La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideró que es vital para no poner en peligro la estabilidad macroeconómica del país resolver la debilidad financiera Pemex.
Una crisis financiera en Pemex afectaría a la deuda pública y quizás provocaría una reducción de la calificación soberana.
Las políticas anteriores provocaron un “agujero artificial” que incrementó su deuda y ahora enfrenta elevados vencimientos. Según la OCDE de 6 mil millones de dólares este año, mientras que Citibanamex lo ubica en 4 mil 800 millones de dólares a pagar entre abril y diciembre.
En enero pasado, Fitch Ratings bajó un nivel la calificación de Pemex, por lo que quedó en perspectiva negativa, casi al borde de perder el grado de inversión.
La misma calificadora consideró que el respaldo del Gobierno mexicano hacia Pemex es moderado y se ha evidenciado por aportaciones modestas de capital, apoyo en obligaciones por pensiones y reducciones impositivas marginales.
Es por ello que el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría Treviño, respaldó la decisión presidencial de destinar recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), que cuenta con 290 mil millones de pesos, para pagar vencimientos de deuda de la empresa.
A Fitch le pareció insuficiente el anuncio presidencial de que se inyectarán 25 mil millones de pesos a Pemex, y que habrá una reducción en las transferencias de Pemex al gobierno por 11 mil millones de pesos en 2019 y que se espera que crezca a 66 mil millones de pesos para 2024.
El deterioro del perfil crediticio individual de Pemex es principalmente el resultado de una distribución excesiva de fondos al gobierno mexicano. Las contribuciones de la compañía a México han promediado aproximadamente 10% de los ingresos del gobierno o aproximadamente 500 mil millones de pesos en los últimos 12 meses terminados el 30 de septiembre de 2018.
Según la calificadora, una situación financiera estresada en Pemex tiene el potencial de interrumpir el suministro de combustibles líquidos en todo el país, lo cual podría tener consecuencias sociales y económicas significativas para México.
Durante 2018, Pemex importó aproximadamente 70% de la gasolina y diésel vendidos en México. Además, una situación financiera estresada en Pemex podría tener implicaciones en la capacidad del gobierno o de otras entidades relacionadas con el gobierno de obtener financiamiento.
Pemex se encontró de nuevo en números rojos durante el primer trimestre de 2019. La empresa registró una pérdida neta de 35,700 millones de pesos, principalmente por menores ganancias cambiarias y una caída en la producción petrolera.
México cuenta con una reserva de 7 mil 300 millones de barriles de petróleos. Venezuela es el país que más reserva tiene, con 300 mil 878 millones de barriles.
JGM