Nacida en la década de 1980 en las calles de Los Ángeles, Estados Unidos, por salvadoreños que huían de la guerra civil en su país, los Mara Salvatrucha son hoy la pandilla más grande del continente.
Extorsión, asesinato, trata de personas y ahora lavado de dinero, estos pandilleros también han sido parte fundamental en el narcotráfico, principalmente en tierras norteamericanas.
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De acuerdo con la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), hay varias pandillas que trabajan para los cárteles de la droga en México a lo largo de la frontera y en todo Estados Unidos.
La DEA detalla que los cárteles son quienes proveen la droga a las pandillas, sin embargo, la mayoría de éstas son muy locales, pocas son de índole trasnacional como lo es la Mara Salvatrucha.
“MS-13 (como también llaman a dicha pandilla) tiene una presencia notable tanto en los Estados Unidos como en México”.
Autoridades estadunidenses han detectado vínculos de los Mara Salvatrucha con al menos cuatro cárteles de la droga mexicanos: el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, “Los Zetas” y la Familia Michoacana.
Sin embargo, ésta última ha sido duramente golpeada tanto por autoridades federales y enemigos criminales, por lo que se desconoce si dicha alianza continúa.
Todo indica que la Familia Michoacana sobrevive por su alianza con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El resto de los tres cárteles mencionados por la DEA tienen gran parte del control de las rutas del narcotráfico en la frontera de México y Estados Unidos.
Estos cruzan la droga de territorio mexicano a sus centros de operaciones en suelo estadunidense, donde la entregan a los Mara Salvatrucha, quienes se encargan de venderla.
Es más práctico hacerse de alianzas con pequeños grupos criminales que ya operan en la zona, que desplazarlos.
De acuerdo con la DEA, el Cártel de Sinaloa tiene presencia en prácticamente todo Estados Unidos, ingresando la droga del lado del pacifico, desde Arizona y California en la frontera con Estados Unidos.
Por su parte, el Cártel del Golfo tiene presencia en Texas, Luisiana, Misisipi y Florida, en el golfo, así como en Virginia, Ohio, Illinois, Indiana y Nueva York. Mientras que “Los Zetas” operan únicamente desde Texas.
Al ser una pandilla independiente y con extensión en territorio estadunidense, la Mara Salvatrucha no se “casa” con alguno de los cárteles mexicanos, mantiene su independencia.
Por ello, varios carteles han optado por reclutar sus propias pandillas y utilizarlas como brazo armado y narcomenudistas.
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Tal es el caso de “Los Artistas Asesios” y “Los Mexicles” del Cártel de Sinaloa o “La Línea” y “Los Aztecas” del Cártel de Juárez.
Mientras que “Los Zetas” y el Cártel del Golfo han optado más por sicarios con adiestramiento militar.
La alianza con “El Chapo”
Cuando Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, se fugó por segunda vez de un penal de máxima seguridad en 2015, el Cártel de Sinaloa hizo una alianza con la Mara Salvatrucha.
Así lo aseguró la Fiscalía General de El Salvador cuando dio a conocer resultados de la “Operación Jaque”.
A través de llamadas telefónicas se descubrió que líderes de la pandilla se reunirían con capos del cártel en Culiacán, Sinaloa.
Aunque autoridades salvadoreñas no negaron, pero tampoco aceptaron, la presencia de Guzmán Loera en la reunión; habría sido el líder del Cártel de Sinaloa con el que se pactó la reunión.
Los enviados por la MS-13 fueron identificados como “Cabro” y “Sniper”, quienes recibieron 3 mil 200 dólares cada uno para viajar a México de forma ilegal.
A partir de ese momento, la Mara Salvatrucha comenzó a traficar droga, principalmente mariguana, del Cártel de Sinaloa.
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Una de las ventajas que los pandilleros le sacarían a esta alianza era movilizarse en territorio mexicano, donde incursionarían en el tráfico de personas.
El pacto también incluía la paz entra ambas organizaciones, ni la padilla podría agredir al cártel, ni viceversa.
“Maestros” de la tortura
La alianza de la Mara Salvatrucha con el Cártel de Sinaloa no es novedad, durante los primeros años del nuevo milenio, autoridades mexicanas detectaron nexos de la Mara Salvatrucha con el Cártel de Sinaloa.
Los pandilleros entrenaron a sicarios de la organización de los Beltrán Leyva, que en aquellos años todavía estaba unido al Cártel de Sinaloa.
Los MS-13 enseñaron a los sicarios sinaloenses a infligir miedo, prácticas de torturas y decapitaciones, aberraciones criminales que se han hecho una constante en la llamada guerra contra el narcotráfico.
Sin embargo, la organización de Sinaloa no fue la única que se benefició de las “enseñanzas” de la Mara Salvatrucha.
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El Cártel del Golfo y su entonces brazo armado “Los Zetas” también recibieron entrenamiento de la pandilla.
Ambos cárteles enemigos a muerte habrían sido entrenados por el mismo grupo criminal. Incluso, varios de los pandilleros terminaron dentro de las organizaciones del narcotráfico.
