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Las crudas fotos de los objetos confiscados a migrantes

Desde cotidianos, hasta peculiares, son cientos los objetos confiscados por autoridades estadunidenses en su frontera sur

Escrito en MUNDO el

Tom Kiefer trabajó durante más de una década como conserje de la Oficina de Aduanas y Protección en Why, Arizina, en Estados Unidos.

Durante su paso en la frontera sur estadunidense, Tom fue testigo de los innumerables objetos que la Patrulla Fronteriza arrebataba a los migrantes para luego ser desechados.

Por ello, desde 2007 comenzó a fotografiar los objetos hasta 2014, cuando dejó el puesto. El resultado de los siete años de registro: una serie de seiscientas fotografías que han sido expuestas en museos y galerías.

Jabones, biblias, carteras, comida, fotografías y hasta juguetes aparecen en su exposición titulada “El Sueño Americano”.

Al ser arrestados, a los migrantes les confiscan todos los artículos que llevan consigo, los artículos se cataloga, se almacenan y luego se devuelven, sin embargo, muchos de ellos terminan en la basura.

Por ello, Kiefer decidió fotografiarlas para mantener un registro de ellas: “No podía dejarlos”.

En entrevista con The New York Times, Tim detalla cómo comenzó el proyecto. Asegura que encontró los artículos confiscados cuando buscaba entre la basura alguna comida empacada que pudiera ser donada, así halló latas de atún que “se estaban tirando en perfecto estado”.

Sin embargo, tras las latas de atún aparecían otras cosas: “Veía biblias, juguetes y rosarios. Fue desgarrador. No podía dejar esas cosas en la basura”

Pasta bucal y cepillos de dientes fue de lo más común dentro de los hallazgos de Tom Kieger, los objetos relacionados con la higiene abundaban entre lo confiscado.

“Se pedía a los migrantes que entregaran sus mochilas, los agentes las revisaban y tiraban lo que podían. Encontraban jabón. Nunca se me ocurrió coleccionar jabón. Digo, ni siquiera podían conservar su propio jabón”

Condones y anticonceptivos también están dentro de la enorme lista de lo confiscado por las autoridades.

El agua es la principal fuente de hidratación al cruzar el desierto, por ello, las botellas de plástico que alguna vez tuvieron dicho liquito vital eran constantemente despojadas por los oficiales de la Patrulla Fronteriza.

Los libros en los largos viajes no podían faltar, sin embargo, en el caso de los migrantes, era más una cuestión de fe que de literatura: las Biblias de bolsillo.

El fácil hallazgo de carteras con tarjetas de crédito e identificación reflejan la vulnerabilidad en la que se encuentran las pertenencias de los migrantes.

Cientos de guantes confiscados es una de las peculiaridades de la galería, una que le recuerda a Kiefer al holocausto: “No me siento cómodo hablando de eso”.

Quizá lo que más le dolía encontrar a Tom eran juguetes, la travesía del sueño americano que alcanza hasta a los más pequeños: muñecas, peluches y decenas de carritos de metal.

Todo lo fotografiado por Tom Kiefer lo mantiene a salvo en cientos de cajas dentro de su estudio.

Con información de The New York Times

rgg