatra”, comenta Rodríguez, de ESPN.

El campeón ha vendido (sin contar lo que generará ante GGG) 5.9 millones de PPV, una cifra que se incrementaría a 7.1 millones en la pelea del 16 de septiembre. Eso significa que a los promotores les habrá dejado, en sus últimos 10 combates, más de 400 mdd, de acuerdo con datos proporcionados a Forbes México por promotores y cifras de Golden Boy Promotions.

Óscar de la Hoya sabe del potencial de Álvarez: “Para el boxeo es muy importante que haya un campeón mexicano como Álvarez, porque la mayoría de los compradores de los encuentros de boxeo por televisión son mexicanos, méxico-americanos o latinos. Creo que el 80% de los hogares que compran un PPV es mexicano”.

La crisis del box no nos está afectando en Estados Unidos tanto como en otras partes del mundo, y un gran ejemplo fue la pelea “Canelo”-Chávez Jr.; nadie se imaginó que pudiera generar tantos millones de dólares. Se vendieron casi 1 millón de PPV y la arena estaba llena. La economía del boxeo está bastante bien en Estados Unidos”, Dice el promotor, y pronostica que el combate del 16 de septiembre podría vender hasta 2.5 millones de PPV.

Una industria llena de intereses

“Hoy en día, a la industria le conviene que gane el 16 de septiembre el “Canelo”, por todo lo que representa. Golovkin no vende”, dice Lamazón. “El boxeo está pidiendo a gritos ídolos, y Saúl lo es”.

No obstante, Álvarez está distanciado del organismo, a tal nivel, que rechazó el cinturón huichol que el CMB mandó elaborar para la batalla contra Chávez Jr.

Yo era el campeón. Le gané el cinturón a Cotto, que lo traía después de ganárselo a Golovkin. Estábamos en Miami, solucionando una demanda que teníamos allá, y el CMB empezó a poner límites de tiempo y a amenazar, a presionar; dijeron que tenía 15 días para pelar o se iría a subasta y reduciría mis porcentajes. Yo estaba en otras cosas y les devolví el título. Les dije: ‘Si así va a ser, aquí está su título’, ningún organismo puede venir a decirme qué tengo que hacer ni presionarme”.

Ese mismo título fue el que le dieron a Golovkin sin pelear con el número 2, sin sudar una sola gota. ¿Qué respeto le puedes tener a ese organismo?”. Cuestiona.

Comprender qué se peleará arriba del ring el 16 de septiembre resulta algo confuso. “Canelo” es el campeón mundial en peso medio de The Ring Magazine (propiedad de Golden Boy Promotions), mientras que Golovkin tiene los títulos de la AMB, IBF e IBO (este último, sin reconocimiento mundial) y, aún más importante, el del CMB, que le fue entregado por ese mismo organismo por default, tras la negativa de Álvarez para pelear bajo sus condiciones.

GGG ha dicho que disputará todos sus títulos, mientras que el “Canelo” fue contundente al señalar que “no voy a pelear ese cinturón [de la CMB]; voy por los otros, pero no por ése”.

Independientemente de quién resulte ganador, a cualquiera de los dos peleadores les faltaría el cinturón del OMB, actualmente en manos del inglés Billy Joe Saunders, para ser campeón del mundo unificado en el peso medio.

¿Qué ocurrirá arriba del ring? Saúl se muestra cauto: “Me estoy preparando muy fuerte y sé lo que tengo que hacer, pero el estilo de ambos hace que sea muy probable el nocaut”. Su entrenador, “Chepo”, comparte la misma opinión.

De la Hoya es más audaz y predice, sin dudarlo: “Nocaut en el décimo”, y añade que “el 16 de septiembre se va a reconocer el boxeo verdadero, que es cuando tienes a dos boxeadores en la cima de su carrera. “Canelo” tiene una derrota y Golovkin está invicto, pero son los mejores boxeadores en el peso medio. Será una gran noche”.

Para Saúl, esta pelea será un paso más hacia su meta de consolidar un legado irreprochable en el mundo del box: “Quiero que se me recuerde como un deportista limpio, disciplinado; uno de los mejores dentro y fuera del cuadrilátero”.

Con información de FORBES

jla