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La crisis en Turquía debe preocuparte, te decimos por qué

Los inversionistas están inquietos de nueva cuenta por los mercados emergentes; México tiene historia qué contar sobre el contagio de las crisis

Escrito en DINERO el

Turquía se puso de moda en estos días en el mundo de los negocios y las finanzas; pero no por buenas razones, sino por la preocupación de que su crisis económica pueda expandirse a otros países de rápido crecimiento en su PIB, pero que ofrecen un mayor riesgo de inversión.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN TURQUÍA?

Durante la semana pasada, el valor de la lira turca se desplomó en más del 20 por ciento, lo que conmocionó a los mercados financieros.

A primera vista, este parece un problema exclusivamente para Turquía, de acuerdo con lo publicado por el diario The New York Times.

La economía del país se ha ido debilitando. Su autoritario presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha asumido mayor control sobre la política económica de la nación. Él nombró a su cuñado como ministro de Finanzas y ha hecho una serie de pronunciamientos que socavan la independencia del banco central turco, al protestar contra la posibilidad de tasas de interés más altas.

“Las tasas de interés más bajas tienden a avivar el crecimiento —así como la inflación— y Turquía ya enfrenta una inflación anual cercana al 16%”, publicó el diario neoyorquino.

Los inversionistas extranjeros tienen miedo. Han estado sacando dinero del país. En la práctica, eso significa que venden liras y compran dólares u otras monedas. El resultado es que el valor de la lira se ha desplomado. Y eso tiene el potencial de volcar la economía y el sistema financiero turcos.

¿POR QUÉ DEBE IMPORTARLE AL RESTO DEL MUNDO?

La economía de Turquía no es tan grande, así que incluso si colapsara, no necesariamente tendría un enorme impacto en la economía global.

Elementos de los acontecimientos en Turquía muestran cómo otros mercados financieros podrían ser vulnerables a éxodos similares de inversionistas extranjeros.

En los últimos años, los inversionistas en zonas más adineradas del mundo, como Estados Unidos, Europa y Japón, han prestado miles de millones de dólares a gobiernos y compañías de economías en desarrollo como Turquía, Sudáfrica y Argentina.

“Esa ha sido una propuesta atractiva porque las tasas de interés en Estados Unidos y otros mercados desarrollados han estado increíblemente bajas, al tiempo que los bancos centrales tratan de cuidar sus economías para que sanen después de la más reciente recesión. Las tasas más altas en países como Turquía han funcionado como imanes para el capital extranjero. Ahora, que la economía de Estados Unidos es vigorosa de nuevo, la Reserva Federal ha estado elevando las tasas de interés. Como resultado, mantener el dinero invertido en mercados estadounidenses parece un mejor trato y el dólar se ha fortalecido”, informa.

The New York Times explica que un dólar más fuerte representa malas noticias para los demás países y compañías que piden préstamos en dólares. Eso se debe a que los movimientos de las monedas siempre son relativos. Si el dólar está al alza, eso significa que otras monedas están a la baja y viceversa. Por consiguiente, un dólar más fuerte hace más difícil para los extranjeros pagar los préstamos hechos en dólares.

Turquía no es el único país cuya economía ha crecido al depender de los préstamos extranjeros. Argentina y Sudáfrica están en la misma situación. Es por eso que algunos piensan que los problemas que se desarrollan en Turquía podrían ser el comienzo de algo de mayor importancia.

En efecto, el banco central de Argentina sorprendió a los mercados el 13 de agosto al elevar sus tasas de interés en cinco puntos porcentuales. Fue un intento de impulsar su moneda al motivar a inversionistas extranjeros a mantener su dinero en el país.

¿CÓMO SE EXPANDEN LAS CRISIS? MÉXICO TIENE MUCHO QUÉ CONTAR

En 1994, el gobierno mexicano devaluó el peso, lo que detonó un periodo de inestabilidad financiera que llegó a ser conocido como la Crisis del Tequila o el Efecto Tequila.

El "efecto Tequila" fue de origen local causado por una moneda sobrevalorada, grandes déficits del sector público y la dependencia del gobierno del financiamiento vinculado al dólar, se considera la primera crisis financiera de la economía globalizada, que condujo a México al mayor declive económico registrado en su historia.

La crisis fue provocada por la falta de reservas internacionales, causando la devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo. A unas semanas del inicio del proceso de devaluación de la moneda mexicana, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó al Congreso de su país la autorización de una línea de crédito por 20 mil millones de dólares para el gobierno mexicano, a efectos que le permitieran garantizar a sus acreedores el cumplimiento cabal de sus compromisos financieros denominados en dólares.

En el contexto internacional, las consecuencias económicas de esta crisis se denominaron "Efecto Tequila". En México también se le conoce como el "Error de diciembre", una frase acuñada por el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari para atribuir la crisis a las presuntas malas decisiones de la administración entrante de Ernesto Zedillo Ponce de León y no a la política económica de su sexenio.

OTRAS CRISIS

En 1997, el colapso del bat tailandés generó una crisis financiera en el este de Asia.

En 1998, la devaluación del rublo ruso amenazó con propagar la inestabilidad al corazón del mundo desarrollado, cuando contribuyó al colapso de la empresa de fondo de cobertura estadounidense Long Term Capital Management y causó pánico en los mercados financieros de Estados Unidos.

En crisis pasadas, una de las vías a través de las cuales el problema se extiende es por el sistema bancario. Bancos extranjeros prestan dinero a compañías, inversionistas y gobiernos en los países afectados por la crisis. Conforme los que reciben los préstamos no pueden cumplir con los pagos, esos préstamos conducen a pérdidas enormes que amenazan con socavar la salud de sistemas financieros a miles de kilómetros de distancia.

Existen ecos de esa situación en la crisis actual de Turquía. Un número de bancos europeos grandes —incluidos Unicredit de Italia, BBVA de España y BNP Paribas de Francia— tienen participaciones en los prestamistas turcos.

Esas pérdidas para los bancos tal vez no luzcan como un posible presagio de una crisis más extendida, pero si otros países de mercados emergentes tienen problemas como Turquía, las pérdidas podrían empeorar.


AJ