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Las tragedias más escalofriantes en el mundo del deporte

Lesiones, tragedias, el deporte ha sido marcado por momentos espeluznantes

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El mundo deportivo ha sido testigo de grandes momentos que quedarán en la memoria de los aficionados, aunque no todos estos momentos han sido alegrías e historias de superación.

La gloria deportiva siempre viene acompañada de sacrificio y obstáculos, y aunque los deportistas suelen lesionarse con frecuencia, nadie está listo para ver las peores tragedias en competencia, las cuales han llevado a los atletas a alejarse del deporte por meses, años y otros no han sobrevivido para contarlo.

En ocasiones, las tragedias ocuparon todas las portadas y reflectores, marcando de por vida a las personas que las vieron. En Acción LSR hacemos un recuento de las peores tragedias en el deporte.


Ewald Lienen

El futbolista alemán sufrió la que ha sido catalogada como la lesión más espeluznante en el mundo del futbol. Cuando su equipo, el Arminia Bielefeld se enfrentó al Werder Bremen el 14 de agosto de 1981, recibió una terrible entrada de un rival que le provocó una herida de 25 centímetros de longitud, tan profunda que se le podía ver le hueso.

Tras verse la herida en su pierna, Lienen hizo un último esfuerzo para dirigirse al entrenador del Bremen, Otto Rehhagel, y recriminarle incitar a sus futbolistas al juego violento. La imagen de la terrorífica lesión le dio la vuelta al mundo, pero en menos de 20 días volvió al terreno de juego.


Samir Ait Said

El gimnasta francés Samir Ait Said se fracturó una pierna durante la ronda de clasificación de los Juegos Olímpicos Río 2016, protagonizando una de las imágenes más espeluznantes que rápidamente se convirtió en uno de los primeros videos virales de la cita olímpica.

Tras realizar la prueba de salto de caballo, Ait Said cayó al suelo con las piernas en el aire, la izquierda completamente girada hacia fuera con una fractura evidente de tibia y peroné.

El deportista galo fue retirado en camilla entre muestras visibles de dolor. Sin embargo, ahí no terminó el tormento, ya que después el deportista relataría que cuando intentaban meterlo a la ambulancia, se les cayó a los paramédicos. El francés estuvo un año en rehabilitación.

Clint Malarchuk

El 22 de marzo de 1989, el portero de los Sabres de Bufallo, Clint Malarchuk, defendía su portería del ataque oponente, Steve Tuttle y Uwe Krupp peleaban por un puck cuando acabaron chocando con el portero Clint Malarchuk, un patín le cortó el cuello.

El corte en su arteria carótida lo dejó de rodillas en el hielo, expulsando sangre desde su garganta cubierta con una inocente mano, mientras la terrorífica mancha alarmaba a los espectadores, dos de ellos sufrieron ataques al corazón y once se desmayaron.

Malarchuk abandonó el hielo por su propio pie, convencido de la proximidad de su muerte, con el único deseo de que su familia no contemplara tal tragedia en televisión. Ayudado uno de los entrenadores del equipo, Jim Pizzutelli, consiguió llegar al vestuario, donde Jim taponó la hemorragia hasta que llegaron los médicos, quienes necesitaron 300 puntos para cerrar la herida y salvar la vida de Malarchuk, quien perdió un tercio de su sangre.

Según análisis posteriores, de haber recibido el corte 3mm más arriba, Malarchuk hubiera muerto en dos minutos. Después de recuperarse, el jugador de hockey decidió seguir en el deporte que casi le quita la vida, y jugó tres temporadas más.

Kevin Ware

“Tranquilos, me van a operar y estoy bien. Ganen este partido por mí”, fue el mensaje que el basquetbolista Kevin Ware transmitió en el descanso a sus compañeros de Louisville, que peleaban por una plaza en la Final Four de la NCAA ante Duke. En 2013, este aguerrido jugador se rompió la pierna derecha en dos partes (tibia y peroné) tras una terrible caída en una acción defensiva apartándole del básquet casi un año.

Las imágenes conmocionaron al mundo del deporte, sus compañeros y muchos aficionados no paraban de llorar, el Lucas Oil Stadium enmudeció. Aunque Ware no paraba de gritar, “Ganen el partido, ganen el partido”. Louisville accedió a la final honrando así a Kevin Ware.

Tras superar la operación y la rehabilitación, Ware volvió a jugar un partido de baloncesto ocho meses después del tan fatídico accidente. Ese día recibió una cálida ovación por parte del público.

Jules Bianchi

En 2014 durante el Gran Premio de Japón, el piloto de Fórmula 1, Jules Bianchi sufrió un terrible accidente que encogió el corazón del mundo del automovilismo. El francés perdió el control de su Marussia y se estrelló contra la grúa que recogía el Sauber de Adrian Sutil, que había abandonado la carrera antes.

Bianchi sufrió una lesión anoxal difusa. Estuvo internado nueves meses, pero perdió la vida en julio de 2015. El automovilismo sufrió una gran pérdida, la de un joven francés llamado a serlo todo como piloto de Fórmula 1, el ‘Gran Circo’ decidió retirar su número, el 17.


Janos Baranyai

El 13 de agosto del 2008, durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el mundo del deporte presenció una de las lesiones más brutales. El levantador de pesas húngaro, Janos Baranyai, se dislocó el codo derecho y sufrió rotura de ligamentos al intentar levantar 148 kilos, su codo cedió, doblando su antebrazo hacia atrás. De inmediato cayó al piso, retorciéndose y llorando de dolor en plena competencia.

Baranyai estuvo dos años en rehabilitación para poder regresar completamente al deporte.

Tyander Holyfield

Tyson se consagró como uno de los campeones más jóvenes de todos los tiempos con tan sólo 20 años e inmortalizó la escena más mediática nunca antes vista en el boxeo. El púgil estadounidense se midió ante Holyfield el 26 de junio de 1997 por el título de los pesos pesados en una electrizante pelea. La intensidad del dueño, los millones en juego, y sobre todo, los continuos cabezazos de su rival, provocaron que Tyson perdiera la paciencia y en el tercer asalto terminó mordiéndole (en dos ocasiones) y arrancándole parte de la oreja.

El brutal momento impactó a todos y quedó marcado en la historia del deporte.

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