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El espectacular e imbatible salto de México 68 que nadie ha superado

Tras el histórico salto que logró realizar Bob Beamon en los Juegos Olímpicos de México 68, los medios aseguraron que "le puso apellido a los Juegos"

Escrito en DEPORTES el

Los Juegos Olímpicos celebrados en México en 1968 son marcados como el comienzo de una nueva era en el ámbito social y deportivo. El salto de longitud de Bob Beamon ha sido recordado a lo largo de la historia de esta justa deportiva.  En este magno evento, Beamon rompió todo paradigma en el Estadio Olímpico Universitario tras romper récord mundial y olímpico al conseguir brincar la distancia de 8.90 metros en las pruebas de salto de longitud.

Medios nacionales e internacionales publicaron las impresionantes fotografías de este suceso y aludieron a los grandes fotógrafos del momento que captaron el impresionante acontecimiento. El periódico La Afición, felicitó a Juan Martínez “por su magnífico trabajo realizando excelentes fotografías del atletismo en los Juegos Olímpicos”, mencionaron en una publicación.

Unos juegos diferentes

Los Juegos Olímpicos celebrados en México entre el 12 y 27 de octubre de 1968, son considerados un parámetro dentro de estos eventos multideportivos a lo largo de su historia. Estos fueron los primeros celebrados en Latinoamérica, siendo un país que estaba en vías de desarrollo luego de obtener la candidatura para albergarlos. Por otro lado, por primera vez en la historia, una mujer encendía el pebetero Olímpico ubicado en el Estadio Olímpico Universitario en la Ciudad Universitaria, esta fue Enriqueta Basilio.

Fueron los primeros juegos televisados vía satélite a todo el mundo. Se innovó un sistema electrónico para calificar pruebas y publicar resultados al instante. Además, se rompieron marcas olímpicas y mundiales en diversas disciplinas; por ejemplo, el estadounidense James Hines pausó el cronómetro en 9.90 segundos en 100 metros planos. Al igual que el gran salto de longitud de Robert Beamon imponiendo de igual forma récord mundial y olímpico brincando 8.90 metros.

(Foto: Cuartoscuro) 

Bob Beamon, originario de Brox, Nueva York, EUA. es un atleta de la categoría salto de longitud. En esta justa olímpica, impuso un nuevo récord mundial y olímpico logrando los 8.90 metros en el Estadio Olímpico de C.U. Su marca permaneció durante 23 años en el ámbito mundial luego de que su compatriota, Mike Powell, lo superara por cinco centímetros. Hasta el momento, su marca en los JJ.OO sigue intacta.

Durante la prueba, Beamon peleaba el podio junto con Klaus Beer de la República Democrática de Alemania y con su compatriota Ralph Boston. Bob superó a Beer por 71 cm. Boston, en su momento, fue récord mundial con 8.18 metros en 1960, pero en ese momento Bob Beamon lo superó por 74 cm.

El salto de longitud a lo largo de la historia ha evolucionado sorprendentemente. En Atenas 1896, siendo la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, dominaron los estadounidenses llevándose a casa las tres medallas. La marca que permanecía en ese momento era de Ellery Clark con 6.35 metros.

Para Berlín 1936, la mejor marca fue de Jesse Owens con 8.06 metros y permaneció durante cinco años; su historia es recordada debido a que el atleta era de descendencia afroamericana, por lo cual no fue galardonado por Adolf Hitler, quien era el dictador de la Alemania Nazi en ese momento. Bastaron 32 años para que permaneciera un nuevo récord por más de 50 años en el ámbito olímpico.

Entre los participantes de esta prueba, se encontraban tres originarios de Estados Unidos, dos de ellos entraron al podio. Dos alemanes, uno de la Alemania Federal y otro de la Democrática; participaron tres soviéticos, que para los conocedores del atletismo, estos eran los favoritos.  A su vez, habían participantes japoneses, polacos, británicos, australianos, suizos, franceses, húngaros, entre otros.

Esta fue una de las pruebas más significativas en la historia de los Juegos Olímpicos, superó cualquier tipo de expectativa que se creó a lo largo de la eliminación y, por la crónica redactada en La Afición, les puso apellido a los Juegos Olímpicos”.

El salto que todo cambió

Era una tarde despejada, al paso del tiempo el sol bajaba y se adecuaba un mejor tiempo en el Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México. En punto de las 15:45 horas del 18 de octubre de 1968, la final de atletismo fue definida como “Formidable. Y hasta lamentable que haya sucedido cuando todavía no se callaban las loas y aplausos a Beamon”  según informó La Afición.

El salto se efectuó con 19 pasos previos, un salto que cayó luego de los límites del foso, aún pisando el tartán. Mientras se mantenía en el aire, comenzó con las piernas un poco abiertas, luego de flexionarlas y contraer los brazos al pecho, levantó las rodillas a la altura del tórax para después impulsarse con los brazos y terminar estirando las piernas una vez más para lograr el nuevo récord. Después del magnífico salto, dio unos cuantos saltos en cuclillas para no caer hacia atrás.

(Foto: Galería del Comité Olímpico Internacional) 

Se tardaron más de 30 minutos en poder dar la nueva marca establecida. Miembros de la Federación Mundial de Atletismo, con ayuda de una cinta métrica, anunciaron el 8.90 metros como nueva marca olímpica y mundial.Estilo peculiar de estética rara, pero de efectivismo excepcional. Eso jamás podía preverse y por eso hubo que medírsele con cinta métrica porque el teodolito no alcanzaba”, así lo describió  Jorge Ventura en La Afición.

La misma fuente se preguntaban “¿Cuánto pasará hasta que esa monstruosidad sea siquiera igualada?” haciendo referencia al histórico salto que logró Bob Beamon batiendo por 55 centímetros la marca mundial perteneciente a R. Boston y a I. Ter-Ovanesjan empatados desde 1967 y por 77 centímetros la marca olímpica marcada por Jesse Owens en Berlín 1936.

La fotografía creada por Juan Martínez, fue conmemorada por el mismo periódico,  por todo aquél que vivió el momento y lo es hasta el día de hoy. Imagen vista de frente, el portador del número 254 con los brazos hacia delante, las piernas separadas impulsándose en el aire, todos admirando lo que estaban presenciando, una nueva marca histórica. En las gradas gente de pié, la cara de Beamon describe esfuerzo y concentración, pareciendo que sabía a lo que iba.

(Foto: Galería del Comité Olímpico Internacional) 

Todo se acomodó para que el atleta estadounidense brincara más de cuatro coches estacionados en batería. Con el viento a +2 m/s pareció que todo se mostró a su favor para lograr un nuevo récord histórico. Nueve segundos bastaron para redefinir el atletismo. La portada del Esto lucía la extraordinaria fotografía histórica resaltando “Bob Beamon, de Estados Unidos, realizó esta tarde un salto fantástico de 8 metros 90 centímetros, con el cual ganó la medalla de oro y estableció una nueva marca mundial.” 

Han pasado 52 años de este gran salto y sigue siendo recordado y homenajeado por los conocedores del deporte. Las historias dentro de esta índole, siguen siendo espectaculares aunque no se les conozca completas. El hecho marcó historia y sigue recordándose con admiración ya que en unos Juegos Olímpicos no ha podido batirse.

(Por: Mariana Aguilar)