El presidente Enrique Peña Nieto podría enviar este lunes su primer iniciativa preferente y la estrenaría impulsando una legislación para el combate al acoso escolar o bullying.
De ser presentada este lunes, la iniciativa preferente del presidente Peña Nieto deberá seguir un camino legislativo que le permita ser desahogada en un máximo de dos meses.
La iniciativa preferente es un método que inició en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón y se promulgó en la reforma política del 2012; este tipo de iniciativa debe resolverse a más tardar en dos meses por ambas Cámaras del Congreso.
Esta figura jurídica permite que el presidente de la República presente dos iniciativas con carácter de preferente al inicio de un periodo ordinario de sesiones. Pueden presentarse iniciativas sobre todos los asuntos, excepto reformas constitucionales.
La Cámara de origen a la que sea enviada la iniciativa, tendrá un máximo de 30 días naturales para estudiarla, modificarla, aprobarla o desecharla. En caso de aprobarse, se enviará a la Cámara revisora, que tendrá otros 30 días para resolverla.
En caso de que la Cámara de origen no la hubiera dictaminado en el plazo de 30 días, se obliga a que la iniciativa sea discutida y votada directamente en el Pleno, sin mayor trámite.
En el proceso legislativo, los diputados y senadores podrían incorporar a la iniciativa presidencial elementos de otras propuestas que hayan sido presentadas con anterioridad y concentrarlas para tener una sola Ley, más completa.
En caso de que la iniciativa preferente no sea resuelta en los 60 días establecidos, tomará el carácter de iniciativa regular y podrá seguir el trámite como cualquier otro tema.
Si el presidente de la República envía una iniciativa preferente al inicio de una Legislatura, y aún no se hayan conformado las comisiones, estos órganos que vayan a estudiarla, se deberán integrar a más tardar en la segunda sesión del Pleno.
lrc