El tráfico de menores en el futbol es una realidad. El sueño de muchos jóvenes que buscan salir de su país en busca de ser futbolistas para sacar a sus familias de la pobreza es aprovechado por “cazadores de talento”, que llegan a zonas pobres alrededor del mundo, en su mayoría África, para comprar menores, prometen a sus familias que tendrán un techo, dinero y comida en Europa, y luego llega la realidad, son vendidos a las academias europeas, sí bien les va, porque muchos de ellos se quedan en la calle, con sus sueños que se convierten en pesadillas.
De acuerdo a datos de la ONG, Save Children, los jugadores pueden irse vendidos entre los 200 y 500 dólares y son adquiridos por los clubes hasta en 10 veces más, pero no todos corren con esa suerte. La institución Culture Foot Solidaire en 2014, detalló en su estudio “Niños en la competición” que al menos 7,000 en Francia vivían desamparados por no encontrar acomodo en una academia.
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Los principales mercados de “cacería” de talento son América Latina y África y aunque la FIFA prohíbe fichar a menores, la falta de seguimiento del problema en las naciones subdesarrolladas provoca que el negocio crezca día con día.
En 2009, la FIFA modificó el Artículo 19 para proteger aún más a los menores del terrible tráfico de niños en el mundo del futbol. Se prohibió a los jugadores menores de 18 años mudarse a otros países con la intención de jugar al futbol y creó un sistema de transferencias donde se requiere que las asociaciones de futbol involucradas confirmen los datos del jugador y registren la transferencia a la base central de datos.
La FIFA instituyó el Artículo 19 porque el tráfico de menores es algo inaceptable. Es sólo que suele pasar con frecuencia en el futbol, y los clubes más grandes lo practican sin mayores preocupaciones. Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid y Manchester City han violado la ley.
Y también existe la Aspire Academy de Qatar, la cual compra menores de edad provenientes de África, Centroamérica, y el lejano Oriente, los lleva a Qatar, los entrena, y después los manda a un club belga propiedad de un qatarí. Técnicamente, todo esto es legal hasta donde la FIFA le concierne, incluso cuando viola todo lo establecido en el Artículo 19.
En el año 2006, la cadena televisiva BBC de Londres había alertado sobre el tráfico de jugadores en la Liga de Bélgica. En una investigación sobre sobornos en las transferencias al fútbol inglés, el periodista Peter Harisson, portando una cámara oculta, se hizo pasar por un intermediario ante el director general del Sporting Charleroi, Mogi Bayat. Harisson le dijo a Bayat que deseaba controlar al club y ganar dinero con la compra de jugadores africanos y la posterior venta a la Premier League inglesa, una práctica prohibida por la FIFA. Bayat admitió que estaría "muy contento" si llegaran a un acuerdo, asegurando que "en Bélgica, todo es posible. Bélgica es una plataforma en Europa donde puedes jugar con tantos futbolistas como quieras de la misma nacionalidad". Y agregó: "Es posible hacer llegar diariamente 150 africanos por avión; entrenarlos durante un par de días; elegir a los cinco mejores y volver a meter a los demás en un avión con destino a África. El arte consiste en encontrar a jugadores buenos y después venderlos por 1, 2, 3, 6 ó 10 millones de euros, dependiendo de su calidad".
De acuerdo a Infobae, en las normas FIFA, sólo se autorizan transferencias internacionales cuando se alcanza la edad de 18 años, salvo si los padres del jugador cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol, o cuando la transferencia se hace dentro del territorio de la Unión Europea (UE) o del Espacio Económico Europeo (EEE) y el jugador tiene entre 16 y 18 años de edad.
El nuevo club deberá cumplir con obligaciones mínimas tales como proporcionar un entrenamiento futbolístico adecuado, garantizar una formación académica o escolar según la vocación del jugador y permitirle iniciar una carrera por fuera de la futbolística. En síntesis, darle herramientas para el caso de que cese de jugar al fútbol en forma profesional.
Entre los documentos exigidos para autorizar la transferencia de un menor, figuran: a) Certificación de la identidad y nacionalidad del jugador y sus padres. b) Contrato de trabajo del jugador y de sus padres, u otros que demuestren la motivación del traslado. c) Permiso de trabajo del jugador y de sus padres. d) Certificación de la residencia del jugador y de sus padres. e) Formación académica y capacitación futbolística. f) Alojamiento y cuidado. g) Autorización de los padres.
En 2014, la FIFA ya había sancionado al FC Barcelona y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por infracciones cometidas a las normas de traspasos y de primera inscripción de menores extranjeros, que participaron con el club catalán en varios torneos entre 2009 y 2013. Además de una multa de 370 mil euros, se le prohibió al Barcelona incorporar jugadores a sus planteles de todas las categorías, durante dos períodos o temporadas consecutivas (2014 y 2015), intimándosele a regularizar la situación de los menores en un plazo de 90 días.
Igual suerte corrieron Real Madrid y Atlético de Madrid durante 2016, por violar las normas de traspasos de menores de 18 años, de procedencia extracomunitaria.
En mayo de 2017, el Manchester City recibió una multa de 300.000 libras (340.000 euros) y fue sancionado sin poder fichar jugadores para su cantera durante dos años tras declararse culpable de contactar a dos futbolistas jóvenes que pertenecían a otros clubes.
Hasta ahora el caso más exitoso de un fichaje infantil ha sido Lionel Messi en el Barcelona, pero es casi imposible que todos tengan la misma suerte, pero ese es el máximo ejemplo que estimula al tráfico de menores, encontrar a las próximas joyas del futbol mundial.
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