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El día que Hugo Sánchez salvó a dos periodistas de ser fusilados

Hugo Sánchez evitó que Epigmenio Ibarra y Hernán Vera fueran fusilados

Escrito en DEPORTES el

A principios de los años 90, Hugo Sánchez era el jugador del momento. En 1991 recibió la Bota de Oro, era el extranjero con más goles en la historia del futbol español y tienen en su haber cinco Pichichis como el máximo artillero.

Las hazañas y goles de Hugo llegan a todos los rincones del mundo, todos admiran su gol al Logroñes, uno de los goles más bonitos del mundo, y uno de los mejores del futbol español de todos los tiempos.

En el libro “El futbol a sol y sombra”, Eduardo Galeano, dedica uno de los últimos capítulos de su libro al mexicano. Ahí el escritor uruguayo recuerda la historia de dos periodistas mexicanos que estuvieron a punto de ser fusilados, pero Hugo Sánchez lo evitó.

El periodista, escritor y fotógrafo mexicano Epigmenio Ibarra y el también periodista, Hernán Vera, cubrían el conflicto bélico en la ex Yugoslavia en 1992. En medio del caos, los periodistas se adentraron para informar sobre lo que acontecía en ese lugar.

Epigmenio y Hernán se acercaban a Sarajevo, en esa ciudad se encontraba Milosevic, líder del movimiento más importantes.

Sin embargo, cerca del río Drina, los periodistas mexicanos cayeron en manos de soldados, que, sin medir palabras, encañonaron a los reporteros. El problema del idioma complicaba todo.

“El oficial bramaba quién sabe qué, mientras ellos balbuceaban quién sabe qué, pero cuando el oficial se pasó el dedo por el pescuezo y las armas hicieron clic, los periodistas entendieron perfectamente bien que los estaban confundiendo con espías y que ni modo, no queda más que despedirse y rezar por si hay cielo”, escribió Eduardo Galeano.

Los mexicanos intentaban decir que eran periodistas, pero el último recurso que les quedaba era mostrar su pasaporte, la intención era que, viendo que no eran europeos, les perdonaran la vida.

El soldado tomó el documento y cambió su rostro por una sonrisa y gritó “mexicanos, mexicanos”, repitió a sus compañeros, quienes también sonreían. Uno de ellos dijo en alemán: “Hugo Sánchez fußballspieler Torjåger” (futbolista goleador).

Los soldados terminaron por bajar las armas y abrazaron a los mexicanos. Les compartieron alimentos y los acompañaron hasta el retén.

Aunque en esos años el futbol mexicano era poco conocido, Hugo Sánchez brillaba con el Real Madrid y sin saberlo, Hugo Sánchez se convirtió en un salvador.

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