La crisis económica que se ha desatado en Venezuela ha hecho que los ciudadanos dependan de cálculos vertiginosos. Y es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto en blancos en las previsiones de este martes.
El organismo calcula que Venezuela cerrará el 2018 con una inflación del 13.864 por ciento.
En 2019, el valor de decenas de productos básicos seguirá creciendo hasta el 12.874 por ciento, es decir que dentro de dos años se estima una incrementación de hasta un 1.811.751 por ciento. Esto significa que los precios se multiplicarán por más de 18.000 en el mismo período.
En ese sentido, la cesta de la compra de los ciudadanos ha ido en picada desde hace años y la tendencia hiperinflacionista, en medio de la grave crisis política e institucional, no tiene vuelta atrás.
De acuerdo con el informe, "Venezuela ha sufrido una intensificación de su crisis económica y humanitaria desde 2014".
Si lo que el FMI ha previsto se cumple, la fase de hiperinflación que ensombrece a Venezuela será una de las más graves en las últimas décadas en Latinoamérica, una crisis que no se podrá comparar ni con la hiperinflación a finales de los ochentas en Argentina.
Si las previsiones económicas se cumplen, el incremento de precios superará a la hiperinflación en Perú (el 3.398 por ciento en 1999 y el 7.482 por ciento en 1990) y solo se equiparará a la de Nicaragua, donde el disparo de precios llegó a ser del 13.110 por ciento en 1987.
Con estas previsiones, el nivel de inflación venezolano se situaría por detrás del de Zimbabue, donde el aumento de precios alcanzó un 500.000.000.000 por ciento en 2008.
Además, al caso de hiperinflación se añade un cuadro macroeconómico poco alentador.
La economía se contraerá un 15 por ciento este año, tras caer un 14 por ciento en 2017.
Asimismo, la fractura del Producto Interior Bruto (PIB) será del 6 por ciento.
LOS PRECIOS ALTOS Y LA ESCASEZ DE BILLETES EN VENEZUELA
Los datos del FMI advierten un escenario que constituye una gran excepción en toda la región.
Colombia crecerá un 2,7 por ciento; Brasil, un 2,3 por ciento, mientras que Chile subirá un 3,4 por ciento.
A su vez, Bolivia aumentará en un 4% por ciento; Perú, 3,7 por ciento y Ecuador 2,5 por ciento.
En este ambiente económico sombrío, también se advierte de un colapso en la producción y exportación de petróleo.
La grieta económica, que lleva años de Venezuela, recrudece las perspectivas con las decisiones políticas del régimen de Nicolás Maduro y una mala gestión, que franquean una nueva barrera.
Venezuela fue declarada en default parcial por las agencias de calificación crediticia Standard & Poor´s (S&P) Y Fitch, debido a los problemas de liquidez después de un impago de 200 millones de dólares correspondientes a los intereses de los bonos que vencen en 2019 y 2024. Al este desastre El Gobierno chavista quiso encarar el problema con el lanzamiento de una moneda virtual, el petro, que usa como las reservas de crudo como garantía.
La lucha contra los precios es continua, con un salario mínimo de apenas 1.3 millones de bolívares, que en dólares se traduce entre 2.5 y menos de seis. Ese monto no alcanza para la compra de productos alimenticios, pues insumos como carne, huevos, harina, arroz y verduras siguen incrementando.
El Gobierno venezolano anunció la creación de una nueva moneda, el bolívar soberano, que llega a sustituir al bolívar fuerte, eliminando tres ceros. Un bolívar soberano valdrá 1.000 bolívares fuertes.
La sustitución monetaria refleja que el bolívar ha perdido el 99,9 por ciento su valor, desde que el Gobierno de Hugo Chávez instauró los controles de cambios en 2003.
Otra de sus medidas fue usar los controles de precios para el cese de la inflación, y llegó a movilizar tropas para controlar los precios en los supermercados, lo que derivó en la mayor inflación de toda Latinoamérica en décadas.
Con información de El País
cbl