En los últimos meses, Chilapa se ha convertido en un municipio sin candidatos, sin funcionarios y sin mandos policíacos. Han sido eliminados, a balazos, por grupos criminales.
Este lunes, la comunidad con 120 mil 790 habitantes despertó con la noticia de un homicidio más. Ahora, se trató de Isidro Casarrubias Tlatempa, el segundo director de Seguridad Pública asesinado en menos de un mes.
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El directivo había sido reportado como desaparecido durante el fin de semana, junto a uno de sus elementos policíacos, Edilberto Santos Bernardino.
Pero, el domingo por la noche se dio a conocer el hallazgo de dos cuerpos envueltos en bolsas de plástico, colocados en la cajuela de un automóvil abandonado en las inmediaciones de la Central de Autobús. Más tarde confirmaron que se trató de Casarrubias Tlatempa y su compañero.
Él había sido designado para desempeñar las funciones de director de Seguridad Pública, después del asesinato de Abdón Castrejón Leguideño, el jueves 5 de abril en manos de un comando armado.
Sin embargo, los mandos policíacos no son el único blanco de grupos delictivos como Los Rojos o Los Ardillos quienes operan la venta de drogas y el cultivo de la amapola. También lo son los candidatos a puestos de elección popular.
El 24 de febrero de este año, el cuerpo de Dulce Nayeli Rebaja Pedro fue abandonado en un paraje de la carretera Atzacoaloya-Chilapa. Ella buscaba una diputación local en el distrito 25 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La mujer, indígena nahua había acudido ese día a tomar protesta para su candidatura, en Chilpancingo, pero a su regreso, el vehículo donde viajaba fue interceptado y su cuerpo, como el de su tío y dos primos recibieron las ráfagas de balas que terminaron con sus vidas.
Tres días antes, otro grupo de hombres armados arribaron a un restaurante donde comía la precandidata del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a ese mismo distrito, Antonia Jaimes Moctezula y dispararon contra ella hasta matarla.
La violencia no sólo toca a los aspirantes a un cargo, sino también a su familia. Días después del asesinato de Dulce Nayeli Rebaja, fue encontrado el cuerpo de su tía, al interior de un pozo en una casa en construcción. Su hijo, había sido ejecutado con su prima, la candidata a una diputación local por el PRI.
Pero también a quienes ya tienen un cargo público el crimen organizado apunta sus armas. En septiembre del 2016, el director de Obras Públicas de Chilapa, José Luis Parra Jiménez fue ‘levantado’ junto a su chofer y guardaespaldas.
Sus cuerpos fueron encontrados en un viejo libramiento de Chilpancingo-Tixtla a la altura de un basurero.
Habían sido maniatados, desnudados y torturados antes de arrojarlos en el predio.
Ese año, en total fueron asesinados siete funcionarios del Ayuntamiento de Chilapa, encabezado por Jesús Parra García, emanado del PRI. El edil había tomado protesta como candidato luego de que fuera acribillado Ulises Fabián Quiroz, el primer aspirante a la alcaldía.
Una vez en el cargo, los funcionarios de Parra García fueron ultimados uno a uno.
El primero de ellos fue el director de Gobernación, Miguel Andraca Eligio, el 13 de mayo del 2016. Después, el regidor Miguel Ángel Salmerón Nava, el 17 de julio. Ese mismo mes, un auxiliar del departamento de Reglamentos, en Gobernación también fue ejecutado.
En septiembre fue el asesinato del director de Obras Públicas, junto a sus acompañantes. Y, un joven de 29 años, Apolinar García, quien era director de Asuntos Indígenas fue encontrado degollado junto a su tío, el comisario de la comunidad de Zizicazapa, Bartolo García.
Por su parte, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores calificó la violencia en Chilapa como un foco ‘muy rojo’ que debe ser atendido.
En este sentido, dijo que reforzarían la presencia de elementos de la Policía Federal en la zona del municipio, pero hasta el momento no ha dado resultado.
Las cifras de muertes en Chilapa continúan en aumento. Tan sólo en cinco años los asesinatos se multiplicaron seis veces al pasar de 29 homicidios en 2012 a 177 en 2017.
mvf