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Defender derechos humanos ante la contingencia por el covid-19

Estamos frente a un reto: seguir acompañando víctimas y trabajando por la vida sin violencias de niñas, niños, adolescentes y mujeres | Diana Avilés

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Escrito en HIDALGO el

La tarea de defender y promover los derechos humanos en México no ha sido, ni es una tarea sencilla, mucho menos ante en el contexto de violencia en el que vivimos; y cuando se habla de la participación y de la defensa de las causas de las niñas, adolescentes y mujeres, nos encontramos ante otras barreras históricas, que complican aún más, el acceso a la vida en dignidad.

Acompañar víctimas y familiares, capacitar y sensibilizar a servidoras y servidores públicos, trabajar con las comunidades, hacer investigación, impulsar y fortalecer redes y otras tantas cosas que realizamos las defensoras, han implicado, desde hace mucho tiempo, el generar estrategias que atiendan puntualmente las necesidades de las poblaciones.

Llevamos muchos años formándonos, siendo creativas, rebeldes y muy comprometidas; esto ha implicado que muchas de nosotras hayamos decidido dejar las instancias gubernamentales y trabajos “formales” y le apostemos a las redes, a la sociedad civil, a la colectividad y a la construcción de otra forma de organizarnos.

Ante la actual contingencia por el covid-19, he tenido la oportunidad de observar a muchas compañeras defensoras y activistas que con los pocos recursos con los que contamos, estamos generando nuevas estrategias que nos permitan seguir acompañando, exigiendo justicia y construyendo mejores condiciones para todas y todos.

Estamos frente a un reto: seguir acompañando víctimas y trabajando por la vida sin violencias de niñas, niños, adolescentes y mujeres; la contingencia está en un momento importante para aminorar los contagios y se ha realizado un llamado enérgico para estar en casa (en la medida de lo posible) para prevenirlos; pero no podemos olvidar que muchas niñas, niños, adolescentes y mujeres que ahora están muy cerca de sus agresores, para muchas la escuela y salir a laborar era la única forma de escape y ante la situación actual, se encuentran en mayor riesgo.

Las violencias no paran, al contrario, se recrudecen ante la pandemia de coronavirus y esto nos lleva a pensar en otras formas de llegar a esas poblaciones y no dejarlas solas; pensemos en las redes sociales, en las plataformas de mensajería, en las radios comunitarias y en otros medios de comunicación a los que gran parte de la población aún tienen acceso; pensemos en las diferencias y acompañémonos de las otras.

Por lo pronto, mucha fuerza, esperanza y luz para todas aquellas que siguen exigiendo derechos para todas y todos.