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LaVolpe, cerca de tener orden de aprehensión por acoso sexual en 2014

Se reabre el caso de acusaciones de acoso sexual que hiciera podóloga del club Chivas en contra de LaVolpe, hechos del 17 de abril de 2014

Escrito en DEPORTES el

Seis años han transcurrido desde que Belém denunció por hostigamiento sexual y atentado contra el pudor a Ricardo Antonio La Volpe, técnico de la selección mexicana en el Mundial de Alemania 2006 y, en ese entonces, entrenador de las Chivas. En ese lapso se enfrentó al daño moral, por el escarnio público en su contra derivado de la figura mediática que es el apodado "El Bigotón" La Volpe, el daño psicológico y la omisión de jueces, que no juzgaron con perspectiva de género y, como la defensa del argentino, desestimaron su testimonio.  

Sin embargo, la puerta que se entreabrió el 11 de noviembre de 2019, cuando se resolvió un amparo a su favor que determinó que no se le juzgó con perspectiva de género, se abrió un poco más en julio pasado porque el Tribunal Magistrado le dio nuevamente la razón y se debe reabrir su proceso, porque considera que hay indicios de que también extimonel de equipos como Toluca y Atlas en la liga mexicana ejecutó actos erótico-sexuales sin su consentimiento, al rozarle la mano derecha con su pene, “siendo un fin lascivo de hostigamiento sexual”, para la cual se valió de su posición jerárquica, él siendo el responsable del primer equipo, lo que derivaba en “una relación laboral que implicó subordinación de la víctima”.  

La defensa de La Volpe sostiene que las pruebas en la causa penal fueron indebidamente analizadas y valoradas por la Juez de Distrito, porque, asegura, son insuficientes para acreditar los delitos de atentados al pudor y de hostigamiento sexual.  

Su argumento es que el dicho de Belén, quien fungía como podóloga –ya restituida en su cargo– “es aislado y no está corroborado con ningún medio de prueba”; sin embargo, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, de Zapopan, Jalisco, con una ponencia a cargo del Erick Bustamante Espinoza, refuta que la declaración fue confirmada con los dictámenes psicológicos que acreditan la afectación emocional y significativa a la víctima, así como el daño moral que tuvo tras la agresión sexual.  

Además, Belén fue sometida al polígrafo, y las pruebas concluyeron que se había conducido con la verdad.  

Los hechos

En su declaración ante el Ministerio Público, la víctima relató que el 17 de abril de 2014, como a las 2:30 de la tarde, el también exentrenador del Vélez Sarfield y el Boca Juniors de Argentina le dijo que al día siguiente iba a ir a su consultorio, “y, como esto es una cosa normal”, el requerimiento de servicios por parte de jugadores y cuerpo técnico, ella le dijo que sí.  

El 18 de abril, como a las 2:00 de la tarde, ya sin nadie del primer equipo, La Volpe entró al consultorio que se ubica junto al área de Fisioterapia, pero sólo con una toalla enredada en la cintura.  

“Yo me sorprendí porque ninguna de las personas que entran a mi consultorio lo hace con esa vestimenta. Los jugadores y cuerpo técnico entran siempre con short y camisa”. Sin embargo, por la jerarquía del timonel, “yo quise portarme de una manera profesional y no le dije nada al respecto”.  

Ella narró que le pidió al exportero campeón con Argentina en el Mundial de 1978 que se sentara en el sillón que está en el consultorio y, cuando lo hizo, notó que no traía ropa interior, “ya que al sentarse se le abrió un poco la toalla que portaba, porque él abrió las piernas y alcancé a ver su pene. Esto a mí me hizo sentir muy incómoda y no le dije nada porque el señor era una figura de autoridad en el equipo de fútbol”.  

Belén cuenta que continuó atendiéndolo porque “quería evitar algún tipo de problema”, y comenzó a untarle productos para suavizar la piel, después a cortarle las uñas, es decir, “todo un tratamiento de los que nosotros los podólogos llamamos primario”.  

“Durante el tratamiento que le di él hacía muchos movimientos de sus piernas y así yo observaba como se subía la toalla. De reojo, ya que yo no quería verlo a la cara y no quería empeorar las cosas”. Ella se sentía incómoda.  

En todo momento, reiteró que “debido a la figura que es el señor”; es decir, su jerarquía en el club, no quiso decirle nada, aunque estaba incómoda desde el ingreso del argentino en toalla, sin ropa interior.  

"¡Tócame, tócame!, o qué, ¿te da miedo?"

De acuerdo con su relató, cuando le dijo que la sesión había terminado, La Volpe se levantó la toalla aún más de donde la tenía y ésta quedó de tal forma que su pene estaba descubierto. Fue cuando le dijo: “masajéame más arriba", encontrándose de frente a él, pero le respondió, intentando que la dejara, que no hacía masajes, porque para ello se encontraban los masajistas del club, pero el entrador insistió: “¿qué, te da miedo?”.  

Después “me jaló para acércame hacía él y con su mano derecha agarró mi mano derecha y me dijo: "¡tócame, tócame!, o qué, ¿te da miedo?" y mientras me decía esto con su mano derecha jalaba mi mano hacia su pene, el cual se encontraba descubierto”.  

En el forcejeo, él logró que rozara su miembro, “como él es más fuerte y yo no pude oponer tanta resistencia”, aunque “en todo momento le decía que me soltara”, pero no lo hacía, “hasta que yo logré zafarme”.  

La víctima relató que con el paso de los días se sintió intimidada y presionada, porque por medio de terceras personas le decían que La Volpe tenía mucho poder, porque del suceso ya se rumoraban muchas cosas entre el plantel y el personal, y que él podía hacer que la corrieran. Antes, afirmó que el propio entrenador trató de persuadirla de que se retractara, cuando la situación, internamente, empezó a escalar: “yo no te pegué, yo no soy malo”, le dijo, según su testimonio, y le pidió que no dijera nada porque lo iban a investigar y eso le traería problemas con su familia.  

Esta declaración, sostuvo primero el Juez de amparo y ratificaron los magistrados, tiene valor preponderante y constituye una prueba fundamental sobre el hecho, dada la secrecía en que regularmente ocurren las agresiones como las que denuncia la ofendida, esto, según una jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el Amparo Directo en Revisión 3186/2016, que, entre otras cosas, señaló que las víctimas de agresión sexual tienen como barreras en una investigación el desahogo limitado de pruebas y la no credibilidad en su dicho.  

Pero la declaración de la víctima no es aislada, como ha insistido la defensa de La Volpe: se corrobora con el dictamen de la perito en psicología María Guadalupe Vázquez Ramírez, del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.  

En este dictamen que es parte de la versión pública del fallo del tribunal, la especialista confirma que Belén presentó sentimientos de vulnerabilidad al percibir un ambiente intimidante y en riesgo, por posibles represalias para su persona, familia, bienes y trabajo, debido a las características del denunciado, “el cual es considerado una figura pública”.  

Aunado a ello, expuso que tuvo un daño moral como consecuencia secundaria a los hechos, “debido a la respuesta social mediática en la que, la misma se siente exhibida y lastimada y en su persona, su honorabilidad, en lo familiar, social y laboral”.  

La prueba del polígrafo también refuerza la denuncia: “las huellas poligráficas en el estudio realizado determinan un marco de sustentabilidad en la versión expuesta sobre el conflicto en investigación”.  

En una entrevista con W Deportes, La Volpe desestimó nuevamente las acusaciones: “Ella dice que se le acosó y no salió corriendo, gritando… La acusación vino días después, por favor”.  

Durante el tiempo que ha durado el procedimiento, el entrenador había recibido un amparo porque, supuestamente, no se acreditaba su responsabilidad; no obstante, en la resolución de noviembre de 2019 se desestima esa resolución y, en este nuevo amparo, se ratifica que el proceso debe reabrirse, al sí haber elementos.  

El Tribunal ordenó que se dicte otra resolución en la cual se analicen nuevamente los medios de convicción respecto a los delitos de atentados al pudor y hostigamiento sexual”, y que se determine la probable responsabilidad del implicado.  

Fuentes especializadas en Derecho anticiparon a La Silla Rota y Acción LSR la posibilidad de que se gire una orden de aprehensión contra La Volpe; sin embargo, especificaron que puede evitar la prisión por medio de fianza.