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La oscura y triste historia detrás del 10 perfecto de Nadia Comaneci

Nadia Comaneci cumple años, pocos conocen la historia de la leyenda olímpica detrás del 10 perfecto

Escrito en DEPORTES el

Nadia Comaneci cumple un año más de vida, la leyenda olímpica que logró el primer puntaje perfecto en gimnasia vivió un tormento que no le gusta recordar, no todo fue gloria y mientras toda una generación quería ser como ella, Comaneci buscaba escapar y ser libre.

Lo primero que hay que decir de Comaneci es que fue la primera gimnasta en obtener un “10 perfecto” en la historia de los Juegos Olímpicos. En Montreal 1976, cuando lo consiguió, tenía 14 años y ganó tres medallas de oro. También hay que decir que se convirtió en la mejor gimnasta del siglo XX, que es rumana y que los medios de esa época casi siempre escribían su nombre acompañado con la palabra perfección.

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Mientras el mundo admiraba a Nadia como un símbolo mundial y la imaginaban como una niña que podía tener todo lo que quería, la verdad era que tras probar la gloria y conseguir siete puntajes perfectos, la gimnasta no sabía lo que era la libertad, pues le había sido arrebatada por el régimen comunista de Nicolae Ceausescu.

El mundo no supo de esa historia hasta que logró escapar de Rumania y llegó, finalmente, a Estados Unidos. Pero después volvió a callar, y sigue sin recordar lo que pasó en esa época.

En Montreal obtuvo siete “10 perfectos” y tres medallas de oro. Pero de pronto, en lo más alto de todo, el dictador Ceausescu la nombró Héroe del Trabajo Socialista y le dio la Medalla de Oro de la Hoz y el Martillo, una medalla por la que nunca había competido y sin que nadie le explicara que convertirse en la máxima estrella de Rumania, significaría ser perseguida, presionada y vigilada todo el tiempo.

Un exilio tormentoso que ella soportaba, en medio de todo la revista Newsweek publicó que Nadia Comaneci había vivido en Rumania como rock star y que Ceausescu le había dado una villa de ocho habitaciones, un automóvil, joyas y una platilla numerosa de sirvientes.

Una vez abierta la caja de los horrores, la información oscura sobre la gimnasta inundó las páginas de la prensa, dos ejemplos: que a los 15 años, después de su inolvidable actuación en Montreal había tratado de quitarse la vida bebiendo medio litro de lejía; y que había sostenido un romance con Nicu, el hijo de Ceausescu.

La gimnasta ha negado siempre estos horrores. Lo que es verdad, es que a partir de 1981, ocho años antes de que lograra escaparse por Hungría, Bela y Marta Karoloyi, sus entrenadores, aprovecharon una gira por el extranjero para fugarse y esto tuvo secuelas en la vida de Nadia, porque a partir de entonces el dictador Ceausescu, temiendo que ella también quisiera desertar, siendo la figura de Rumania, la sometió a una rigurosa vigilancia que incluía la revisión y vigilancia de su correspondencia, sus llamadas telefónicas y en general su vida íntima, además de la prohibición de salir del país a competir.

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Nadia solo logró escapar cuando tenía 28 años, huyendo de la mano dura del dictador Nicolae Ceausescu el 29 de noviembre de 1989. Caminó durante toda la noche por el bosque, siguiendo los pasos de un mercenario que la llevaba, por un trayecto helado, salvaje y pantanoso.

En cuando puso los pies en Hungría la subieron a un todoterreno que la llevó hasta un aeropuerto austriaco, y de ahí cogió un avión rumbo a Estados Unidos, en donde empezó un exilio tormentoso con los medios de comunicación sobre ella. Nadia nunca habló del tema y terminó por soportarlo, pues acababa de salir del tormento real en que se había convertido su vida tras conquista la gloria que la convirtió en una leyenda.

Hoy, Nadia Comaneci tiene 54 años, vive en Norman, Oklahoma, Estados Unidos y dirige una academia de gimnasia olímpica junto a su marido, el también exgimnasta Bart Conner y con quien montó una academia de gimnasia y una revista de nombre International Gymnast. Comaneci tiene un hijo llamado Dylan Paul.

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