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La polémica regla que obliga a atletas a consumir químicos porque producen mucha testosterona

Caster Semenya reclama su derecho a no medicarse para seguir compitiendo como mujer

Escrito en DEPORTES el

La polémica ha llegado a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) por su nuevo reglamento. La doble campeona olímpica Caster Semenya inició este lunes la carrera más difícil de su vida, un recurso ante el TAS para invalidar el reglamento de la IAAF que impone la toma de medicamentos a las mujeres que producen altas tasas de testosterona.

La IAAF decidió un nuevo reglamento que afecta a las atletas femeninas que producen naturalmente mucha testosterona, forzando a que la reduzcan por métodos químicos, algo que ha generado mucha polémica en el mundo deportivo.

La atleta sudafricana, Semenya, ha denunciado el nuevo reglamento, con el apoyo del gobierno sudafricano, al estimar que está destinado a “ralentizar” su ritmo.

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“Quiero simplemente correr de manera natural, como lo hago desde que nací”, declaró hace unos días la doble campeona olímpica (en 2012 y 2016) y triple campeona mundial (2009, 2011 y 2017) de los 800 metros.

“No es justo que me pidan cambiar, no es justo que la gente se pregunte quién soy”, añadió de acuerdo a Infobae.

El presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe, aseguró que con las nuevas reglas se busca defender el atletismo.

“Hoy es un día muy importante. El atletismo es por lo que estamos aquí, para defenderlo”, aseguró el británico antes de entrar al TAS.

“Las reglas que estamos introduciendo están para proteger el carácter sagrado de una competencia legal y abierta. El valor fundamental de la IAAF es la promoción de las chicas jóvenes y de las mujeres en el atletismo, es lo que queremos defender aquí”, añadió.

La sudafricana no es la única atleta afectada. Las medallas de bronce y plata en 800 metros en los Juegos de Río 2006, Francine Niyonsaba (Burundi) y Margaret Wambui (Kenia), también ha tenido que responder a cuestiones sobre sus tasas de testosterona.

“Lo que está en juego es nada más y nada menos que el derecho de cada uno de hacer su deporte. El cuerpo de las mujeres, su bienestar, su capacidad de ganarse la vida, su vida privada, su sentimiento de pertenencia al mundo está puesto en cuestión”, explicó la ministra de Deportes sudafricana Tokozile Xasa, que apoya a la atleta.

El debate

El tema de los deportistas intersexuales es todo un debate que muchas veces se cuestiona y compara como el de los deportistas transexuales.

En el caso de Caster Semenya, fue registrada como mujer al nacer, fue criada como mujer y aplaudida por sus triunfos deportivos como mujer, pero al crecer comenzó el cuestionamiento, Semenya exhibía una mandíbula cuadrada, angulosos hombros y espalda robusta, además de una voz confusamente varonil.

En el mejor momento de su carrera tuvo que someterse a pruebas de género donde se descubrió que sufría de una anormalidad conocida como pseudohermafroditismo masculino.

Tenía una vagina ciega, es decir; sin útero ni ovarios y testículos sin descender, lo que le otorgaba el triple nivel de testosterona en relación a otras mujeres, según el reporte. El cuerpo de Semenya no era de un hombre “completo” (aunque sus cromosomas XY asó lo sugirieran) ni el de una mujer “completa”.

Así, las organizaciones de derechos humanos comenzaron a presionar a las instituciones deportivas para abrir una discusión coherente con la problemática. La polémica era simple, teníamos a una deportista que no encajaba en los lineamentos de competencias de hombres ni de mujeres. ¿Cómo actuar frente a este caso? ¿Cómo considerar a estos individuos sin perjudicarlos (ni excluirlos) en su vida personal y carrera deportiva?

Estas preguntas son las mismas que se hacen ante deportistas transgénero y que provoca todo un debate.

Hace unos días la extenista Martina Navratilova causó una gran controversia en el mundo del deporte tras mostrarse contraria a que atletas transexuales compitan como mujeres. En su opinión “son hombres que decidieron ser mujeres” y permitir su participación en torneos femeninos es “insano, tramposo e injusto para mujeres que tiene que pasar a competir contra personas que, biológicamente, siguen siendo hombres”.

“Es una locura y es un engaño. Me complace dirigirme a una mujer transgénero en la forma que prefiera, pero no me gustaría competir contra ella. No sería justo”, ha escrito la ganadora de nueve torneos Wimbledon en un artículo titulado Las reglas en los atletas trans recompensan a los tramposos y castigan a los inocentes, publicado el pasado fin de semana en The Time.

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